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Chávez-Allende: ¿paralelismos?

Fuentes: Aporrea

Ahora que se cumplen 34 años del golpe contra el presidente socialista Salvador Allende en Chile, y por coincidir este aniversario con el impulso en Venezuela de una reforma constitucional promovida como vía para la construcción del socialismo, conviene echar una mirada a aquel antecedente histórico abortado a sangre y fuego. Véanse las siguientes citas […]

Ahora que se cumplen 34 años del golpe contra el presidente socialista Salvador Allende en Chile, y por coincidir este aniversario con el impulso en Venezuela de una reforma constitucional promovida como vía para la construcción del socialismo, conviene echar una mirada a aquel antecedente histórico abortado a sangre y fuego.

Véanse las siguientes citas y evalúe usted si tienen alguna coincidencia o pertinencia con la Venezuela actual.

-«No veo por qué tenemos que sentarnos a esperar viendo cómo un país se vuelve comunista debido a la irresponsabilidad de su propio pueblo». Henry Kissinger en la Casa Blanca, poco antes del triunfo de Allende en 1970.

-«Poder popular significa que acabaremos con los pilares donde se afianzan las minorías que, desde siempre, condenaron a nuestro país al subdesarrollo. Acabaremos con los monopolios, que entregan a unas pocas docenas de familias el control de la economía. Acabaremos con un sistema fiscal puesto al servicio del lucro, y que siempre ha gravado más a los pobres que a los ricos; que ha concentrado el ahorro nacional en manos de los banqueros y su apetito de enriquecimiento. Vamos a nacionalizar el crédito para ponerlo al servicio de la prosperidad nacional y popular. Acabaremos con los latifundios, que siguen condenando a miles de campesinos a la sumisión, a la miseria, impidiendo que el país obtenga de sus tierras todos los alimentos que necesitamos. Una auténtica reforma agraria hará esto posible. Terminaremos con el proceso de desnacionalización, cada vez mayor, de nuestras industrias y fuentes de trabajo, que nos somete a la explotación foránea. Recuperaremos para Chile sus riquezas fundamentales. Vamos a devolver a nuestro pueblo las grandes minas de cobre, de carbón, de hierro, de salitre. Conseguirlo está en nuestras manos, en las manos de quienes ganan su vida con su trabajo y que están hoy en el centro del poder» Discurso de Salvador Allende en el Estadio Nacional, 5 de noviembre de 1970.

-«El informe Covert Action in Chile, emitido por el Comité presidido por Frank Church e integrado por otros 10 senadores de EEUU, señala con meridiana claridad que la CIA sobornó (léase compró) a ejecutivos y periodistas de El Mercurio; que fundó publicaciones como el diario Tribuna, la revista Sepa, entre otras; y que en los hechos infiltró a los menos la mitad del mundo periodístico entre 1970-73». Hernán Uribe, periodista chileno.

«La acción de la CIA incluía un grupo de apoyo periodístico que suministraba artículos sobre la política, editoriales y noticias para colocar en la prensa y en la radio. Otro de los proyectos proporcionaba fondos para fichas (nombre eufemístico de agentes) individuales en la prensa. Otras fichas, empleados todos de El Mercurio, permitían que la Estación CIA publicara más de un editorial al día basado en sus orientaciones. La campaña de propaganda tenía varios componentes. Las predicciones del colapso económico con Allende eran reproducidas por periódicos europeos y latinoamericanos en artículos originales de la CIA. El Mercurio fue uno de los principales canales de propaganda en 1970-73, como lo había sido en las elecciones de 1970 y en el período anterior a la posesión de Allende (04/11/1970)». Informe Church.

-«Hay que hacer aullar de dolor a la economía chilena». Instrucción de Richard Nixon, presidente de EEUU, al director de la CIA, Richard Helms. 15/09/1970.

-«El Presidente (Nixon) me ordenó instigar un golpe militar en Chile, un país hasta entonces democrático» Richard Helms, ex director de la CIA, en sus memorias.

-«El pobre tenía más dinero y comía mejor». Nathaniel Davis, embajador de EEUU en Chile, reconociendo la recuperación del poder adquisitivo de las clases populares bajo el gobierno de la Unidad Popular.

