La Comisión Europea reaccionó con incredulidad y disgusto ante la visita intempestiva de una delegación de opositores al Gobierno del presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, encabezada por el empresario Marcel Granier y el dirigente político Julio Borges. A la delegación se le había informado oficialmente y con anterioridad que la Comisión Europea no podría […]
La Comisión Europea reaccionó con incredulidad y disgusto ante la visita intempestiva de una delegación de opositores al Gobierno del presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, encabezada por el empresario Marcel Granier y el dirigente político Julio Borges.
A la delegación se le había informado oficialmente y con anterioridad que la Comisión Europea no podría recibirlos en esta fecha debido a los múltiples compromisos y actividades contemplados en la agenda oficial de la Comisión Europea.
Al parecer, la presencia de los opositores venezolanos en la sede de la comisión en Bruselas, Bélgica, habría originado cierto malestar entre los funcionarios de la comisión, quienes por razones de cortesía y alterando su agenda oficial procedieron a atenderlos.
Granier y Borges no fueron recibidos por el secretario general del Consejo de la Unión Europea, Javier Solana.
En su lugar, fueron atendidos por algunos funcionarios de la oficina de América Latina que manifestaron su posición de no emitir ningún pronunciamiento sobre las denuncias de Granier al tiempo que los invitaban a dialogar de manera constructiva con el Gobierno venezolano.
Además de Granier y Borges, en la delegación también se encontraba el ex embajador Milos Alcalay, quien en diciembre pasado protagonizó un escándalo en el Parlamento Europeo cuando intentó usurpar funciones de Estado al hacerse pasar por diputado venezolano.
El objetivo de Alcalay en esa ocasión era acceder a las reuniones de la instalación de la Asamblea Interparlamentaria de Unión Europea-América Latina (Eurolat).
El entonces presidente del Parlamento Europeo, Joseph Borrel, denunció la presencia irregular de Alcalay en la reunión.
El ex embajador venezolano pretendió ocupar uno de los escaños reservados para diputados pese a no ser parlamentario ni formar parte de la delegación oficial venezolana y, cuando se le pidió que abandonase el escaño, afirmó que había sido invitado por el Partido Popular Europeo y se negó a hacerlo.
La parada en Bruselas de la gira de Granier y la delegación de opositores al Gobierno venezolano se produce después de haber obtenido muy pocos resultados en Estrasburgo, donde sesionaba esta semana el Parlamento Europeo.