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La deslocalización de empresas en el País Vasco

Fuentes: Rebelión

¿Y entre nosotros como nos pueden afectar las deslocalizaciones? Las filiales de multinacionales (Volkswagen, Michelin, Mercedes-Benz,…) tienen cierto peso en nuestra economía y ante la preocupación existente, la Cámara de Comercio de Gipuzkoa ha elaborado un estudio publicado en diciembre de 2005. El informe citado se compone de dos partes diferenciadas. En la primera se […]

¿Y entre nosotros como nos pueden afectar las deslocalizaciones?

Las filiales de multinacionales (Volkswagen, Michelin, Mercedes-Benz,…) tienen cierto peso en nuestra economía y ante la preocupación existente, la Cámara de Comercio de Gipuzkoa ha elaborado un estudio publicado en diciembre de 2005. El informe citado se compone de dos partes diferenciadas. En la primera se realiza un análisis del fenómeno de la deslocalización así como una propuesta de acciones a considerar, a cargo de Carmen Gallastegui y Elena Iñarra, del Instituto de Economía Pública de la UPV-EHU. En la segunda parte, a partir de cuatro grupos de trabajo se abordan los ámbitos de internacionalización, innovación, empleo y estrategias públicas. Analicemos en detalle las diversas propuestas. En la primera parte, las autoras plantean las siguientes propuestas (p.80):

– Reforma en el Sistema Vasco de Información – Clonación de parques tecnológicos en áreas geográficas de interés – Creación de un observatorio tecnológico – Financiación capital riesgo acorde con las necesidades que plantea la globalización – Creación de un fondo social para evitar los perjuicios de los trabajadores sin empleo

Como ellas señalan son la creación del fondo social, la clonación de parques tecnológicos y la creación de observatorios tecnológicos las propuestas más novedosas. En el primer caso, la creación del fondo social, es decir el seguro salarial (medida apoyada por la Cámara de Gipuzkoa) «el objetivo…es que las empresas susceptibles de practicar la externalización establezcan un seguro que cubra el salario de los trabajadores afectados, durante el tiempo que estén desempleados y en proceso de reconversión, y que también compensen los salarios que pierdan con la recolocación. La prima del seguro podría estar cubierta por un determinado porcentaje de los ahorros de las empresas, derivados de la deslocalización, complementando con una cantidad a cuenta de la liquidación final que los trabajadores suelen recibir al cesar en su empleo»(p.135). A esta larga cita explicativa de la propuesta por parte de la Cámara guipuzcoana conviene hacer algunas reflexiones. ¿Es creíble que las empresas que se deslocalizan, establezcan voluntariamente un seguro para los trabajadores «damnificados» por la deslocalización? Las autoras señalan, al hablar de los problemas generados por la deslocalización que hay que «exigir a las grandes compañías que lo practican [la deslocalización] el que destinen un determinado porcentaje de los ahorros derivados de la externalización»( p.40). ¿Quién lo va a exigir? ¿Los poderes públicos? No parece que van por ahí las directrices de nuestros gobernantes. Recientemente, en marzo de 2006, Ana Agirre, responsable de Industria de Eusko Jaurlaritza, hablando de deslocalizaciones y movimientos de capital ha dicho claramente que hay que facilitar a las empresas que tomen las decisiones con el menor número de trabas posibles. Asimismo se señala que con «el establecimiento de un seguro salarial se consigue un doble objetivo: – las empresas se preocuparán de buscar aquellos países conde los ahorros por la externalización sean mayores, lo que redundaría en un mayor abaratamiento de los costes de sus productos. – el aseguramiento propuesto crea un mecanismo autorregulador, ya que relaciona la tasa de externalización con la tasa de reempleo: la prima del seguro aumentará, reduciendo las ganancias de la externalización, en periodos de alto desempleo y haciendo que externalización sea menos atractiva para las empresas en periodos de desempleo alto».(p.44)

