La histórica cancelación de deudas por 80 millones de dólares deudas por parte de Noruega a cinco países pobres fue aplaudida por activistas a favor de condonar los préstamos ilegítimos del Sur en desarrollo.
El gobierno noruego tomó la decisión luego de determinar que los préstamos no habían sido concedidos con la intención de fomentar el desarrollo
Varias importantes organizaciones no gubernamentales consideraron el anuncio del lunes un modelo a seguir por otros grandes acreedores para aliviar la crisis mundial de la deuda que exprime a muchos países del Sur en desarrollo.
«No es justo que la población de las naciones deudoras sigan pagando por préstamos otorgado de forma ilícita, negligente y motivados por política en el pasado», indicó la activista Gail Hurley de la organización internacional antideuda Eurodad, con sede en Bruselas.
«Hoy se rompió el silencio y urgimos a otros países acreedores, en especial de Europa, a asumir el papel audaz de Noruega», indicó.
Los países beneficiados son Ecuador, Egipto, Jamaica, Perú y Sierra Leona y en un futuro también podrían favorecerse Birmania y Sudán, informó la cancillería noruega.
El gobierno noruego, primero de un país rico que toma este tipo de medidas, admitió públicamente que la concesión de créditos fue «una política fallida» y contribuyó a la «deuda ilegítima» acumulada por años por esas naciones pobres y que consumió sus presupuestos para gastos sociales.
La decisión también es significativa porque Noruega rompió filas con el cartel de acreedores que en su mayoría niegan haber otorgado préstamos de forma irresponsable o motivados por razones políticas.
Las naciones ricas, en especial las pertenecientes al Club de Paris, y las agencias multilaterales de crédito como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional negaron haber fomentado las deudas ilegítimas de gobiernos corruptos o el fracaso de sus políticas en los países en desarrollo.
La declaración noruega revela que la «deuda ilegítima» en cuestión fue resultado de una campaña realizada por ese país entre 1976 y 1980 para solucionar los aprietos de su industria naval. Eso le permitió vender 156 buques y diversos equipamientos a naciones del Sur.
Los proyectos impulsados en esos países enseguida fracasaron y el gobierno noruego se convirtió en su prestamista.
«En tanto que acreedor, Noruega tuvo una responsabilidad compartida en las deudas subsiguientes», dice el comunicado.
«Al cancelar estos reclamos, Noruega asume la responsabilidad del fin de los pagos pendientes de la deuda de estos cinco países», declaró el ministro de Desarrollo Internacional, Erik Solheim.
Una investigación oficial de fines de la década del 80 reveló que las concesiones carecieron de análisis adecuados respecto de las necesidades reales de las naciones en desarrollo, así como de evaluaciones de riesgos.
Su principal conclusión fue que ese tipo de préstamos no debía repetirse.
«El gobierno de Noruega, de hecho, admitió que sus préstamos en estos casos particulares fueron irresponsables y estuvieron motivados por problemas internos, sin contar con análisis objetivos de las necesidades de desarrollo en los países involucrados», indicó la activista de Eurodad.
La propuesta forma parte del nuevo presupuesto del gobierno para 2007 presentado ante el parlamento. También sugiere que las deudas deben cancelarse de forma unilateral y sin condiciones, y sin asignaciones presupuestales adicionales.
El gobierno de este país rico en petróleo indicó que las deudas canceladas no formarían parte de la ayuda oficial para el desarrollo calculada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)