¿EMPEZO LA GRAN crisis de las divisas, como era de esperarse? San Diego (10/5/06) desmenuza la fuga de los tenedores de billetes verdes hacia el oro, que ya alcanzó 730 dólares la onza, el refugio de todos los tiempos, milenios antes de que existiera el monetarismo degradado: «ajustado a la inflación el oro todavía no […]
¿EMPEZO LA GRAN crisis de las divisas, como era de esperarse? San Diego (10/5/06) desmenuza la fuga de los tenedores de billetes verdes hacia el oro, que ya alcanzó 730 dólares la onza, el refugio de todos los tiempos, milenios antes de que existiera el monetarismo degradado: «ajustado a la inflación el oro todavía no alcanza su valor máximo de 873 dólares que duró poco tiempo en enero de 1980. Pero, su reciente empuje en las alturas, con un salto de 40 por ciento desde noviembre, ha asombrado a muchos analistas (sic) de Wall Street, quienes esperaban que disminuyera (sic) la demanda hace varios meses».
LO QUE PASA ES que no abordaron el enfoque multidimensional de Bajo la Lupa que les hubiera dado luces sobre el carril geopolítico al que ingresaron las divisas y las materias primas. La secta de los técnicos neoliberales con deformación financierista, moldeada en el fanatizado ultrarreduccionismo mental, carece de la cultura histórica, la visión de horizonte y la capacitación geopolítica para captar que el mundo entró al alba de un nuevo paradigma multipolar, que marca tanto la decadencia irreversible del unilateralismo de Estados Unidos y su modelo dolarcéntrico como el «fin de la era del petróleo barato».
AL FINAL DE CUENTAS los humanos viven de hipótesis y percepciones, pero lo irrefutablemente real es que el oro superó el umbral sicológico de los 700 dólares la onza y ha jalado en su surco a la plata, que rasguñó los 15 dólares la onza, de lo que no se asombrarán los dilectos lectores de Bajo la Lupa.
NINGUN RINCON DEL PLANETA se salva, y hasta el mercado de oro al menudeo en el mirífico bazar de Bangkok ha alcanzado precios no vistos desde hace 100 años. Los analistas de The Bangkok Post (11/5/06) consideran que los «metales preciosos sirven de protección frente a las tensiones globales, que incluyen las ambiciones nucleares iraníes, el alza de los costos energéticos y la incertidumbre del futuro del dólar». ¡Nada más! Con uno de los tres factores citados era razón más que suficiente para refugiarse en el oro (y la plata) y arrojar a la basura al inservible dólar.
SEGUIMOS EXPLOTANDO las tres curvas premonitorias de marzo de 2004, cuando en forma sincrónica las cotizaciones del oro y el petróleo iniciaron su elevación irresistible, mientras el dólar iniciaba su desplome al conocerse que la dupla anglosajona de Estados Unidos (EU) y Gran Bretaña no podía controlar el petróleo chiíta de Basora ni el kurdo de Kirkuk, un año después de su invasión ilegal a Irak. As simple as that.
LAS TENDENCIAS DE LAS cotizaciones de marzo de 2004 se han profundizado dos años más tarde, y las mágicas curaciones de los chamanes monetaristas han quedado en el descrédito total al haber arrumbado a la dupla anglosajona en plena miseria financiera. No haremos leña de los árboles centralbanquistas caídos: el mago malhadado Alan Greenspan y su infortunado sucesor Ben Helicóptero Bernanke. Basta leer la desesperación de los columnistas británicos, mucho más lúcidos que los estadunidenses, quienes no salen de su estupefacción paralizante cuando se han instalado en el recurso pueril de la negación, característica de mentes inmaduras que no se atreven a afrontar su triste realidad. EU vive apenas la «negación» de la realidad: la primera fase del «síndrome de estrés postraumático».
DARRYL THOMSON EN The Financial Times (12/5/06), le echa la culpa a un «complejo cóctel» de factores: «demanda física, intereses de los fondos especulativos, preocupaciones geopolíticas e inflacionarias debido a los elevados (sic) precios del petróleo y la debilidad del dólar». Será el sereno, pero China y Rusia han empezado a contestar las afrentas de la dupla anglosajona (según Stratfor se trata de «insultos estratégicos») esta vez en los «mercados» (donde más les duele).