Como vemos estamos en el reino de la economía-ficción. Al fallar el pilar fundamental (¿quién va a obligar que la empresa desarrolle el seguro salarial?) la construcción del edificio teórico no se sostiene. ¿De donde salen los mecanismos autorreguladores citados? ¿No tienen ningún papel los poderes públicos? ¿Y si los poderes públicos no quieren actuar, como ocurre en el marco liberal dominante, qué sucede? Es significativo, la ausencia de referencia a la toma de decisiones por parte de los poderes públicos en la economía, planteando que los agentes económicos, empresarios y trabajadores, pueden regular sus relaciones, o bien utilizando «estabilizadores automáticos en la economía que afectaría a las grandes empresas»(p.44). Las medidas adoptadas en diversos países y en la UE que, aun siendo liberales en gran medida, se sitúan a años-luz de este tipo de enfoques y plantean medidas pragmáticas, con intervenciones del Estado, ayudas económicas (con fondos públicos) a los colectivos vulnerables. Pero en este caso no, las autoras evitan cuidadosamente cualquier intervención pública en este ámbito. En el texto se señalan que hay diversos tipos de ayudas en Europa (rebajas en el impuesto de sociedades, flexibilidad laboral, compensaciones por el valor de las inversiones llevadas a cabo, carreteras hasta los propios centros de trabajo) pero son rechazadas ya que «suponen actuaciones discrecionales de la administración y no constituyen estabilizadores automáticos» (p.40)¿No son posibles ayudas con un control estricto de su eficacia, con un control continuo sobre las finalidades percibidas?. Existen experiencias al respecto.Y es poco consistente el afirmar que , al existir uso discrecional ( y arbitrario) de los fondos públicos , hay que «huir» de la intervención pública y caer en brazos de la relación exclusiva empresarios -trabajadores. También es sintomática cualquier referencia a los colectivos laborales que, no se olvide, son los principales afectados por la deslocalización. Siguiendo su lógica, los sindicatos deberían reivindicar el seguro salarial, bien en los convenios colectivos o bien como reivindicación político-sindical para que se introdujera en las normativas laborales. Es tan irrealista la propuesta que cuesta creer que se hable con seriedad del tema. Y no olvidemos que en la propuesta de la Cámara guipuzcoana aparece este punto. ¿Cree alguien que la patronal guipuzcoana va a movilizar a sus empresarios en esa dirección? En abril de 2006 se está desarrollando un conflicto laboral agudo en la Volkswagen, deslocalizándose un tercio de la producción de automóviles, ¿alguien cree que, ante los posibles despidos, los sindicatos van a plantear (y conseguir) el seguro salarial citado? Si la patronal de Volkswagen traslada de Landaben a Bratislava parte de la producción, lo hace por reducir costes, y no está pensando en el seguro salarial.

Otra medida novedosa es la «clonación de un parque tecnológico». Y citan un caso de Vicenza, en Italia, que han planificado clonar un parque tecnológico en Eslovaquia. Hay que señalar que en determinados regiones italianas existe una tradición de décadas de empresas que trabajan conjuntamente, lo que se denominan los distritos italianos, la «tercera Italia», entre otras variantes. Aquí estamos muy lejos del «trabajo colaborativo», ni siquiera en sectores avanzados como la máquina-herramienta es posible conseguir alianzas para comercializar en el exterior. Si a ello añadimos el bajo nivel tecnológico de un sector importante de nuestras empresas, nos da idea de lo poco realista que es la medida planteada. Es mucho más importante impulsar medidas eficaces de mejorar el nivel tecnológico, especialmente de las pymes vascas. Hay que aumentar la diversificación industrial y la mejora tecnológica en los clusters existentes.

