El presidente Rafael Correa, advirtió que la política económica de Ecuador es soberana y no obedece a dictados externos ni a la intromisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) ni del Banco Mundial. Correa presentó este martes el informe de su gestión ante la Asamblea Constituyente, al cumplir su primer como presidente de Ecuador y del […]
El presidente Rafael Correa, advirtió que la política económica de Ecuador es soberana y no obedece a dictados externos ni a la intromisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) ni del Banco Mundial.
Correa presentó este martes el informe de su gestión ante la Asamblea Constituyente, al cumplir su primer como presidente de Ecuador y del inicio de la denominada ‘revolución ciudadana’ que promueve su gobierno.
Correa asistió a la Asamblea Constituyente instalada en el complejo Ciudad Alfaro del cantón Montecristi, donde asistieron 129 asambleístas y 480 invitados.
Fue la primera ocasión en que un presidente ecuatoriano presenta su informe anual ante la Constituyente debido a que desde noviembre pasado dejó de operar el Congreso Nacional.
Correa dijo que por primera vez, en 2007 el pago de la deuda social superó al del servicio de la deuda externa.
El presidente, un economista de 44 años, dijo que en los últimos 12 meses ocurrieron ‘cosas sencillas’, como la de reducir el sueldo del presidente de la República y lograr por primera vez en la historia equidad de género en el gabinete ministerial’.
Se hizo mucho, pero todavía falta muchísimo, añadió, aun cuando admitió que resta por reconstruir los sectores de salud y educación y generar fuentes de trabajo para poder sacar al país de la miseria, de la pobreza y la injusticia.
También advirtió que ante las profundas transformaciones que se efectuarán a través de la Asamblea Constituyente, estará una oposición debilitada, pero no vencida, que se reorganiza para impedir el proceso de cambio.
‘Vendrán las verdaderas resistencias, vendrán los verdaderos ataques’, porque ciertos sectores de poder iniciarán una nueva ofensiva y ‘la verdadera resistencia’, agregó.
Además, consideró que en su primer año en política exterior Ecuador consolidó su presencia en el concierto internacional y recuperó su identidad, dignidad y soberanía.
Ecuador estrecho relaciones con sus vecinos suramericanos y se sumó a la corriente integracionista latinoamericana, dijo.
Asimismo, ratificó que no renovará el permiso para la base estadounidense de Manta, que expira en 2009, y denunció el tratado de protección de inversiones entre Estados Unidos y Ecuador, que dijo no es beneficioso para el país.
Correa indicó que en el primer año de gestión visitó China, Arabia Saudita, Indonesia y varios países latinoamericanos para explorar mercados para Ecuador, y anunció la apertura de oficinas consulares en Riad, Dubai, Irán y Sudáfrica.
El presidente dijo que 2007 fue ‘tremendamente duro, pero también tremendamente feliz’, porque con su llegada a la Presidencia juró cumplir el mandato que le dieran el 26 de noviembre de 2006: por el cambio profundo, rápido y radical.
Correa añadió que en lo económico el país logró la recuperación de la producción petrolera y se tuvo el mejor año agrícola, mientras el desempleo está ahora en franca caída.
Ante las críticas de la derecha que responsabiliza al gobierno por el pobre crecimiento de 2,65 por ciento del Producto Interno Bruto en 2007, Correa dijo que es más importante la millonaria inversión dedicada al sector social.
El presidente adelantó que 2008 será un buen año petrolero y anunció una inversión cercana a los 2.000 millones de dólares en el sector petrolero.
Correa manifestó que la Asamblea Constituyente, que redacta una nueva Constitución, permite ‘avizorar un nuevo Estado en el cual se superen las herencias del perverso modelo institucional y desarrollo que corrompió el manejo de las entidades estatales y del sistema político’.
‘No dudamos que la nueva carta magna será ratificada por el pueblo, porque confiamos en la rebeldía de la juventud, en la vehemencia de los trabajadores, en el sacrifico centenario de los indígenas’, dijo.
Confiamos ‘en la consagración cotidiana de las madres, en la conciencia de los intelectuales, en la vocación democrática de nuestras Fuerzas Armadas, en los sueños de los mejores hijos de nuestra tierra, maestras y médicos; empresarios honestos y patriotas, colonos, chóferes y trabajadoras domésticas’, insistió Correa.