El gobierno de Venezuela rechazó hoy las críticas a la falta de libertad de expresión en el país realizadas en los últimos días por la organización estadounidense Freedom House, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y algunos representantes de la Iglesia Católica.Desde el Palacio de Miraflores, sede de gobierno nacional, el ministro de Comunicación e […]
El gobierno de Venezuela rechazó hoy las críticas a la falta de libertad de expresión en el país realizadas en los últimos días por la organización estadounidense Freedom House, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y algunos representantes de la Iglesia Católica.
Desde el Palacio de Miraflores, sede de gobierno nacional, el ministro de Comunicación e Información (MINCI), Willian Lara, calificó como ‘una cayapa’ (grupo) la campaña simultánea emprendida contra el gobierno del presidente Hugo Chávez, al que acusan de violar a la libertad de expresión. Lara pidió contrastar estas críticas con la situación real que vive el país.
Sostuvo que su despacho publicó un análisis sobre la libertad de expresión en Venezuela durante los últimos ocho años de gobierno, lapso en el que explicó no existe registro de ningún periodista perseguido, ni tampoco de ningún medio de comunicación cerrado por el gobierno.
Lara sólo hizo alusión a dos casos de medios de comunicación cerrados, que a su juicio constituyen un atentado contra la libertad de expresión, y se los atribuyó a la oposición venezolana.
Precisó que el primero de ellos fue el caso de Catia TV, cerrada por el ex alcalde Metropolitano de Caracas, Alfredo Peña, y el segundo el del canal estatal Venezolana de Televisión, clausurado en la noche del 11 de abril de 2002 por el entonces gobernador del estado de Miranda, Enrique Mendoza.
En sus declaraciones, Lara también hizo referencia a la existencia de procesos judiciales abiertos o cerrados contra periodistas, pero expresó que esos casos obedecen a acusaciones por difamación.
Calificó a Freedom House como una organización de extrema derecha y pensamiento neoconservador, al servicio de la administración del presidente George W. Bush.
Tras descalificar las acusaciones de la SIP, a la que consideró como una organización explotadora de periodistas, recriminó la posición política asumida por la Iglesia venezolana para fustigar al gobierno del presidente Chávez.
El titular del MINCI sostuvo que el clero no debería utilizar los símbolos de la iglesia con intenciones políticas y pidió una rápida rectificación al respecto.