Recomiendo:
0

Salió un «frente de izquierda»

Fuentes: Rebelión

El 30 de mayo, en su Conferencia Nacional (Brasília), el PSOL lanzó oficialmente la candidatura presidencial, para las elecciones de octubre, de Heloísa Helena, senadora, acompañada (vice) por César Benjamín, un intelectual de pocos votos, parco intelecto, que se distinguió en los últimos años por posiciones nacionalistas fuertemente burguesas, incluido el fortalecimiento del Ejército  brasileño […]

El 30 de mayo, en su Conferencia Nacional (Brasília), el PSOL lanzó oficialmente la candidatura presidencial, para las elecciones de octubre, de Heloísa Helena, senadora, acompañada (vice) por César Benjamín, un intelectual de pocos votos, parco intelecto, que se distinguió en los últimos años por posiciones nacionalistas fuertemente burguesas, incluido el fortalecimiento del Ejército  brasileño (para que no hubiera dudas, editó volúmenes y compartió tribunas despobladas con ex funcionarios de la dictadura militar, que no ocultan sus saudades por ese régimen asesino).

Al mismo tiempo, el PSOL informó que «fueron acatadas las condiciones puestas por el Partido Socialista de los Trabajadores Unificados (PSTU) para la composición de un frente de izquierda, al lado también del Partido Comunista Brasileño (PCB)». Dígase que éste último no pasa de un fantasma caricatural del viejo PCB (del que la gran mayoría de sus fuerzas construyó el PPS, un partido abiertamente burgués-oligárquico), ya completamente adaptado a la democracia burguesa.

La cuestión no fue pacífica, ya que el PSOL informó que «a pesar de algunas divergencias internas, los delegados indicaron que el PSOL abdicase de disputar el senado en los estados de San Paulo, Río de Janeiro y Rio Grande do Sul, además del gobierno de Minas Geraes, para apoyar a los candidatos del PSTU» (lo que significa que había sectores partidarios de un frente más explícito con la burguesía, sin la molesta presencia de «los trotskistas»). Las chances electorales de esos candidatos son iguales a cero, lo que significa que, dado el tamaño del país, el PSTU aceptó el papel de mini-vagón de cola del frente con la «menos que sombra de la burguesía nacional», que impulsa el PSOL, y da soporte a la candidatura presidencial de Heloísa Helena, a la  que las encuestas adjudican entre 6% y 8% de las intenciones de voto presidenciales.

El PSTU «va al frente» festejando que «la dirección del PSOL felizmente reculó de la propuesta de alianza nacional con el PDT», pero quejándose de que «su dirección nacional definió que buscaría incluir en el frente «segmentos de otros partidos que se colocan en la oposición, con un discurso de izquierda, y que puedan desplazarse de las alternativas presentadas por sus propios partidos». En las discusiones (del PSTU) con la dirección del PSOL fueron citados Pedro Simon (PMDB), Luiza Erundina (PSB), Fernando Gabeira (PV), João Fontes (PDT), entre otros. La idea seria buscar el apoyo de los sectores «éticos»de estos partidos burgueses.

En cuanto al programa «el PSOL reafirma la necesidad de reformular las políticas públicas y tratar temas fundamentales, como la cuestión de la deuda pública y su auditoria; la promoción del crecimiento económico con o combate a la miseria y el desempleo; la lucha en torno a los derechos básicos como educación, salud, habitación, reforma agraria y cultura. Heloísa afirmo que su campaña trabajará por la reconstrucción de la democracia con desarrollo económico sustentable e inclusión social». También se menciona «el ataque radical a la corrupción; el fin de los foros privilegiados y de los sigilos bancario y fiscal».

El PSOL propone «suspender el pago de los intereses de la deuda externa… el pago a los grandes especuladores». Y también que «las áreas estratégicas, como petróleo y telecomunicaciones, estén bajo control del pueblo brasileño» (o sea, del Estado, no bajo control obrero). «Distribución de ingreso, aumento inmediato de los salarios» (¿cuánto? Porque allí está todo el problema) también están en el programa del PSOL. No será difícil encontrar todos estos puntos en los versos electorales del PT y los partidos burgueses. La «auditoria con suspensión» de la deuda externa es impulsada por sectores de la Iglesia Católica y otras, a nivel internacional. Se trata de un planteo de reformulación del dominio imperialista en condiciones de bancarrota de las naciones atrasadas, que ganó más actualidad después del default argentino de 2001.

Del «frente de izquierda» fue además excluido el PCO, ni siquiera invitado. El PSTU había realizado actos públicos en las capitales del país, reclamando la candidatura a vice para su dirigente Zé Maria de Almeida, y ninguna alianza con burgueses en las fórmulas electorales. A la vista de los resultados, se puede medir el éxito de esa campaña.

Aliándose a la mini-sobra de la burguesía, el PSOL explicitó su vocación política. Aceptando un pseudo-frente de izquierda, después de haber hecho campaña pública por un frente clasista, el PSTU manifestó todas sus limitaciones políticas. Abrir un debate sobre estas cuestiones es fundamental para el rearme de la vanguardia obrera brasileña.