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Contexto mundial

Incertidumbre económica e inestabilidad política en aumento

Fuentes: Argenpress

Los vaivenes en varios pliegues de la economía, y la intensificación del comercio global están afectando, más de lo esperado, la distribución de la riqueza y la rentabilidad. Esta intensidad comercial global acoplada con la transformación tecnológica, incide negativamente en el empleo. Las personas se endeudan más que antes y el andamio monetario se resiente. […]

Los vaivenes en varios pliegues de la economía, y la intensificación del comercio global están afectando, más de lo esperado, la distribución de la riqueza y la rentabilidad. Esta intensidad comercial global acoplada con la transformación tecnológica, incide negativamente en el empleo. Las personas se endeudan más que antes y el andamio monetario se resiente.

Esa mezcla de disconformidad y estado de alerta en la autoridad central de la economía del planeta situada en el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), se acentuó en 2007. Aunque los últimos informes del BM y el FMI relativizan el diagnóstico, los desequilibrios son marcados, y lo que es más grave: las respuestas políticas para contener la demanda social, son insuficientes, o inadecuadas. En países emblemáticos para Occidente como India, Brasil, México, Chile, Argentina, Sudáfrica, entre otros, los políticos se sustentan en el poder con un lenguaje propendiendo a la distribución de la riqueza, sabiendo que cualquier política para revertir la situación de desigualdad, conlleva enormes limitantes. Todavía más, cualquier cambio drástico en la línea, debería ser cotejado con las directrices de estos organismos.

El FMI en su World Economic Outlook de 2007 lo plantea sin ambages: «… Se puede hacer más para ayudar a aquellos cuyos empleos han sido particularmente afectados por tendencias recientes en tecnología y comercio, a través de mejores sistemas de educación, mercados de empleos más flexibles, y sistemas de bienestar que absorban el impacto, pero, que no obstruyan los cambios económicos».

Este «pero», es un claro aviso al político que no enfrenta a su electorado con una agenda más realista. La demagogia no es sólo de los países emergentes. En Alemania Angela Merkel y en Francia Nicolás Sarkozy, pudieron ser elegidos «haciéndole un guiño» a la presión popular de mantener algún remanente del estado de bienestar.

Política fiscal unilateral

Hay inquietud en las cúpulas internacionales políticas y financieras. El sistema doble de economía y política, a pesar del progreso en su sofisticación técnica, continúa moviéndose como si recorriera una jungla del Congo en el siglo XIX: midiendo paso a paso, pronosticando, preparándose con el equipamiento inadecuado, conteniendo el ímpetu con el desastre en mente. Sucede en cada renglón: con inversión, flujo de capitales, inflación, crecimiento económico, empleo, demandas sociales, entre otros. Sin embargo, la opción para manejar este sistema es la cantidad de dinero que «se suelta» al mercado del dinero.

El resto se deja a la dinámica del «otro mercado». Se sabe que la maquinita del sistema capitalista, desde John Maynard Keynes y Joseph Schumpeter hacia adelante, no funciona con menor incertidumbre, sin la mediación de un aparato central – el estado- que determina la política fiscal. ¿Si la «impone» (en forma negociada), respecto al dinero, por qué no intercede en otros ítems de la economía? Generalmente se esperan las crisis para que esto suceda. De allí que haya recuperado vigencia el «pacto social», reestablecido como corriente salvadora del sistema.

La sensible inflación

A pesar del crecimiento sostenido de la economía mundial – 5.4 % en 2006 y 4.9% estimado para 2007-, la reconocida robustez del fenómeno, no es suficiente para evitar la volatilidad financiera, y la persistente inflación. No hay respuestas claras a la recurrencia de estos fenómenos, y cuando un sistema anclado en normas demasiado centralizadas no «descubre» las causas técnicas del problema económico, habría que escarbar en otras raíces, la política por ejemplo.

El aumento de la inflación perturba a los centros financieros. Así como el alza del combustible afecta con mayor severidad a los países de menores ingresos, la inflación global les es aún más perniciosa. Hay 81 países con un ingreso per cápita de US$ 1.000, situación que amenaza la estabilidad de sus estados y sus tejidos sociales. Aunque para el BM y el FMI los riesgos de la inflación son moderados, aumenta en un país pivote como los EEUU, llegando al 6.0% el primer trimestre de 2007. En India, partes de Asia y Africa, también se observa una tendencia al alza.

En América Latina según las estimaciones del BID (Powell y Salazni), la inflación asciende a un 6.4% en 2007, y la estimación en los últimos tres meses para 2008, se eleva de un 6.64% a un 6.87%, En 2007, la inflación en Brasil, subió de 3.59% a 5.03%, en Uruguay de 7.68% a 8.69%. En Costa Rica bordea el 9.00%, y en Guatemala el 6.00%. En Chile, está estimada en 5.7%, con México mostrando un alza brusca de 3.58% a 6.65%, en los últimos tres meses.

Centralizando decisiones

En un discurso del 11 de octubre, el presidente del Banco Mundial Robert Zoellick, destacó que «El 70 por ciento de los pobres del mundo, viven en países en vías de prosperidad y de que la asistencia internacional era necesaria para ayudarlos a manejar los problemas del daño medio ambiental, la escasez de energía, y otros problemas que generan inestabilidad». Para el Banco Mundial, las prioridades son: atacar la pobreza, ayudar a los países devastados por guerra o conflictos internos, encausar la cooperación internacional para combatir las enfermedades y el cambio climático, ayudar al mundo árabe, y promover la asistencia técnica para guiar el desarrollo en los países más vulnerables.

Si se revisa la agenda de la ONU desde su fundación, esta del BM de 2007, no es diferente, con la excepción del calentamiento del planeta y una sorprendente preocupación con los árabes. Lo que se visualiza con nitidez, son las directrices de los organismos financieros internacionales con un énfasis en asegurar la estabilidad social y política. La reconstrucción de sociedades diezmadas, queda suspendida en su nombre menos divulgado: Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo. El altruismo realista actual, no alcanza para sentar políticas que ayudaron en los años 70, en el desarrollo de India por ejemplo.

Son 185 los ministros de hacienda y de economía representando a un número similar de naciones, que se reúnen en Washington esta semana con los órganos financieros internacionales. En un esquema remozado de centralidad, frente a las amenazas de desequilibrios o crisis económicas, estos órganos resuelven como si gobernaran una factoría global, donde lo único realmente global es la hacienda., mientras la pobreza se reparte como en la época colonial.