El Movimiento Nacional de Derechos Humanos – Lucha por la Vida, contra la Violencia, pide urgentemente, que las autoridades inicien las investigaciones de las muertes de civiles victimados por la actuación de grupos de exterminio y de policías civiles y militares, que vienen ocurriendo en varios estados del País. Pide además que se adopten políticas […]
«La estructuración y el fortalecimiento del crimen organizado son el resultado de años de desatención del área social; de la total ausencia del poder público en los barrios periféricos de las grandes ciudades del país; de la ausencia de políticas públicas que apunten a la inclusión social de la juventud brasilera; de la falta de una política nacional de seguridad pública y justicia; de la falta de respeto de los derechos humanos; del incumplimiento de la Constitución Federal de 1988 y de la propia legislación penal brasilera», destaca el documento del MNDH, divulgado el último día 1º de septiembre.
El documento menciona las muertes de civiles ocurridas en San Pablo, Espírito Santo, Mato Grosso do Sul, Paraná y Río de Janeiro. Y afirma que es posible que en otros estados también haya registro de estos tipos de crímenes. Del mismo modo, lamenta y repudia las muertes y cualquier forma de violencia contra los agentes del Estado (policías civiles y militares, agentes penitenciarios, guardias municipales, entre otros), ocurridas en los meses de mayo, junio, julio y agosto de este año.
De acuerdo con el Movimiento, es notorio que, actualmente, los presidios en Brasil no cumplen más la función social de devolver a la sociedad a los ciudadanos y que éstos puedan vivir lejos de la delincuencia. Y, de cierta forma, esto viene comprometiendo, hace tiempo, la cuestión de la seguridad pública en el país.
Para el MNDH, queda claro que la disminución de la violencia sólo será posible a partir del momento que los gobiernos adopten políticas públicas consistentes, sobre todo, en lo que respecta al sistema carcelario. Entre las demandas de esta área se encuentran: mayor aplicación de las penas alternativas para disminuir la superpoblación carcelaria; integración entre las policías y demás fuerzas de seguridad; diálogo permanente e integración entre los gobiernos, dejando de lado los intereses político-partidarios; reforma del Sistema Carcelario; garantía de trabajo y educación en los presidios, así como la progresión de las penas; separación de los presos por tipo y gravedad de los delitos cometidos y edad; entre otros.
El Movimiento Nacional de Derechos Humanos fue fundado en 1982 y es la mayor organización brasilera de derechos humanos, congregando una red con 400 entidades afiliadas.
Traducción: Daniel Barrantes – [email protected]