El Gobierno iraní anunció ayer que a partir de 2007 abandonará el dólar y utilizará el euro en sus transacciones comerciales, incluidas las petroleras. Justifica la medida por las presiones estadounidenses contra las actividades financieras de Teherán, que Washington sitúa en el marco de la crisis por el programa nuclear iraní. Analistas iraníes y extranjeros coinciden en destacar el carácter político de la medida, a la que auguran dificultades técnicas.
«Los recursos del extranjero y los beneficios petroleros serán calculados en euros y nosotros los recibiremos en euros para poner fin a la dependencia respecto al dólar», anunció ayer el portavoz del Gobierno iraní, Gholam Hossein Elham, quien añadió que el cambio afectará a sus activos en el extranjero. El Gobierno justificó este cambio por las crecientes dificultades de Irán de concluir contratos internacionales por las presiones estadounidenses. Washington, que acusa a Irán de ser un «banco central del terrorismo» y le exige asimismo que abandone su programa nuclear civil, incita a las instituciones financieras a cesar sus negocios con Teherán. Hacer el vacío financiero Teherán ha denunciado que los grandes bancos europeos y los del Golfo niegan toda transacción en dólares a Irán por presión directa de EEUU. Teherán anunció asimismo que presentará al Parlamento los próximos presupuestos del Estado en euros. Respecto a los contratos petrolíferos, el Gobierno reconoce la dificultad de convertir al euro los de larga duración aunque anunció su intención de buscar un equilibrio al 50% entre dólar y euro. Mohamed Reza Behzadian, economista iraní, coincide en la dificultad de convertir los petrodólares, aunque la extiende a las compras de bienes en el extranjero. Bruce Evers, analista británico, destaca el carácter político de la medida pero no excluye que Irán «piensa, probablemente con razón, que el euro es una moneda más fuerte y que actualmente pierde con el dólar, más volátil».