La reforma constitucional para expropiar a los hacendados que practiquen la esclavitud en Brasil aún no ha sido ratificada en segunda discusión por la Cámara Baja del Congreso, que desde 2004 no la incluye en su agenda. Unas 20 organizaciones sociales y en defensa de los derechos humanos marcharán este miércoles por la capital brasileña […]
La reforma constitucional para expropiar a los hacendados que practiquen la esclavitud en Brasil aún no ha sido ratificada en segunda discusión por la Cámara Baja del Congreso, que desde 2004 no la incluye en su agenda.
Unas 20 organizaciones sociales y en defensa de los derechos humanos marcharán este miércoles por la capital brasileña hasta la sede del Congreso, para exigir a la Cámara de Diputados que vote en segunda vuelta una propuesta de enmienda constitucional que propone la expropiación de las haciendas donde se confirme que los trabajadores padecen condiciones análogas a la de la esclavitud.
La reforma ya ha sido aprobada en dos vueltas por el Senado, pero la Cámara Baja no la incluye dentro de su agenda de debates desde agosto de 2004, según reseña la Agencia Brasil (oficial).
La manifestación es convocada por organizaciones gubernamentales como la Secretaría Especial de Derechos Humanos, subcomisiones del Congreso y movimientos sociales como el Movimientos de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST) o la Comisión Pastoral de Tierra.
Los esfuerzos del gobierno para erradicar la práctica de la esclavitud moderna datan de 2003, cuando Brasilia lanzó el Plan Nacional de Erradicación del Trabajo Esclavo y viene reprimiendo este tipo de delito que ocurre cuando poderosos latifundistas se provechan la necesidad de empleo para contratar de manera informal a personal que luego privan de sus más elementales derechos laborales.
Un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), publicado en 2004, indicaba que para ese año existían 25 mil personas que trabajaban en condiciones de esclavitud, sobretodo leñadores en la selva amazónica, quienes abren espacios para cría de ganado o aquellos que se dedican a la quema de restos de madera para hacer carbón.
«Viven en el medio de la selva, sin sanidad ni agua potable. Ingieren a veces comida podrida, restos de vacas que murieron de enfermedades. No tienen platos, comen en latas; a veces, latas que fueron envases de pesticidas», explicaba Jan Rocha, autora del estudio.
Sólo en 2007, el gobierno brasilero realizó 114 operativos donde se logró liberar a cinco mil 963 trabajadores esclavos.