Las noticias que proceden del ámbito económico y financiero van y vienen, la mayor parte de ellas son desalentadoras y cada vez más alarmantes, en especial aquellas que están relacionadas con el aumento de los precios de los alimentos de la canasta básica. De acuerdo a informaciones establecidas por diversos organismos internacionales que tienen que […]
Las noticias que proceden del ámbito económico y financiero van y vienen, la mayor parte de ellas son desalentadoras y cada vez más alarmantes, en especial aquellas que están relacionadas con el aumento de los precios de los alimentos de la canasta básica.
De acuerdo a informaciones establecidas por diversos organismos internacionales que tienen que ver con la economía mundial, los precios de los alimentos en el transcurso de los dos últimos años han subido en un 80%, cuestión que afecta principalmente a los países en vías de desarrollo y que atenta con frenar su propio crecimiento económico.
Detrás del alza de los precios de los alimentos pareciera existir un contubernio en el cual se encuentran involucrados las grandes trasnacionales, las grandes cadenas de distribución alimenticia y los grandes supermercados que comercializan los productos básicos. Sin embargo ante dicha situación los gobiernos, las autoridades económicas y de hacienda de cada país, no parecieran estar dispuestas a buscar formulas de control de tanta especulación en los precios de una variedad de productos y en especial de los alimenticios.
Hasta el momento a nivel global no existe ninguna estrategia definida para contrarrestar la especulación en que están sumidos los capitales del rubro alimenticio a escala mundial. Lo único que existe hasta el momento son encuentros y reuniones de diversos tipos para bosquejar un montón de palabrerías que no resuelven absolutamente nada, mientras tanto el precio de los alimentos y las hambrunas comienzan hacer cada vez más evidente, en especial en los países africanos.
El incremento gradual de los precios de los alimentos amenaza con hacer crisis y retroceder en lo que respecta a los avances alcanzados en materia de desarrollo y mejoramiento de las condiciones de vida de los sectores sociales de menores ingresos de los más diversos países del mundo.
A los líderes políticos y de gobierno de los países más industrializados del planeta, así como a funcionario importantes de organismos como la FAO y otros, pareciera preocuparles más las protestas y conflictos sociales que se puedan ir intensificando, que resolver realmente el flagelo del hambre que comienza a recorrer el mundo.
Al respecto por ejemplo el director General de la FAO Jacques Diouf, expresaba recientemente… «estamos presenciando disturbios alrededor del mundo debido a los aumentos de precios. Lo hemos visto en el norte de Kenia, lo hemos visto en mi propio país, Senegal, en Guinea, Burkina Faso, Camerún, Egipto y Haití recientemente», afirmó. «Existe el riesgo de que esto se extienda porque las causas son las mismas», agregó el funcionario en un discurso durante el primer Foro Mundial sobre Agroindustrias en Nueva Delhi.
Los crecientes precios de los cereales afectan cada vez más a un número mayor de países, en donde los países pobres y en 37 de ellos ya se han comenzado a desatar serias crisis alimentaría, de acuerdo a un informe dado a conocer en Roma por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El informe destaca además que durante los años 2007 y 2008, los países más pobres del mundo tuvieron que pagar en torno a un 65% más por sus importaciones de cereales, y en algunos países africanos el incremento llegó a alcanzar un 74%, según los propios cálculos de la FAO. Los productos alimenticios que más han subido son la harina , el maíz, la soya, los carburantes, el arroz, el aceite, la leche, la fruta y verdura fresca, la electricidad. Pero también ocurre que los especuladores aprovechándose de la crisis actual, tienden a subir una variedad de producto que no forman parte de la canasta básica alimenticia, perjudicando así a los más diversos estratos sociales.
Ahora uno de los sostenedores del capitalismo a escala global, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, teme que «lo peor» esté por venir. «En las revueltas del hambre, lo peor, por desgracia, está quizás por delante de nosotros», dijo Strauss-Kahn en la emisora «Europa 1», al tiempo que añadió que «cientos de miles de personas van a ser afectadas». Luego agrega que «es extremadamente grave. El planeta debe afrontar eso», sentenció Strauss-Kahn, quien reiteró su reciente afirmación de que la crisis actual puede llevar a «guerras».