DURANTE LA REUNION DEL Banco Asiático de Desarrollo, celebrada en Hyderabad (India), bastó que el viceministro de finanzas de China, Yong Li, haya insinuado los «rumores de que el dólar de EU se depreciaría 25 por ciento», cuyas «consecuencias serían catastróficas», para haber puesto de cabeza a la moneda estadunidense. La reunión de Hyderabad, donde se enfrentaron los encargados de finanzas de EU y China, ha dado mucha tela de donde cortar, y Martin Wolf, encargado de la sección financiera de The Financial Times, reveló la colisión entre chinos y estadunidenses sin la colusión de los japoneses («Dejar caer al dólar o correr el riesgo de un desorden global» 9/5/06). Yong Li había sido agobiado por las impertinentes presiones de Timothy Adams, subsecretario del Tesoro de EU para revaluar el reminbi.
EL PERIODICO ALEMAN Hadelsblatt (9/5/06) develó los planes del Banco Central de China para incrementar sus reservas auríferas, que pasarían de las presentes 600 toneladas a unas 2 mil 500, mientras el Ministerio de Tierra y Recursos de China anunciaba en su sitial (10/5/06) la disposición de crear «reservas estratégicas» para ciertos minerales clave: uranio, hierro, cobre, aluminio, manganeso, cromo y potasio. ¡Resucitaron las materias primas!
FREDERICK KEMPE de The Wall Street Journal (9/5/06), en su artículo «Por qué los economistas se preocupan de los tenedores de reservas de divisas», emite el canto de cisne del decadente imperio financiero anglosajón: «La noción que China u otro rival (sic) de EU pudiera algún (sic) día usar sus amplias tenencias de deuda estadunidense como arma geopolítica, pese al daño que también causaría a la economía del atacante, está ganando adeptos en algunos círculos». El concepto de la reserva de divisas como «arma geopolítica» es por demás interesante, aunque no sea nada novedoso (ya lo habíamos abordado hace 10 años en nuestro libro agotado Guerras geofinancieras y geoeconómicas: el petróleo del golfo Pérsico al Golfo de México). La originalidad de Frederick Kempe radica en la puntualización de las reservas de divisas «en manos (sic) de países en vías de desarrollo, frecuentemente rivales y carentes de democracia (sic), y dolidos por la excesiva influencia de EU». China viene en el primer lugar de la lista de Frederick Kempe, quien cita datos del FMI: «en la década pasada, el mundo en vías de desarrollo casi (sic) cuadruplicó sus tenencias de reservas a 2.9 millones de millones de dólares (trillones en anglosajón), mientras las del mundo industrializado aumentaron 150 por ciento». Así las cosas, «70 por ciento de las reservas de divisas globales en manos (sic) de los países en vías de desarrollo» representan una «descomunal acumulación», según Lawrence Summers, anterior secretario del Tesoro y director misógino de Harvard. La tesis nodal de Kempe se centra en que las reservas de divisas, 66.5 por ciento en dólares, se ha duplicado en los recientes cinco años y «se encuentran concentradas en manos (sic) poco confiables». ¿Que significará «confiable»? ¿Para qué tipo de «manos»?
SE DESPRENDE DE LOS asertos unilateralistas de Kempe que todo aquello que no controle EU «en sus manos», no es «confiable» ni «democrático», como si el país torturador de las cárceles de Abu Ghraib, en la fase aciaga de Baby Bush, fuese una garantía en la tenencia irresponsable de su propia divisa, en el manejo de su déficit de cuenta corriente o en la posesión de armas nucleares; -por cierto, el único que se ha atrevido a lanzarlas a dos poblaciones civiles- «este giro radical aumenta la volatilidad en el mayor mercado del mundo por 2 millones de millones dólares de divisas, que cambian de manos (sic) al día, lo cual disminuye la influencia de EU». Se encuentran también en riesgo las tasas hipotecarias estadunidenses y su «influencia global».
QUIEN SIEMBRA VIENTOS cosecha tempestades. Kempe se lamenta amargamente bajo el disfraz «democrático»; que habría que recordarle, fue un invento del ateniense Cleístenes, 508 años antes de Cristo, y que practica EU en forma anacrónica con su sistema decimonónico de elección indirecta, de corte feudal que favorece a su plutocracia oligopólica y oligárquica. Cita a modo a Brad Setser, director de investigación de Roubini Global Economics: «China, Arabia Saudita y Rusia, ninguno de ellos una democracia (sic), incrementan rápidamente sus reservas y son quienes ahora compran más deuda estadunidense». Lo mismo realizan Venezuela e Irán, que «buscan socavar a EU». ¡La total paranoia global!
SIN LA MINIMA compunción ni autocrítica, Kempe y Setser no abordan las razones por las cuales EU se volvió un paria de la comunidad universal, sean democracias o tiranías, con o sin dólares.