El 29 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano anda más que cercano. Tendrá por Sede La Habana y como cada año la primera quincena de diciembre, esta vez del 4 al 14. Es este uno de esos años marcados por la historia para la remembranza y que por esa misma razón obliga a forzar la […]
El 29 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano anda más que cercano. Tendrá por Sede La Habana y como cada año la primera quincena de diciembre, esta vez del 4 al 14. Es este uno de esos años marcados por la historia para la remembranza y que por esa misma razón obliga a forzar la mirada hacia el futuro. Es el 40 Aniversario del Festival de Viña del Mar, Chile, 1967, el Festival fundacional del Movimiento del Nuevo Cine Latinoamericano e inspirador de cuanto hacemos y de este Festival. Cuatro decenios, las nuevas generaciones de cineastas, su mensaje, sus estilos, la estética que nutre la incidencia de cambios y visiones y experiencias y tecnologías que todo transforman y liberan, obligan una vez más a recordar aquellos días en que muy jóvenes cineastas encontraron por vez primera a sus iguales llegados de países muy diversos y en los que sin embargo se reconocían.
El Movimiento del Nuevo Cine Latinoamericano se supo así existente y capaz de unidad fraterna y solidaria en la diversidad más enriquecedora. Las culturas, los idiomas, las etnias, las montañas, el mar, eso que se daba en llamar niveles de desarrollo, abismos aparentes, distancias inconmensurables, nada alcanzaba a separarnos, la emergencia casi tectónica de una voluntad de afirmación de identidades, de romper sujeciones, de liberación, de desbordar la cristalización de ideologías y pasar a la acción transformadora y creativa nos unía de tal modo que, tras cuatro decenios, el Nuevo Cine sigue siendo Nuevo porque se renueva y reconoce, como aquellos rostros de hermanos, en los que llegan y fundan lenguajes y miradas, hacen proposiciones y siembran interrogantes. En Viña del Mar 67 cuando ya nos reconocíamos los de aquella generación, cerramos el Festival nombrando a Che presidente de Honor. Ya había regresado Che al Cono Sur a sembrarse en Símbolo de futuros que van llegando trabajosa y lentamente, pero que van llegando. El 29 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano rinde homenaje al de Viña del Mar 67 en este su primer Mensaje-Llamamiento hacia el que tendrá lugar a partir del próximo 4 de diciembre y hasta el día 14.
En el curso del Festival tendrá lugar el Concurso con sus Secciones varias, la Programación general que ofrecerá como es habitual las obras en Concurso y un panorama lo más amplio que posible del Nuevo Cine y del Cine Contemporáneo en general a través de sus Muestras y Homenajes, Retrospectivas, Concurso y Exposiciones de Carteles, Muestras de Artes Plásticas, Conciertos, Danza, Presentación de nuevos Libros y el Concurso de Guiones inéditos y de posible realización y tal vez sea posible incluir un taller buscador de ideas y guiones que, cuanto más sean y atención provoquen, mejor será.
El 29 Festival fiel a la tradición de siempre renovarse en tanto que ámbito de Seminarios-Talleres de Reflexión contará con varios que tendrán como objetivo abrir interrogantes y acercar respuestas. Y sabedor de que las respuestas absolutas no son posibles se propone ante todo provocar inquietudes.
La programación toda del Festival sigue ese principio: conocernos, conocer; confrontar obras, abrir debate; facilitar encuentros, diálogo, concertación; descubrir diferencias, aprender de ellas, enriquecernos todos en el marco deslumbrante de la diversidad. Cultivar o contribuir a que conocernos mejor y rostro a rostro resulte puente de solidaridades. Sembrar puentes sería acaso todo un lema para el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano y ojalá lo sea para todo el entramado y formas de encuentro que los cineastas de América Latina (y del mundo) seamos capaces de animar. Puentes y más puentes, construirlos, recorrerlos es, para el cine, la tarea y objetivo del 29 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.