La reducción casi al doble del nivel de pobreza los últimos años en el país se produjo fundamentalmente gracias al intenso crecimiento económico y el aumento de los ingresos de la población en general.Por su puesto, el Estado destina cantidades considerables para ayudar a la gente de pocos ingresos. Pero esto ayuda muy poco a […]
La reducción casi al doble del nivel de pobreza los últimos años en el país se produjo fundamentalmente gracias al intenso crecimiento económico y el aumento de los ingresos de la población en general.
Por su puesto, el Estado destina cantidades considerables para ayudar a la gente de pocos ingresos. Pero esto ayuda muy poco a resolver la situación.
Según datos del Instituto ruso de la Economía de la Ciudad, para la ayuda social de las capas más pobres en Rusia se destina una suma equivalente al 6,3 por ciento del PIB, es decir en 2007, cerca de 1.677 millones de rublos (48.000 millones de euros). Esta cifra fácilmente puede duplicarse si a los gastos sociales se le agregan las obligaciones del estado con respecto a los jubilados (los jubilados en Rusia son una de las capas más desprotegidas de la sociedad). Pero el efecto de los esfuerzos de Estado en el campo social por sus dimensiones no tiene ninguna comparación con los programas análogos en otros países.
Según opiniones de expertos del Banco Mundial, la débil efectividad de política social del Estado se debe a que los esfuerzos de las autoridades rusas en este sentido son dispersos. La mayoría de los programas de ayuda en Rusia no tienen carácter concreto. El pago de las subvenciones no se proporciona a aquellos que más las necesitan, sino a amplios grupos sociales o de edades, independientemente del monto de sus ingresos (jubilados, veteranos de la guerra, discapacitados). Como resultado, la capa de la población verdaderamente pobre de acuerdo a todos los criterios, apenas recibe una parte de los subsidios sociales. Según cálculos del Instituto Independiente de Política Social, sólo el 8 por ciento de los gastos sociales asignados por el Estado llegan al 20 por ciento de la población más necesitada. Mientras, el 10 por ciento de todos los recursos los recibe el 20 por ciento de los ciudadanos con ingresos altos.
La ayuda concreta en Rusia se proporciona únicamente en tres casos: en forma de subsidios infantiles, subsidios de vivienda y en los programas regionales para la población pobre.
El conjunto de recursos que aglutinan estos programas concretos tiene un monto aproximado del 0,3 por ciento del PIB (80.000 millones de rublos o 2.300 millones de euros). Con frecuencia este dinero llega realmente a quienes lo necesitan, según el Banco Mundial, el 47 por ciento de los que reciben subsidio infantil y el 35 por ciento de los que tienen derecho a subsidios de vivienda pueden incluirse en la categoría de pobres. Pero el resto de la ayuda social en variadas proporciones se distribuye entre un amplio círculo de rusos, muchos de los cuales no están muy urgidos de esa ayuda. Además, las instituciones que responden por la elaboración de las estrategias de política social carecen de criterios para establecer la ayuda concreta, y en conclusión, sumas equivalentes se destinan a ricos y pobres.
De una u otra forma, los programas sociales antes mencionados suponen dinero real que recibe la gente pobre y que al final, elevan su nivel de bienestar. Pero el problema principal que se ha creado en el sistema social de Rusia radica en que muchas de las ayudas no tienen carácter material.
Precisamente por esto, no es posible contabilizar cual es el volumen de la ayuda que recibe un ciudadano concreto por parte del Estado.
Los últimos años, el Estado ha adoptado unas serie de medidas para transferir la mayor parte de los subsidios a un equivalente en metálico, pero como antes, no se puede contabilizar el monto del subsidio que suponen los viajes gratis en el transporte público asignado a muchas categoría de ciudadanos de escasos recursos. Unicamente en Moscú y algunas ciudades opera un sistema electrónico de cómputo que permite establecer cuántos viajes con tarifa subvencionada realizó concretamente un usuario del paquete social. En el resto del territorio del país este privilegio se proporciona sin ningún control.
Expertos del Banco Mundial recomiendan determinar de forma más detallada los favorecidos de los programas de ayuda a los pobres. Pero para esto se requieren investigaciones colosales, elaborar metodologías para clasificar la pobreza real a partir del lugar donde vive la persona, de qué se alimenta, y si tiene o no ingresos adicionales. En general se trata de propuestas acertadas, pero la reestructuración de todo el sistema social del país y la sistematización de la ayuda a los pobres requiere recursos y éstos todavía hay que conseguirlos, de aquella masa de dinero asignada por el Estados para los programas sociales.