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Venezuela no apta para cardiacos (o mejor dicho, corazones débiles)

Fuentes: Rebelión

Se dice que en Venezuela no se respetan las libertades democráticas y que la gestión de la economía es un desastre. Veamos. En Alemania se está reprimiendo a mansalva a los que protestan contra la cumbre de los gobernantes que rigen (mal) los destinos del mundo. En Venezuela los que están en contra de la no […]

Se dice que en Venezuela no se respetan las libertades democráticas y que la gestión de la economía es un desastre. Veamos.
 
En Alemania se está reprimiendo a mansalva a los que protestan contra la cumbre de los gobernantes que rigen (mal) los destinos del mundo. En Venezuela los que están en contra de la no renovación de la concesión a RCTV se han manifestado con entera libertad, a pesar de sus desmanes.
 
Se habrán preguntado, los críticos y observadores «imparciales», por qué a Chávez se le acusa de muchas cosas (incluso de «feo» y «malhablado») pero no se menciona presos políticos o prohibición de partidos políticos o represión -a pesar de que se cuentan con una bien actuada aprehensión los tanques que «patrullan» las calles de Caracas- o cierre de medios de comunicación. Lo de RCTV no es un cierre, sigue operando en cable e Internet y convocando al golpe confiado de que las «gestiones» de Aznar y adláteres ante otros gobiernos de América Latina, el desenfado calculado de los «socialistas» chilenos aunado a la provocación de la derecha brasileña o las maromas de circo de Alan García y Felipe Calderón permitirán que lo que su menguada capacidad de convocatoria interna no ha conseguido, ni conseguirá, pueda lograrlo una «abrumadora» presión internacional. Pues, parece que más presión llevan a cuesta los gobernantes de países «civilizados» reunidos en Alemania en una fortaleza inexpugnable, tal como lo vienen haciendo los últimos diez años.
 
Los llamados socialistas chilenos no tienen vergüenza ni autoridad moral: llevan a cabo una bárbara y racista represión contra los mapuches, los gobiernos de Lagos y Bachelet se han encargado de armar a Chile hasta los dientes, pero han tenido la osadía y desfachatez de comparar a Chávez con Pinochet a pesar de haber sido cómplices activos de las maniobras legales que le permitieron irse a la tumba sin pagar por el mar de asesinados y desaparecidos durante su dictadura. Qué decir de la acusación de Lagos a Chávez por aprovecharse de la chequera del petróleo, en tanto la chequera del cobre no ha sido utilizada para paliar la insultante desigualdad que impera en el país modelo e ícono de los febriles seguidores del «Consenso de Washington». Por algo ha de ser que la Concertación y específicamente el régimen de Bachelet  pasan «apuros políticos». ¡Que viva el «centrismo» socialdemócrata! Ya habrá ocasión para analizar lo que encubre esa presunta sofisticación y moderación -por decirlo de alguna manera- del quehacer político de la socialdemocracia.
 
¿Por qué será que mientras los expertos analistas de la opinión pública muestran sendas encuestas en las que se da cuenta del desmoronamiento de la aceptación de Hugo Chávez entre los venezolanos, el presidente de la República Bolivariana puede convocar un sábado a muchos más de un millón en las calles para responder a las cada vez más escuálidas huestes que no bajan de áridos cerros sino de arboladas lomas? A lo mejor sus movilizaciones sólo están acelerando la demarcación de campos en la sociedad venezolana, y nada indicaría que Hugo Chávez Frías estuviera perdiendo la batalla, sino todo lo contrario.
 
Así como legalidad no equivale a justicia, se podrá decir que popularidad no equivale a estar haciendo bien las cosas. Concedido, pero por dignidad apliquemos un sólo rasero para evaluar estas cosas. Quienes pensaron que la acelerada expansión de la economía venezolana en 2004 fue un «rebote estadístico» han de estar revisando sus textos de economía I antes de volver al debate. Habría que tomar debida nota de que en 2006 se verificó el porcentaje más bajo de endeudamiento público en más una década al ubicarse en 24,45% con respecto al PIB, y entre el 2003 y 2006, la deuda pública se redujo en 53%. Debido a las sucesivas amortizaciones que se están llevando a cabo para 2008 se estima que el saldo de la deuda podría ubicarse en 20% del PIB. Adicionalmente, el gobierno ha liquidado su deuda con el FMI y expulsado al representante del Banco Mundial liberando a Venezuela de un par de gruesas y asfixiantes cadenas. ((Ver http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/2/27542/Rep_Bolivariana_Venezuela.pdf))
 
La elevada inflación venezolana data de la década de 1990, época que antecedió al actual gobierno y en la que se enseñorearon los cultores del neoliberalismo. Su pico fue el 1996 cuando superó el 100%. Lo que se observa es que a lo largo de la década en curso ha descendido a niveles inferiores a los que prevalecían cuando Hugo Chávez asumió la presidencia. A finales de 1998 la inflación era cercana al 30%, el único año en que ha superado ese nivel ha sido en 2002, el año del golpe y la aguda crisis política. Si bien detenta el nivel más elevado en América Latina y a pesar del ingreso de divisas que ha traído consigo el alza de los precios del petróleo, la inflación se encuentra en uno de los niveles más bajos desde 1992. (Idem).
 