También plantean observatorios tecnológico-económicos, tanto de tipo general, sectorial como local. Es evidente que faltan dispositivos de apoyo a las pymes, especialmente en la esfera tecnológica y estratégica. Pero la administración vasca es reacia a impulsar instituciones públicas en este campo. Hace varios años se creó Zaintek, bajo el patrocinio del Dpto. de Promoción Económica de la Diputación de Bizkaia. Zaintek realiza tareas de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva para pymes. Pues bien, han pasado cinco años y no hay dispositivos parecidos ni en Gipuzkoa ni en Araba. Es evidente que no hay voluntad política (ni ganas de invertir dinero público) en potenciar dichos dispositivos. Y se plantea, por parte de ciertos responsables políticos, que sean las propias asociaciones empresariales las que se autofinancien y organicen dichos servicios. Lo cual, en el caso de las pymes, es sencillamente impensable. Es significativo que las autoras, hablando de «observatorios» aunque citan a la UETI (Unidad Estratégica de tecnología e Innovación) dependiente de la SPRI (y de alcance práctico muy limitado) hacen hincapié en la implantación de servicios de vigilancia tecnológica en el interior de las empresas, y a cargo de las empresas o de las asociaciones de empresas. Otra vez la ausencia elocuente de la intervención pública, imprescindible para dinamizar las pymes.

Comentan asimismo la necesidad de la «reforma del Sistema Vasco de Innovación» señalando deficiencias conocidas en las relaciones Universidad-Empresa y apuntando, superficialmente, la necesidad de crear un «Instituto Vasco de Investigación y Estudios Avanzados». Finalmente se aborda la «financiación de capital-riesgo» y se señala tímidamente que «quizá fuera necesario reforzar la financiación destinada a las pymes con proyectos tecnológicos» (p.88), cuando son únicamente varias decenas de millones de euros de capital-riesgo los que se dedican a fomentar empresas innovadoras o de alto nivel tecnológico.

En la segunda parte del estudio se abordan varios apartados, interviniendo doce personas. En el primer caso se trata de acciones propuestas en el ámbito de la internacionalización. Además de plantear ideas generales o aspectos conocidos («ventanilla única») si conviene mencionar la necesidad planteada de tomar medidas para «asegurar el control de la empresa vasca sobre los procesos deslocalizados y estudiar las posibilidades de acompañamiento al exterior de los proveedores locales». En el segundo apartado se concretan las acciones propuestas en el ámbito de innovación. Se señalan aspectos relacionados con la necesidad de una Agencia Tecnológica, polígonos industriales en el exterior, renovación de iniciativas de clusterización y otro tipo de iniciativas generales, sin cuantificar costes, poner plazos o condiciones lo cual deja una sensación de superficialidad dado que no se responde a los retos existentes. Ideas como «desarrollar un Plan País para la competitividad suscrito por el conjunto de fuerzas políticas» puede ser una bella idea, pero no supone un avance en resolver problemas agudos existentes. En el tercer caso se abordan acciones propuestas en el ámbito de empleo. Se insiste, acertadamente en medidas relacionadas con la formación continua, aunque no se concreta en recursos ni en propuestas. Se plantean medidas para mejorar la flexibilidad de entrada y la flexibilidad de salida, señalándose concretamente que «las empresas extranjeras atraídas hacia la Comunidad Autónoma con importantes ayudas públicas deberían tener la obligación de recolocar el excedente de plantilla ocasionado por la deslocalización de parte de su actividad… el incumplimiento sería sancionado con la pérdida de beneficios fiscales u otras ayudas». Aunque más contundente hubiera sido que, ante el incumplimiento, devuelvan las ayudas públicas recibidas. En el cuarto apartado, se trata de las medidas a tomar en relación a las estrategias públicas. Solamente se hace referencia a aspectos muy generales, sobre formación continua, prestaciones sociales o capital-riesgo entre otros.

En definitiva, lo que se desprende del informe es «que el esfuerzo principal para hacer frente a esta situación corresponde a las empresas», como dice la Cámara guipuzcoana. Como vemos, sin negar la importancia de los actores empresariales, se abandona una visión estructural del tema y por tanto de las medidas a tomar, siendo inexcusable la actuación de los poderes públicos, que han de actuar como estrategas económico-sociales, conjuntando esfuerzos de los diversos actores sociales, para mantener un tejido productivo y social estable. Pero la visión liberal dominante impide visualizar este modelo y, por tanto, estamos muy lejos de actuaciones estratégicas como se deben plantear tanto a nivel de un país europeo como de la propia UE.