-«No hay mejor huracán que el miedo. Una hoguera de terror fue alimentada con gruesos leños por los medios derechistas. Y como la acción provoca reacción, esa hoguera también fue soplada -a todo pulmón- por la verborrea revolucionaria, en eslóganes y canciones (…). Así, la mayor parte de los aterrados empresarios reaccionó como era de esperar: se frenaron las inversiones, se redujo la producción de bienes o no se respondió a la mayor demanda. Comenzó la escasez de productos esenciales. Allende ordenó la ‘batalla por la producción’, pero no había esfuerzo capaz de satisfacer la sobredemanda, que a su vez se multiplicaba como efecto de la incertidumbre y el miedo (…). La acción de boicot del gremio de los comerciantes también fue devastadora. Se acaparaban alimentos y otros productos de primera necesidad para hacer copiosas ganancias en el mercado negro. Y el clave transporte de mercaderías, en un país largo y delgado, de difícil geografía, fue boicoteado por la paralización de los gremios de los dueños de los camiones». Patricia Verdugo, en su libro Salvador Allende, cómo la Casa Blanca provocó su muerte.

-«La CIA, al financiar a los camioneros, comerciantes y otros gremios que se organizaron contra el régimen de Allende, pudo crear la apariencia de caos y desorganización que siempre resulta atractiva a los líderes militares de derecha». Phillip Agee, ex agente de la CIA.

-«Me obsesiona el recuerdo del día en que el presidente Allende, al aceptar mi renuncia, mientras almorzábamos en La Moneda, me pidió opinión acerca de Augusto Pinochet, como sucesor en la comandancia en jefe. Dos veces repitió su pregunta. Y como yo mantuviera silencio, extrañado, quiso saber si yo tenía dudas de la lealtad de Pinochet. Mi respuesta fue: «No, Presidente. No tengo motivo para desaconsejar la designación del general Pinochet como comandante en jefe. Confío en que él sabrá secundarlo a usted con la misma lealtad con que yo lo he hecho». Ahora los acontecimientos empiezan a demostrar quién es en realidad Pinochet. Es el bellaco de luces limitadas y ambición desmedida, capaz de pasar una vida arrastrándose o agazapado a la espera del instante de cometer un crimen a mansalva, que le permita cambiar su destino por un golpe de audacia. Tengo la convicción de que sólo se subió al carro de los golpistas en el último minuto, pero no dudo que se aferrará al poder, cueste lo que cueste». General Carlos Prats, ex ministro de la Defensa, posteriormente asesinado por agentes de Pinochet.

-«Mientras fue presidente, Allende nunca convocó a sus seguidores a formar milicias revolucionarias. La Constitución, en toda nación democrática, entrega el monopolio del uso de las armas a un único grupo organizado: las Fuerzas Armadas. El presidente Allende respetó, e incluso pidió su colaboración, en el gabinete, para dar una señal que hiciera desistir a los complotados. Pero no lo consiguió». Patricia Verdugo. Ibídem.

-«En 1973, el 36,6% de la prensa escrita nacional era de izquierda. La dictadura eliminó 312.000 ejemplares diarios identificados con el gobierno de Salvador Allende: Clarín (220.000), El Siglo (29.000), Puro Chile (25.000), La Nación (21.000) y Las Noticias de Ultima Hora (17.000). Los diarios que apoyaron el golpe también padecieron después control y censura: La Tercera ( 220.000), El Mercurio (126.000), Las Ultimas Noticias (81.000), La Segunda (55.000), Tribuna (40.000) y La Prensa (29.000), con un total de 541.000 ejemplares diarios. En estos medios también trabajó gente que no comulgó con el totalitarismo de los dueños. Se cerraron unas 40 radioemisoras allendistas (contra 115 partidarias del golpe), 11 periódicos provinciales y un centenar de revistas publicadas por Quimantú (la editorial ZigZag estatizada, que hoy es de Ricardo Claro), Horizonte (PC), Prensa Latinoamericana (PS) y otras empresas desaparecidas junto a su maquinaria e inmuebles. Decenas de revistas anti-Allende apoyaron con fervor el nuevo régimen». Ernesto Carmona, periodista chileno.

¿Seguirá el pensamiento de Kissinger, resumido en la primera de estas citas, instalado como software entre los jefes de la política exterior norteamericana? ¿El mundo ha cambiado tanto como para descartar por completo una evolución semejante de los acontecimientos? ¿El petróleo, el liderazgo militar de Chávez, la extracción popular del Ejército y la creación de la Milicia como nuevo componente de la FAN son suficiente antídoto para un escenario como el del 11 de septiembre en La Moneda? ¿Respuesta definitiva?