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Auge del petróleo no convencional y caída del convencional

Fuentes: La Jornada

Si la geopolítica del carbón, el petróleo y el gas varían sustancialmente entre sí, a fortiori , el petróleo no convencional expresa nuevas variables donde brilla intensamente el Golfo de México en el ámbito geoestratégico (palabra que desconoce la fauna neoliberal mexicana poseída por la fallida globalización financiera).

Resultó muy significativo que la consultora escocesa Wood Mackenzie (WM) haya elaborado un estudio sobre los hidrocarburos «no convencionales» y sus «oportunidades ocultas (¡súper sic!)», en el que examina su localización y tamaño, así como los principales temas asociados a su desarrollo en todo el mundo.

En su boletín de prensa alusivo, la consultora escocesa (no confundir con la falaz consultora estadunidense homónima con presuntos vínculos con la CIA) se jacta de «proveer un espectro amplio de productos de investigación y servicios de consultoría en las industrias científicas de energía y vida por más de 30 años», que incluye la base de datos de casi mil 100 empresas no convencionales. ¿Con cuáles de estas trasnacionales habrá concluido acuerdos en lo oscurito el director de Petróleos Mexicanos (Pemex) Chucho Reyes (alias Heroles) y de las que presuntamente fue su cabildero especial desde la fraudulenta encuestadora GEA, tras haber abandonado su cargo de embajador zedillista en Estados Unidos?

Doce días después de la asombrosa sincronía entre las amenazas de Al-Qaeda (ver: «¿Al Qaeda en Pemex?», Bajo la Lupa (*), 18-02-07) y la infame conferencia de prensa de Chucho Reyes donde no se ruborizó por su flagrante desinformación crónica (había estado durante tres años detrás de su aliado Luis Téllez Kuenzler en la Secretaría de Energía zedillista-entreguista), Reuters aborda el relevante reporte WM bajo la óptica de la expansión de las grandes trasnacionales petroleras en el sector no convencional que ahora se encuentra dominado por las compañías «independientes» que han sido pioneras en Norteamérica.

El alza en los precios de las materias primas permite la expansión de las grandes trasnacionales en el sector, a lo que se suma la llegada del petróleo «convencional» a su «pico» por los países no miembros de la OPEP en la próxima década, en el contexto de la dificultad para descubrir reservas de gas accesibles.

En forma interesante el reporte fue divulgado el mismo día tanto por la agencia británica Reuters como por el periódico galo Le Monde (19-02-07).

En su análisis del reporte escocés, Le Monde sintetiza que «en el futuro, el petróleo será más caro y su extracción más contaminante». De la descomunal cantidad de crudo no convencional en las profundidades de los mares o en forma de petróleo pesado solamente 8 por ciento está siendo explotado o lo será. De su total, sólo 15 por ciento corresponde a petróleo pesado o extra pesado.

El rotativo galo recuerda que «grandes compañías occidentales» explotan ya el petróleo bituminoso en Canadá y la variedad de crudo pesado en Venezuela, y subraya que la «transición hacia el petróleo no convencional será por necesidad más acelerada de lo que afirman los expertos de la industria», lo cual reclama una «reorganización importante de la industria energética», ya que la extracción de petróleo pesado requiere grandes cantidades de agua (¡ojo!), gas natural y solventes: una operación más cara, contaminante y codiciosa en energía que para la variedad convencional».

El consumo de petróleo convencional (de relativamente fácil acceso) ronda en 85 millones de barriles al día (MBD) y la muy mendaz Agencia Internacional de Energía (excrecencia de las estadísticas manoseadas por EU) «vaticina» en forma inverosímil que el consumo de petróleo no convencional será de 2 MBD de aquí a a 18 años.

Lo cierto es que el «declive del petróleo convencional pertenece a la narrativa de crónicas muy anunciadas. Según WM, el crudo y gas no convencionales de las «fuentes que tradicionalmente han sido difíciles de explotar abastecerán más de 20 por ciento de la demanda global en 2025 y constituirán 40 por ciento (¡súper sic!) del abastecimiento de gas de EU en 2010».

Por cierto, el gas es un tema que evitan debatir los neoliberales mexicanos que controlan a Pemex desde la Secretaría de Hacienda (el «cordobismo financiero»).

La consultoría escocesa indica que un precio mínimo de 40 dólares el barril del petróleo «convencional» constituye a mediano plazo el ambiente favorable para la explotación de la variedad no convencional (con la excepción del tipo «esquisto bituminoso») fuera de las regiones de Norteamérica que se encuentran ya en desarrollo.

Desde luego que el Golfo de México es copropiedad de México, EU y Cuba (en ese orden), pero nuestro país detenta la mayor proporción, por si lo ignoran tanto el zedillista-entreguista Chucho Reyes como el grupo travesti del PRI (desde el punto de vista ideológico, obviamente).

El petróleo no convencional sería superior a la cantidad de su similar convencional que los consuetudinarios mendaces analistas de EU (¿en qué área y tema no engañan?) colocan en 2 mil 275 miles de millones de barriles que seguido ajustan de acuerdo con sus intereses geopolíticos coyunturales. En contrapunto, el grupo de excelsos petrogeólogos de la Asociación para el Estudio del Pico de Petróleo y el Gas (ASPO, por sus siglas en inglés), que tuvo la razón histórica desde 1998, a cuya tesis se adhirió desde entonces Bajo la Lupa (*).

WM prevé que existe una reserva de petróleo no convencional de 3.6 millones de millones (trillones, en anglosajón) de barriles.

¿Cuánto dispondrá México de petróleo no convencional en el Golfo de México, cuya superficie es seis veces equivalente al golfo Pérsico y 4.5 veces al mar Caspio, respectivamente, primera y tercera reservas más importantes de petróleo convencional del planeta?

Llama poderosamente la atención que los mediocres Téllez Kuenzler y Chucho Reyes -ya no se diga el restante de los inimputables ex directores de Pemex y ex secretarios de Energía (uno más insignificante que el otro)-, más que haber fracasado ruidosamente en sus previos «pronósticos» perversos, bailen al son que les tocan las bolsas del duopolio petrolero trasnacional en Nueva York y Londres (Nymex e IPE).

En torno a 1998, la dupla apátrida y entreguista Téllez-Reyes «apostó», como eco de los asertos de sus amos anglosajones, al «fin de la era del petróleo caro (sic)», y ahora, sin el más mínimo rubor ético ni estético, adoptan la tesis añeja del «fin de la era del petróleo barato» (en referencia específica al yacimiento Cantarell) que adoptamos hace casi 10 años.

Es curioso que los neoliberales mexicanos que controlan Pemex desde la Secretaría de Hacienda desde hace un cuarto de siglo (con sus travestismos ideológicos de panistas y priístas, con algunos perredistas extraviados) pretendan esconder las pletóricas reservas de petróleo no convencional que posee México en la mayor proporción del Golfo de México, lo cual reclama medidas totalmente diferentes a las «alianzas estratégicas» y la privatización de los ductos de Pemex que buscan imponer bajo el dramatismo deliberado de la inevitablemente fatalista urgencia trágica.