Al ser la economía vasca una economía abierta al exterior, el peso de las filiales vascas en el extranjero va creciendo, contabilizándose 426 sociedades en 2002 las que actúan en el exterior, siendo más del 60% de actividades comerciales y el resto de producción. Asimismo también es importante el peso de las multinacionales extranjeras en el País Vasco, como los casos conocidos de Michelin, Mercedes y Volkswagen. Particularmente Navarra concentra un volumen de multinacionales que controlan los sectores claves de la industria manufacturera. Así, 16 de las 20 mayores empresas exportadoras son multinacionales. Por tanto, a la economía vasca, y especialmente a la navarra, le toca muy de cerca la problemática de la deslocalización. El caso de Volkswagen, con 4.260 trabajadores actualmente, es elocuente. En abril de 2006, la casa matriz ha decidido reducir en un tercio la producción del modelo «Polo», y llevarse dicha producción a la filial de Bratislava utilizando la presión salarial a la baja para que los trabajadores no recupern el 13% de sueldo perdido en los últimos tres años. Aunque es cierto que el salario medio es más bajo en Bratislava, la productividad de Landaben es mayor. A pesar de haber recibido ayudas a la inversión y al mantenimiento del empleo, el gobierno de Navarra deja hacer a la empresa, intentando «mediar» con la empresa, a la baja, e incitando a los trabajadores a que acepten los planteamientos de la empresa. Como vemos los planteamientos liberales en lo económico, conllevan consecuencias nefastas, evidentemente, para los trabajadores.