O sea que los actuales responsables de la crisis económicas y financiera, que además está teniendo una incidencia cada vez mayor en el valor de los productos alimenticios de primera necesidad, y cuyo origen esta en los Estados Unidos, pretenden resolver la debacle con una o varias guerras en distintos puntos del planeta, es lo que se tiene entre manos la FED, el FMI, el BM y otras entidades económicas mafiosas que están al servicio de los intereses económicos del capital multinacional.
Strauss-Kahn manifiesta además que «no se trata de asustar, sino de ver la realidad» y explicó que, cuando hay situaciones «tan dramáticas», la población critica a sus gobiernos, aunque hayan hecho lo que han podido, y pueden hacer caer a ejecutivos democráticamente elegidos. «La historia está llena de guerras que han comenzado a causa de problemas de este tipo», sentenció.
Ahora el relator especial de Naciones Unidas sobre el Derecho a los Alimentos en una entrevista concedida a un diario austriaco (20.04.08), ha señalado que Occidente es responsable de la hambruna masiva en los países más pobres. En otras palabras diríamos que los capitales occidentales son los mayores responsables de la crisis.
El funcionario de la ONU, Jean Ziegler suizo de nacionalidad, y que es actual relator para el derecho a la Alimentación, ha manifestado que el aumento mundial de los precios de los alimentos está llevando a un «asesinato en masa silencioso» y los mercados de materias primas han llevado «horror» al mundo, dio a conocer el domingo pasado el enviado de alimentos de Naciones Unidas al periódico austriaco Kurier am Sonntag que la expansión de los biocombustibles, la especulación en el mercado de materias primas y los subsidios a las exportaciones de la Unión Europea significan que Occidente es el mayor responsable de la hambruna que tienen que enfrentar los países emergentes.
Luego el funcionario internacional de la ONU agrega que los responsables de esta situación es la globalización unilateral por «monopolizar las riquezas de la Tierra» y afirmo que las multinacionales eran responsables de un tipo de «violencia estructural». «Y nosotros hemos oído de operadores de mercado, de especuladores y bandidos financieros que se han vuelto locos y han construido un mundo de inequidad y horror. Tenemos que detener esto», afirmó.
Al referirse al fantasma del hambre que comienza a recorrer el mundo, Ziegler señala que estaba obligado a mostrar la «locura» de la gente que cree que la hambruna depende del destino. «La hambruna no ha tenido relación con el destino desde hace mucho -tal como lo pensó Carlos Marx. Es más bien como si detrás de cada víctima hubiese un asesinato. Esto es un asesinato en masa silencioso», señala en su comparecencia con la prensa.
Ziegler concluye su entrevista diciendo que cree que un día la gente que sufre la hambruna podría levantarse contra sus perseguidores. «Es tan posible como lo fue la Revolución Francesa», concluyó.
Sin embargo lo único que observamos hasta el momento, es que las fuerzas progresistas, humanistas, sindicales, las que luchan por una mejor salud ecológica del planeta, las organizaciones de izquierda, que debieran estar a la vanguardia de la lucha en contra de la catástrofe a que nos esta llevando el gobierno terrorista y genocida de G.W. Bush y sus aliados lacayos y el capital neoliberal globalizado, todas estas fuerzas en su conjunto, parecieran estar neutralizadas, agobiadas por la pasividad, sin una alternativa que ofrecer y sin esperanzas de que las cosas vayan a cambiar para mejor y poder construir un mundo mejor y más justo para todos.
Ahora cuando la situación socio-económica de los pueblos tiende a deteriorarse aún más, producto de la crisis económica y financiera de los Estados Unidos y sus coletazos al resto del mundo, ahora cuando asistimos a la decadencia del capital salvaje y depredador por el mundo, ahora cuando los representantes de estos capitales comienzan hablar en el lenguaje de la guerra, guerra con consecuencias imprevisibles para toda la humanidad, es cuando surge la necesidad de la unidad de todas las fuerzas que luchan por la vida y la sobre vivencia del planeta, pues tal vez mañana puede ser demasiado tarde, pues el Apocalipsis alimentario ya comienza hacer una realidad.