En el Panorama Social de América Latina 2006 de la CEPAL se reporta lo siguiente:
 
1. La pobreza en Venezuela pasó de 49.4% en 1999 a 37.1% en 2005 (nivel inferior al prevalecientes en 1990: 39.8%), y para el mismo periodo la indigencia pasó de 21.7% a 15.9%. La CEPAL destaca a Venezuela como una de las dos economías con mejor desempeño en la reducción de la pobreza. Si nos concentráramos en el periodo 2002-2005 el desempeño de Venezuela en cuanto a reducción de pobreza ha sido el más notable, a pesar incluso de que en 2002-2003 debido al boicot empresarial el ingreso per cápita disminuyó (Ver pág. 69).
 
2. El producto por habitante cayó severamente durante la crisis provocada por la derecha en 2002-2003, pero se ha recuperado superando los niveles previos a la crisis. Sólo así podría disminuir tan marcadamente la pobreza y la indigencia. En 2005 el crecimiento del PIB por habitante fue de 7.5%, el tercer mejor desempeño en AL.
 
3. CEPAL reconoce que está evaluando las cifras de reducción de pobreza porque las que posee discrepan en elevada proporción de las cifras del INE en lo que se refiere al grado de avance en la reducción de la pobreza en términos porcentuales. (Ver Nota 5 pág. 23). Aun cuando estos avances han sido modestos la situación actual es mucho mejor que la prevaleciente en 1990. Si Venezuela logra preservar la tasa promedio de crecimiento para el 2015 habrá reducido a la mitad su pobreza (Ver pág. 77).
 
4. En cuanto a la distribución del ingreso, Venezuela figura en el grupo de países que mejor desempeño tuvo en la materia para el periodo 2003-2005 comparado con el periodo 1998-1999 entre el 10% más rico y el 40% más pobre. El coeficiente Gini para Venezuela se ubicó en 2005 en el tercer mejor lugar de América Latina.
 
5. La economía venezolana muestra la mayor reducción del desempleo en la región en el periodo 2002-2005; si bien venía de tasas muy elevadas, esa reducción ha tenido mayor énfasis en los estratos de menores ingresos.
 
6. Venezuela figura entre los cuatro países con mayor incremento de los salarios medios reales (4.1%). El  nivel salarial pasó de 355 a 644 dólares de 2002. Los salarios más altos en América Latina no lo detentan Chile ni México sino Venezuela.
 
Por supuesto que cuando en Venezuela mejoran los niveles de vida los críticos oportunistas dicen que se debió a la «repartija irresponsable de recursos» del populismo, aunque paradójicamente los otros críticos de Chávez enfatizan que no ha habido mejoría en las condiciones de vida. A éstos no los sustentas los datos. Visto desde ese prisma, al parecer Ricardo Lagos es un experto en detectar populismos, por eso se negó a disponer de recursos públicos para apoyar la educación de los sectores de menores ingresos de su país y disminuir la desigualdad, a pesar de su profunda convicción de que el camino para combatir la desigualdad es la educación.
 
Ahora bien, en cuanto a la sostenibilidad de las tendencias, en el caso de Venezuela se ha insistido en que se debe a la «coyuntura» favorable del petróleo. A lo mejor del cobre se puede hablar de coyuntura favorable, pero en el caso del petróleo es claro que la era del petróleo barato ha terminado al impulso del agotamiento de las reservas, de una demanda mundial exacerbada, y de las pretensiones de dominación geopolítica de Estados Unidos. Una evidencia de que esto es así es la desesperación de la mayor potencia por tomar control de las reservas petrolíferas y gasíferas del Medio Oriente y del Asia Central, para posteriormente hacerse cargo de las que tenemos en el continente, incluido Canadá y por supuesto Venezuela, México, Ecuador,  Bolivia y Colombia. Por ello reactiva el Plan Puebla Panamá (PPP) con un mayor énfasis en la construcción de redes para la explotación de recursos naturales (petróleo, gas, biodiversidad, agua) que en la de carreteras y vías de transporte multimodal vinculadas a la fracasada maquila. Por eso mismo, no es casual que varios de los presidentes reunidos recientemente para el relanzamiento del PPP se hayan pronunciado por una mayor presencia militar en la región ni que México esté viviendo los prolegómenos de su militarización como «respuesta» a la exacerbación de la violencia de las bandas de sicarios de narcotraficantes o que se haya integrado a Colombia como nuevo socio del eje geoeconómico.
 
El precio del petróleo seguirá alto, probablemente con altibajos, pero alto. Eso es lo que alienta sin duda a Chávez a seguir adelante y acelerar el proyecto bolivariano. Lo que significa un cambio drástico respecto de la cultura del entreguismo y la parsimonia de las clases dominantes de AL. Los hijos de Aznar (Calderón y Uribe) son el verdadero peligro para nuestras naciones, pero la propaganda imperial se desgarra las vestiduras con Chávez, Morales, Castro y Correa.