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“La escuela (y la sociedad) se enfrenta hoy al reto de la diversidad”

Lengua y diversidad cultural

Fuentes: Rebelión

          La convivencia de personas procedentes de culturas diversas, obliga a un proceso de integración, aceptación y comprensión de sus diferencias culturales. La cultura dominante o mayoritaria desprecia las características de las culturas minoritarias, convirtiendo la diferencia en desigualdad. La necesaria crítica a la propia cultura, a los estereotipos y prejuicios […]

 

 

 

 

 

La convivencia de personas procedentes de culturas diversas, obliga a un proceso de integración, aceptación y comprensión de sus diferencias culturales. La cultura dominante o mayoritaria desprecia las características de las culturas minoritarias, convirtiendo la diferencia en desigualdad. La necesaria crítica a la propia cultura, a los estereotipos y prejuicios y a la visión inadecuada de otras herencias culturales, es un aspecto crucial de la Educación Intercultural, pero, modificar el currículum existente, dadas sus dimensiones, implica compromisos de la administración educativa, pues requiere voluntad política y capacidad técnica, ya que la tarea supera las posibilidades de actuación del profesorado a título individual y, por otro lado, poco se puede esperar de las editoriales de libros de texto, cuando las investigaciones de los manuales escolares han puesto de manifiesto su carácter pernicioso para el proyecto intercultural, e incluso, su capacidad para dar cuenta de la propia heterogeneidad del Estado español.

 

El plan de este libro responde a la preocupación de contribuir a crear recursos que faciliten el compromiso de los docentes con la renovación educativa, tan necesaria como olvida. Se trata de una propuesta general para el área de Lengua. No es una unidad didáctica ni una programación, es un conjunto de materiales , ideas, recomendaciones didácticas o materiales aplicables en el aula, que pueden facilitar el trabajo educativo intercultural, quedando en manos de cada docente el juzgar, su oportunidad y su acomodo a las distintas edades y circunstancias del alumnado, para la adquisición y dominio de las capacidades comunicativas.

 

Este es un breve resumen del libro «Lengua y diversidad cultural», editorial Talasa, publicado por una docena de profesores asturianos de la enseñanza pública del Grupo Eleuterio Quintanilla, www.equintanilla.com , quiénes desde hace ya doce años y con otras tantas publicaciones, intentan promover una docencia y una escolaridad que facilite la integración social y la convivencia mediante una propuesta de Educación Intercultural y que están llevando a las aulas de las escuelas e institutos. Pero, más allá de lo teórico, el libro pretende ser didáctico y de aplicación concreta con los alumnos en las aulas.

El libro ha sido presentado en el Ateneo Obrero de Gijón, que este año cumple su 125 aniversario, con la siguiente ponencia.

 

*Carlos Lomas

Durante demasiado tiempo, y aún en nuestros días, el lenguaje ha sido estudiado como si fuera un cadáver. De hecho algunos lingüistas tienen una semejanza innegable, en su aspecto y en su conducta, con los forenses y a menudo también ocupan su tiempo en la disección del cadáver a la búsqueda y captura de sus células fonológicas, de sus vísceras morfológicas y de su aparato sintáctico. Sin embargo hace tiempo que sabemos que un cuerpo es algo más que anatomía, de la misma manera que el lenguaje es algo más que gramática. Quizá por ello Ferdinand de Saussure escribió aquello de que «el lenguaje es una cosa demasiado importante como para dejársela a los lingüistas».

 

Pese a ello, a menudo en las aulas el lenguaje ha sido objeto de una disección macabra en la que la educación lingüística se confunde con lingüística aplicada y en la que la gramática se convierte en una enfermedad académica que las alumnas y los alumnos padecen como un virus maligno que superan con el paso del tiempo y con la benevolencia final de cada profesora o profesor. Afortunadamente en la educación actual el auge de los enfoques comunicativos ha traído consigo un mayor énfasis en el uso del lenguaje al entender que el objetivo de la enseñanza lingüística no es sólo enseñar un cierto saber sobre el lenguaje sino también, y sobre todo, un saber hacer cosas con las palabras. En este contexto, enseñar lengua es contribuir al largo, difícil e interminable aprendizaje de la competencia comunicativa de las personas y al manejo coherente, correcto, adecuado y eficaz de las palabras cuando hablamos, escuchamos, leemos, entendemos (o no) lo que leemos y escribimos.

 

Estamos por tanto en el tránsito de la lingüística aplicada de la enseñanza tradicional del lenguaje a una educación lingüística implicada con la emancipación comunicativa de las personas. Sin embargo, no basta con adquirir habilidades comunicativas en el uso de las palabras si ese uso de las palabras no van acompañado de una ética democrática y multicultural que las ponga al servicio de la convivencia democrática entre las personas, entre las lenguas y entre las culturas. Porque las palabras sirven para fomentar el diálogo íntimo y familiar, el aprendizaje escolar, el conocimiento cultural y la convivencia democrática entre la gente pero también para engañar, para manipular, para excluir, para menospreciar e incluso para ocultar. Por ello la educación debe fomentar no sólo las destrezas comunicativas de las alumnas y de los alumnos en el uso del lenguaje sino también su conciencia crítica ante el acoso del que son objeto algunas lenguas, el menosprecio de las formas de hablar de la juventud, de las mujeres y de las personas de los grupos menos favorecidos de la sociedad, el exterminio de las lenguas minoritarias, el sexismo lingüístico, en fin, ante los usos y abusos de los que es objeto el lenguaje al servicio de ideologías y de actos que en nada favorecen la equidad y la justicia entre las persona.

 

Por ello el libro que hoy nos convoca es un libro absolutamente oportuno. En él las actividades y los textos están impregnados de la voluntad de contribuir al desarrollo de competencias comunicativas (orales, lectoras, escritas…) que favorezcan el diálogo entre las culturas, el aprecio de las lenguas de España y del mundo, la actitud crítica ante los prejuicios sobre algunas lenguas y sobre quienes las usan, el conocimiento de la diversidad de textos de la comunicación humana (el debate, la entrevista, el cine, la fotonovela, la literatura…), en fin, que fomenten una mirada sobre las palabras que no sea una mirada forense sino esperanzada, una mirada sobre unas palabras -no lo olvidemos- que están vivas, hacen cosas y tienen sexo, edad, culturas, estilos, formas y fondos, contexto e intención, y debieran estar al servicio de la equidad y de la democracia y no de la opresión, del engaño y de la injusticia.

 

Por ello felicito por este estupendo y utilísimo trabajo al Grupo Eleuterio Quintanilla, un grupo entusiasta e innovador de profesoras y de profesores de larga tradición que merecería un mayor apoyo y reconocimiento a su labor en esta tierra en la que casi nadie es profeta, y les dedico estas palabras de Gianni Rodari porque creo que definen a la perfección no sólo el objetivo de su gramática de la fantasía sino también del libro que hoy comentamos:

 

«El uso total de la palabra para todos me parece un buen lema, de bello sonido democrático. No para que todos sean artistas sino para que nadie sea esclavo».

 

*Carlos Lomas es catedrático de Lengua Castellana y Literatura, escritor y miembro del Centro del Profesorado y de Recursos de Gijón, Asturias.