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La Integración latinoamericana por los caminos del ALBA

Fuentes: Rebelión

La Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) se ha convertido en la vía económica, social y política más importante para la unión e integración de los países Latinoamericanos. La idea original del ALBA fue presentada por el presidente venezolano Hugo Chávez en diciembre de 2001 durante la III Cumbre de Jefes de […]

La Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) se ha convertido en la vía económica, social y política más importante para la unión e integración de los países Latinoamericanos.

La idea original del ALBA fue presentada por el presidente venezolano Hugo Chávez en diciembre de 2001 durante la III Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe.

La institución surgió oficialmente en diciembre de 2004 cuando los presidentes de Cuba, Fidel Castro y de Venezuela, Hugo Chávez se reunieron en La Habana y firmaron los protocolos de su fundación como forma de integración y unión de América Latina y el Caribe basada en un modelo de desarrollo independiente con prioridad a la complementariedad económica regional que permitiera promover el desarrollo de todos y fortaleciera la cooperación mediante el respeto mutuo y la solidaridad.

Con la llegada de Evo Morales a la presidencia de Bolivia, este país pasó a formar parte de esa agrupación y le siguió Nicaragua tras el triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y de su presidente Daniel Ortega.

El 28 y 29 de abril de 2007 se efectuó en Barquisimeto, Venezuela, la V Cumbre del ALBA y el primer aniversario del Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP), con la participación de los países miembros, Venezuela, Bolivia, Cuba y Nicaragua, así como observadores e invitados de Haití, Ecuador, Dominica, Saint Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas y Uruguay, quienes evaluaron el desarrollo de los programas y proyectos aprobados en el Primer Plan Estratégico de la institución y la cooperación e integración desplegadas durante el año 2006. En ese cónclave también se acordó reforzar la creación de empresas, estrategias y programas Grannacionales conjuntos de todos los países, en materias y sectores como educación, salud, energía, comunicación, transporte, vivienda, vialidad, alimentación, minería, entre otros, que ayudarán a disminuir las agresivas acciones de las compañías transnacionales y de organismos financieros internacionales en detrimento de la mayoría de la población. El ALBA, en sus pocos años de vida, ha demostrando que el libre comercio no es capaz de generar los cambios sociales requeridos, y que con voluntad política y económica soberana se pueden erradicar los peliagudos problemas que viven millones de seres humanos en América Latina.

Innegablemente que las posiciones nacionalistas asumidas por los gobiernos de América Latina en oposición al Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), que quería imponer en gobierno estadounidense para ejercer un control más fuerte sobre la región, fueron las que dieron al traste con ese engendro neoliberal y de privatizaciones, en noviembre de 2005 durante la reunión de Mar del Plata, Argentina,.

Desde entonces, Estados Unidos ha presionado a gobiernos aliados o con economías débiles en América Latina para que firmen Tratados de Libre Comercio bilaterales y de esa forma contraponerlos al ALBA, pues observa en este último un fuerte opositor a sus ansias hegemónicas regionales.  

Actualmente el ALBA lo integran Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y Dominica. Si se incluye a Ecuador (aunque todavía no se haya producido la incorporación formal), el acuerdo involucra a una población de más de 67 millones de personas y una superficie de 2.535.000 kilómetros cuadrados. Convenios como PETROCARIBE y PETROSUR han beneficiado a numerosos países de la región. El tema energético, vital para cualquier tipo de desarrollo endógeno, esta presente en todas las conversaciones y convenios, máxime cuando, Venezuela, Bolivia y Ecuador son países petroleros y, los dos primeros, grandes productores de gas.

PETROCARIBE, que nació en 2005 permite el suministro del crudo y sus derivados entre Venezuela y los países del Caribe, y se apoya en el esquema de entidades mixtas para distribuir el combustible.

Actualmente PETROCARIBE es un exitoso convenio de cooperación que expresa la voluntad política de contribuir al desarrollo de los pueblos. Este acuerdo posibilita abastecer petróleo de manera permanente a 14 países del Caribe, y Venezuela financia el 40% de la factura petrolera, con una tasa del 2% de interés anual, a un plazo de 20 y 25 años.

Se pone en marcha el desarrollo para una poderosa industria petroquímica además de potencialidades hidroeléctricas en varios de los países involucrados, lo que permitirá resolver en el futuro las dificultades energéticas.

En minerales, la agrupación, también poseen una gran riqueza: hierro, aluminio, bauxita, níquel, estaño, oro, carbón por ejemplo. La instalación de altos hornos y la construcción de importantes plantas siderúrgicas evitará la tradicional exportación de materias primas, incorporará valor agregado y proveerá a sus miembros de suministros estratégicos para el desarrollo de la industria nacional.