Dentro de Euskal Herria, el MCC es el grupo industrial más importante con más de 200 empresas (de las cuales casi 50( con más de 72.000 trabajadores) están fuera del Estado español) . Cooperativas como Irizar, Maier o Ulma, entre otras, tienen filiales en otros países, pero quizás sea el caso del grupo Fagor, su dinámica, el caso más significativo. Como empresa cooperativa tiene dos posibilidades para el crecimiento externo: por una parte la compra de otras empresas y por otra las alianzas. La compra de Elco-Brandt, francesa, en 2005, se discutió en dos asambleas extraordinarias en Mondragón y en Basauri. Los socios cooperativos pusieron varias condiciones, entre ellas, el mantenimiento de los puestos de trabajo de los socios. «Los socios se someten a la presión de la competencia y adoptan una nueva decisión que ahonda en la transformación de Fagor en una multinacional» señala A. Errazti en un estudio sobre el tema. Al principio la internacionalización estaba planteada como una necesidad para abrir mercados pero actualmente está amenazando al empleo local. Algunos productos de Fagor, de gama baja y bajo precio, han dejado de ser competitivos el fabricarlos en Mondragón y se producen en la planta de Wrozamet (Polonia), con salarios 6 veces menores. La compra de Brandt, en cambio tiene como objetivo afianzar el empleo cooperativo de Fagor en el País Vasco, ya que al adquirir una empresa en un país de altos costes laborales, como es el caso francés, en el caso de que haya que «deslocalizar o reorganizar la producción en el grupo Fagor, como es muy probable que suceda, las plantas de Brandt serán las primeras en verse afectadas, mucho antes que las plantas de Mondragón» , según Errazti.. A señalar que la extensión del modelo societario cooperativo en las filiales, sea en China, en Marruecos o en Polonia, en el caso de Fagor, presenta diversas dificultades. Por ello se puede resumir que el balance de la participación de los trabajadores de las implantaciones en el extranjero, referido a la participación en la gestión, a la participación en beneficios y a la participación en la propiedad, tanto en el ámbito de la filial como de la cooperativa y de la corporación, muestra un saldo bastante deficitario. ¿No hay otras salidas para la internacionalización de las cooperativas? ¿Cómo enfrentarse a las posibles deslocalizaciones de empleos, sin perder la identidad cooperativa? El mundo cooperativo tiene que construir un escenario donde exista un proceso de internacionalización, diferenciado de la dinámica de otras empresas no cooperativas, que subraya la particularidad del proceso cooperativo y «hace suyo una análisis económico, social y político que plantea un desarrollo global para el conjunto de los pueblos e impulsa la rápida aceleración de los niveles salariales y condiciones sociolaborales de los países en vías de desarrollo» según un estudio de A. Mendizabal. Asimismo el mundo cooperativo está obligado a dar alternativas que consideren el acceso a la propiedad, la gestión participativa y el compromiso con el entorno. Como señala A. Mendizabal «respecto al acceso a la propiedad planteando la apertura de fórmulas que permitan acceder a los trabajadores y trabajadoras de esos países a la propiedad total o parcial de sus empresas. Respecto a la gestión participativa exigiendo la implantación en sus empresas en esos países de sistemas de gestión y procesos de innovaciones similares o equivalentes a los existentes en las cooperativas de origen. Respecto a la implicación con el entorno aplicando el principio de que las plusvalías generadas en los países de destino se reinviertan siempre en el interior de sus limites territoriales». Finalmente señalar que en el País Vasco tienen una gran tradición ciertos sectores tradicionales maduros tecnológicamente y que soportan, mal que bien, los embates de los países del este europeo y de China. Un caso diáfano es el sector de la fundición vasca, que representa más del 50% de la facturación y del empleo del sector de la fundición del Estado español. Las 80 empresas vascas, en 2004, cuentan con un total de 8.971 empleos, facturando 973 millones de euros con una producción de 446.000 Tm. En los dos últimos años se ha producido una caída de pedidos y el desvío de contratos al este europeo y al sudeste asiático, dados los salarios más bajos existentes en esos países. Además de la innovación tecnológica, diversos expertos señalan la necesidad de realizar implantaciones productivas en el exterior, no solo para hacer frente a los competidores de países emergentes, sino para «conservar» los mercados actuales, recuperar los perdidos y acceder a otros nuevos. Se trata de buscar localizaciones sostenibles. ¿Qué vìas de solución existen para las deslocalizaciones?.Sin ánimo de ser exhaustivo señalaría las siguientes: -impulsar prácticas de modernización y diversificación industrial, especialmente en territorios monoindustriales. Desarrollar estrategias industriales voluntaristas concertadas y coherentes, basadas en un esfuerzo consecuente en investigación e innovación y en una política favorable a la creación del empleo.Y a nivel europeo tiene que haber una estrategia de armonización social y fiscal progresiva Para impulsar este tipo de medidas ha de haber una intervención pública que lidere el proceso de innovación y de modernización del tejido industrial vasco, con un abanico de medidas que van desde ayudas a las empresas ( eficaces, con control sobre objetivos y resultados, etc), especialmente pymes , hasta la mejora científico-tecnolçogica de nuestras universidades pasando por una reorientación y mejora de los centros tecnológicos y de servicios institucionales ligados a esta problemática. — conjunto de normas y de aspectos institucionales que escapan al marco vasco existente, en su capacidad actual de tomar decisiones. Medidas legales europeas que prohiban los despidos de empresas de empresas rentables que buscan con la deslocalización aumentar los beneficios. Imposición de gravámenes fiscales para productos reimportados de empresas deslocalizadas .Exigencia de reembolso de ayudas públicas recibidas por parte de empresas que deslocalizan. Desgravaciones fiscales para exportaciones extracomunitarias ( dado el diferencial existente en las cotizaciones sociales y otros tipos de impuestos).Establecer normas europeas que graven el transporte , dados los daños medioambientales que originan. -ante la fragmentación de los procesos de trabajo y la consiguiente subcontratación/deslocalización de parte de las actividades, reivindicar la integración de las actividades que se quieen subcontratar ( y de sus trabajadore4s).En muchos casos la subcontratación de actividades productivas espreludio de una deslocalización. -en la esfera estrictamente laboral, los comités de empresa deben tener capacidad para suspender un plan de reestructuración mientras obtiene la información necesaria para conocer la situación económico-financiera de la empresa.Capacidad del comité de empresa para plantear el derecho de veto ante medidas destructoras de empleo y deslocalización, lo cual supone una situación legal muy diferente de la actual.

Ante los retos planteados por la dinámica económica internacional, únicamente la adopción de medidas articuladas a nivel local y general, de empresas e instituciones, de resistencia y de exigencia de mayor democracia económica en la empresa( de caracter estratégico) harán posibles una dinámica socioproductiva más estable y justa y un mayor grado de bienestar social.