(1’52» / 440 Kb) – El secretario de Recursos Hídricos y Ambientales Urbanos del Ministerio del Medio Ambiente, Luciano Zica, reconoció que gran parte de la población brasileña no consume agua de calidad. En declaración a la prensa, Luciano señala la necesidad brasileña de invertir en saneamiento básico para cambiar esta situación. Los mayores perjuicios, […]
(1’52» / 440 Kb) – El secretario de Recursos Hídricos y Ambientales Urbanos del Ministerio del Medio Ambiente, Luciano Zica, reconoció que gran parte de la población brasileña no consume agua de calidad. En declaración a la prensa, Luciano señala la necesidad brasileña de invertir en saneamiento básico para cambiar esta situación. Los mayores perjuicios, según él, son para la población de áreas rurales, favelas y de la región semiárida del nordeste que ingirieren agua de arroyos y pozos.
Brasil, a diferencia de los demás países de América Latina, posee un programa de garantía y control del agua. El Plan Nacional de Recursos Hídricos fue sancionado en enero de 2006, pero la ley aún no fue reglamentada. En 2005, el país fue apuntado por la Organización de la Naciones Unidas (ONU) como uno de los peores de América Latina en saneamiento básico. El informe de la ONU revela que Brasil fue el único país en el que la parcela de la población rural con acceso al saneamiento básico disminuyó. Pasó de 37% en 1990 para 25% en 2002.
Para atemperar estos problemas, el secretario de recursos hídricos propone alternativas como la reglamentación de la ley del plan nacional y aun cambios en el modo de cobranza por el uso del agua, para garantizar recursos para la revitalización de cuencas hidrográficas y acuíferos, cobrando el consumo del agua bruta. Este modelo ya fue adoptado en San Pablo, por ejemplo, donde, en las cuencas de los ríos Piracicaba, Capivarí y Jundiaí, la compañía de Saneamiento Básico del Estado de San Pablo (Sabesp) es la mayor pagadora. Informaciones de la Agencia Nacional de Aguas apuntan que en 2006, la Saneamiento Básico del Estado de San Pablo gastó alrededor de US$ 3 millones por la utilización de las aguas.