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El importe del salario mínimo refleja la desigualdad del país

Fuentes: Adital

Responsable de la renda de casi 40 millones de brasileros, el salario mínimo (actualmente en 350 reales) refleja una profundización de la desigualdad en el país, que genera riqueza sin distribuirla en forma equitativa. De 1940 – cuando el salario mínimo fue lanzado – hasta 2004, el PIB (Producto Interno Bruto) per capita creció cinco […]

Responsable de la renda de casi 40 millones de brasileros, el salario mínimo (actualmente en 350 reales) refleja una profundización de la desigualdad en el país, que genera riqueza sin distribuirla en forma equitativa. De 1940 – cuando el salario mínimo fue lanzado – hasta 2004, el PIB (Producto Interno Bruto) per capita creció cinco veces, mientras que el salario mínimo real decreció a menos de un tercio de su valor inicial.

El análisis de la importancia del salario mínimo en la sociedad brasilera fue realizada por el Dieese (Departamento Intersindical de Estadísticas y Estudios Socioeconómicos), en nota técnica, titulada Valorización del Salario Mínimo: Un Imperativo de la Ética Económica y Social. Según la nota, el valor del salario mínimo brasilero, más allá de un mero instrumento de política económica, debe ser discutido desde una perspectiva basada en el principio de la ética y la justicia.

 

«El salario mínimo debe ser valorizado como una forma de constituirse en un instrumento para la construcción de un patrón digno de la condición de vida de los trabajadores, para el combate de la desigualdad distributiva y para la promoción de la efectiva inclusión social. Pensar una política para el salario mínimo es hacer una opción por el país que se quiere construir», agregó el Dieese.

 

La distribución funcional de la renta favorece a los detentores del capital en detrimento de los trabajadores. En 1949, los trabajadores correspondían al 57% de la renta nacional; en el 2003, cayeron al 36%. Para el Dieese, «el país presenta, por un lado, una fuerte desigualdad en la distribución de la renta individual y, por otro, una fuerte concentración en la renta funcional, generando un proceso altamente excluyente de la gran mayoría de su población».

 

Actualmente, trabajadores ocupados que ganan hasta un salario mínimo en el Nordeste son el 58%; en el Norte representan cerca del 37%; en el Centro-Oeste un 25,1%; en el Sudeste un 21,6% y en el Sur, el índice es el más bajo, un 20,8%. La media brasilera está en alrededor del 32%. El salario mínimo es un importante instrumento de distribución de renta. Los países desarrollados implantaron políticas de valorización del salario mínimo para mover el mercado interno.

 

El salario mínimo es entendido como política social, así como el seguro de desempleo, la jubilación y la renda mínima garantizada para personas con o sin ocupación y con rendimiento por debajo de la línea de pobreza – límite de la condición de miseria. La mayoría de los trabajadores, en países desarrollados, recibe más que el salario mínimo. Está destinado solamente para estudiantes o trabajadores con carga horaria reducida.

 

Para el Dieese, «la elevación del valor del salario mínimo significaría un crecimiento de la renta de las familias de bajo poder adquisitivo, lo que activaría la economía por medio de los efectos, directos e indirectos, resultantes del aumento del consumo. La elevación de la renta de esas familias, además de estimular el mercado interno, contribuiría a viabilizar el crecimiento sustentable de la economía. Es casi imposible desarrollar una política de corrección de la desigualdad sin que se utilice el salario mínimo como uno de sus principales instrumentos.»

 

Corregido para valores de marzo de 2006, el primer valor decretado para el salario mínimo correspondía a R$ 922,50. En su mayor valor en la historia (enero de 1959) llegó a R$ 1.329,15 (también en valor corregido para marzo de 2006). El valor del salario mínimo se volvió inestable. Pero, de 1964 hasta 1995, estuvo casi siempre, perdiendo poder adquisitivo.

 

A partir de mayo de 1995, cuando valía un cuarto de su poder adquisitivo (en relación a los valores de 1940), el salario mínimo inició un movimiento de recuperación. Si el valor del salario mínimo de julio de 1994 (momento del lanzamiento del plan real) fuese corregido solamente por la inflación, tendríamos, ahora en abril de 2006, un salario mínimo de 197 reales, corregido por la variación del INPC/IBGE.

 

Traducción: Daniel Barrantes – [email protected]