Tampoco es despreciable el hecho de que los países adherentes al ALBA poseen abundantes fuentes de agua potable en ríos y lagunas con un alto valor estratégico.  

Pero las concepciones del ALBA van más allá pues se ponen en ejecución planes para resolver la atención médica y la alimentación de sus habitantes, y eliminar con esfuerzos propios, el hambre y la miseria acumulada durante años por el saqueo y la explotación de los capitalistas extranjeros y nacionales.

Si a esto le sumamos el desarrollo alcanzado por la industria farmacéutica y la biotecnología cubanas, podemos deducir las posibilidades que se abren en esta materia. Asimismo a este potencial, habría que agregarle el aporte de los conocimientos de las culturas milenarias en varios de sus integrantes. Cifras ofrecidas por BANCOEX sobre los intercambios comerciales con Venezuela desde la entrada de cada país al ALBA, indican con Cuba creció de 1 000 millones de dólares en 2004, a casi 7 000 en 2007; con Bolivia de 209,5 millones de dólares en 2005 a 321.0 en 2006; con Nicaragua de 45 millones en 2005 a 300 millones en 2007.

Un ejemplo que descuella en el ámbito social son los programas de alfabetización que bajo los auspicios de Cuba, han permitido que Venezuela se declare libre de ese flagelo y Bolivia, Nicaragua y Ecuador siguen el mismo camino.

Numerosos especialistas cubanos en diversas especialidades como salud, educación, medio ambiente, ciencia, cultura y deporte, prestan colaboración en esos países: 39 000 en Venezuela; 2 300 en Bolivia y 58 en Nicaragua.

La declaración emitida por los cancilleres de los países miembros del ALBA reunidos en La Habana, Cuba, en septiembre de 2007 afirmó: «estamos comprometidos a llevar adelante la construcción de espacios económicos y productivos de nuevo tipo, que produzcan mayores beneficios a nuestros pueblos, mediante la utilización racional de los recursos y activos de nuestros países».

Agregó que se requiere avanzar en la conformación de empresas Grannacionales, en las áreas de educación, salud, energía, minería, comunicación, transporte, vivienda, vialidad, alimentación, y promover de manera conciente y organizada la ampliación del Tratado de Comercio de los Pueblos con intercambios justos y equilibrados. La estrategia y programas Grannacionales conjuntos están destinadas a disminuir las agresivas acciones de las compañías transnacionales y de organismos financieros internacionales en detrimento de la mayoría de la población. De esa forma se adelantan y ejecutan decenas de obras en áreas de la alimentación, producción de medicamentos, metal-mecánica, telecomunicaciones, turismo, manufacturas diversas, explotación de mineral y petróleo, así como empresas para montar plantas de regasificación en Bolivia y Cuba.

La VI Cumbre del ALBA efectuada en Caracas del 24 al 25 de enero de 2008 con la presencia de los países miembros e invitados de Granada, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbudas, Saint Kitts y Nevis,   Ecuador, Haití, Uruguay y Honduras, acordó nuevos convenios económicos y los pasos a seguir para enfrentar la crisis económica de los alimentos y el alza del petróleo, entre otros aspectos.

También dio la bienvenida oficial a la integración de Dominica al grupo y dejó creada las bases para que a los pocos días naciera el Banco del ALBA, que garantizará la estabilidad y sostenibilidad de sus miembros frente a la turbulencia financiera internacional.

El Banco, con un capital inicial autorizado de 2 000 millones de dólares y 1 000 millones de dólares de capital suscrito, que continuará creciendo paulatinamente, podrá financiar proyectos de impacto social que, por tener un plazo de recuperación largo, generalmente no son asumidos por la banca comercial.

El nuevo instrumento permitirá estructurar mejor la política financiera de los países que integran el ALBA y resulta un paso significativo dentro del concepto estratégico del mecanismo integrador.

Por toda la geografía de los países integrantes se llevan a cabo numerosos convenios que ya están dando enormes resultados en los sectores de la alimentación, la energía, la educación, la salud y el transporte, telecomunicaciones, por citar algunos.

El ALBA, a solo casi cuatro años de su fundación, se ha convertido en un espacio geoestratégico que está permitiendo superar las injusticias, inequidades y pobrezas dejadas durante décadas en la región por el saqueo de los gobiernos estadounidenses, apoyados por las compañías transnacionales y las leyes neoliberales impuestas por Washington y los organismos financieros internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Como manifestó recientemente el presidente Hugo Chávez, «el Alba no es sólo para estrechar nuestros nexos, es la unión para ser libres».