La falta de fondos del Programa Mundial de Alimentos (PMA) dificulta la tarea que esta agencia de la ONU afrontará en julio: elevar 25 por ciento la cantidad de palestinos que no tienen otra manera de conseguir comida, hasta alcanzar a 600.000 en total.
Y después de julio, el PMA se habrá quedado sin dinero y no podrá ofrecer ayuda alimentaria a nadie.
Numerosos niños buscan en vertederos de basura alimentos descartados y así logran su única comida diaria. Muchas familias esperan que las verduras en venta comiencen a deteriorarse para comprarlas a precios rebajados. Esta es la realidad palestina, según el PMA.
«Hubo un recorte de fondos tras el retiro de pagos de impuestos por parte de Israel», dijo a IPS Kirstie Campbell, del PMA, por teléfono desde Jerusalén. «Tampoco los donantes están financiando a la Autoridad Nacional Palestina.»
Los palestinos están pagando el precio por elegir en las urnas un gobierno del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), que llegó al poder tras las elecciones del 25 de enero. Y son los más pobres serán quienes recibirán la factura más alta.
«Hay tres categorías de personas necesitadas», explicó Campbell. «Están los pobres crónicos, luego están los internados en instituciones, como los ancianos, los huérfanos y los rechazados por la sociedad, y en tercer lugar están los nuevos pobres, afectados por la crisis actual».
La tercera de estas categorías es la que tiene más probabilidades de encontrar ayuda, «porque los programas para ellos son implementados por organizaciones no gubernamentales», continuó.
El financiamiento a las dos primeras se procesa a través del Ministerio de Asuntos Sociales del gobierno palestino, que probablemente no obtenga estos nuevos fondos.
Y hay otros factores que hacen la vida aún peor para los palestinos más pobres.
«De las aproximadamente 2,2 millones de aves de corral que había en estas zonas, alrededor de 400.000 fueron sacrificadas a causa de la influenza aviar», relató Campbell. «Y ésa es la fuente proteica más barata.»
Los habitantes de Gaza también sufren las restricciones pesqueras, señaló la funcionaria del PMA.
«La pesca solamente está permitida entre seis y 10 millas náuticas del mar» Mediterráneo, desde la costa, afirmó. «Pero esta no es la zona donde uno puede encontrar los peces más grandes. Los botes salen y efectúan pesca de arrastre en el área de cría, juntando una cantidad de peces pequeños y de desechos».
El cierre del paso de Karni, en la frontera entre Gaza e Israel, se sumó a las dificultades, limitando la disponibilidad de bienes y alimentos, aunque esta semana se aliviaron algunas restricciones.
Bajo tales presiones, la supervivencia misma está comenzando a colapsar.
«Los funcionarios del PMA realizaron un estudio sobre diversidad de la dieta de un millar de familias, y vemos personas afectadas de varias maneras por la pobreza y el desempleo», dijo Campbell. «Las familias no tienen dinero para comprar alimentos, y algunas viven apenas en base a pan y hierbas.»
Pronto, esto podría traer consecuencias en la salud de la población.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) está iniciando una investigación sobre el aspecto nutricional del problema alimentario en los territorios palestinos, con una población combinada de alrededor de 3,5 millones de personas entre Gaza, Cisjordania y Jerusalén oriental.
El comienzo del estudio está previsto para julio, cuando cientos de miles de palestinos vislumbren una perspectiva sin absolutamente ningún alimento.
En vista de esta crisis, «definitivamente vemos señales de malestar», dijo Campbell. «Eso queda claro en muchos informes de la región que uno ve.»
Los compromisos y las contribuciones no alcanzan para cubrir los 103 millones de dólares que el PMA quiere para el periodo de dos años que empezó en septiembre de 2005.
El programa cuenta apenas con 29 por ciento de los recursos requeridos para cubrir las necesidades de la población proyectadas a raíz de la situación, que empeora rápidamente.
Hasta ahora, entre los principales donantes figuran la Comisión Europea (13,9 millones de dólares), Estados Unidos (7,9 millones), Japón (1,4 millones), Francia (1,2 millones), Noruega (1,1 millones) y Suiza (un millón).
En 2005, el presupuesto mundial anual del PMA fue de unos 3.100 millones de dólares. Y en 2004 la agencia llegó a 113 millones de personas en 80 países.
Lo que se dio a los palestinos es una fracción diminuta del presupuesto total, y lo que ahora se ofrece adicionalmente es selectivo y condicional.
Según un estudio reciente realizado por el PMA junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), casi dos millones de palestinos –más de la mitad de la población– son incapaces de satisfacer sus necesidades alimentarias diarias sin asistencia.
«La situación está arrastrando a la exhausta población hacia una pobreza y una deuda más profundas», aseguró en una declaración escrita Arnold Vercken, director del PMA para Palestina.
«La pérdida de ganancias y el creciente desempleo, aparejados con los elevados precios del mercado, están paralizando al sector más pobre de la sociedad, llevando a una creciente desesperación».
«En Gaza vemos más gente, especialmente niños, mendigando en las calles. Estamos en una carrera contra el reloj para llegar a los más vulnerables con asistencia alimentaria y para evitar una escalada de esta crisis. Una asistencia urgente ahora realmente puede marcar una diferencia», señaló.