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Mientras la economía mundial se derrumba: La fortuna de los ricos duplica el PBI mundial

Fuentes: IAR Noticias

Los números y las estadísticas prueban cada vez más que en el sistema capitalista (normatizado como «modelo único» a escala global) lo que resulta «crisis» y achicamiento del consumo para las mayorías, es sinónimo de poder de consumo y de acumulación de riqueza para las minorías privilegiadas que detentan el control económico-financiero a escala global.

De esta manera, mientras el proceso inflacionario-recesivo desatado desde las economías centrales (EEUU y Europa) ya genera pobreza y devaluación acentuada del poder adquisitivo de las mayorías a escala planetaria, un selecto grupo de mega-empresas y multimillonarios multiplican a escala sideral su activos empresariales y sus fortunas personales.

Los «súper-ricos», ejecutivos y accionistas de los grupos capitalistas que se reparten el mundo como si fuera un pastel, los que aparecen habitualmente retratados en los ranking del jet set decadente, conforman el resultante final de un proceso de acumulación de riqueza en pocas manos a costa de la crisis mundial y del achicamiento progresivo de la participación de las mayorías en el proceso de reparto de la producción mundial.

Mientras la economía mundial ya ingresó en un proceso inflacionario-recesivo que impacta en la suba de los alimentos y del costo de vida de amplias capas de la sociedad mundial (sobre todo de las más vulnerables y desprotegidas) bancos, empresas trasnacionales, (sobre todo petroleras) registran balances de ganancias descomunales superiores al presupuesto y al PBI de decenas de países de la periferia juntos.

En el año 2007, 500 multimillonarios sumaban una fortuna de casi tres billones de dólares, una cifra equivalente al presupuesto anual de EEUU, la mayor potencia imperialista del planeta, y a decenas de PBI (producción del pastel) anuales de países dependientes.

Si quiere saber cuantas tajadas del pastel de la producción mundial se robaron esos multimillonarios, divida el PBI mundial por el total de población mundial, luego de comprobar cuanto le tocaría a cada poblador mundial en un reparto equitativo del PBI, réstele a la fortuna de un súper-rico de la pirámide: Lo que le sobra (al multimillonario) de la parte que en realidad le tocaba, es el producido del robo capitalista.

Si se quiere saber cuanto se roban el conjunto (los multimillonarios) hay que hacer la misma operación agregando la cantidad de súper-millonarios existentes.

La prensa internacional (del sistema), sus periodistas y comentadores, difunden estas cifras, impresionantes y fantásticas, destilando una rara mezcla entre admiración y envidia por no estar en el lugar de los rankeados, a los que consideran personas tocadas por la «varita mágica» del éxito y el prestigio social.

Este viernes, la prensa internacional informa, sin más comentarios, y sin analizar el resultante y el impacto social que produce la acumulación de riqueza en pocas manos, que las fortunas personales crecieron a niveles récord el año pasado.

Pese a la crisis económica-financiera mundial y la crisis social que genera la suba de precios de los alimentos y de la energía, las riquezas personales en todo el mundo crecieron un 5 por ciento a US$ 109,5 billones, según un informe sobre «riqueza mundial publicado el jueves por Boston Consulting Group (BCG).

Para ilustrar lo que afirmábamos al principio (el macro-robo capitalista del producido mundial) hay que señalar que la cifra acumulada, según el informe, de US$ 109,5 billones de riqueza acumulada en manos de los «millonarios» (con las súper-fortunas en la cima) se aproxima a casi dos veces el PBI mundial (la riqueza anual producida por todos los países) que ronda en los US$ 70 billones.

Pero, para dar una mejor idea de lo que significa, en términos de comparación, esta cifra de US$ 109,5 billones, hay que puntualizar que equivale a casi dos veces y media el PBI anual de EEUU y la Unión Europea, las dos potencias económicas centrales que concentran más del 60% de la producción mundial.

Esa masa increíble de dinero acumulada por una minoría de «población rica» (regida en el vértice de la pirámide por los súper-ricos) es lo que le falta a los más de mil millones de personas que «sobreviven» con un promedio de un dólar diario, según el Banco Mundial y otras instituciones del sistema, y más de tres mil millones que no alcanza a cubrir el parámetro de necesidades básicas, medidas por alimentación, vivienda y salud.

Más que ningún análisis estructural, esa cifra acumulada muestra el irracionalismo demencial (y caníbal de su propia especie) del sistema capitalista legitimado como «sistema único» al que ya nadie cuestiona ni analiza, salvo los medios alternativos y de contrainformación que solo existimos minoritariamente en la Internet.

Según el informe de Boston Consulting Group, más bajo de la pirámide de los «súper-ricos» el 1 por ciento de los hogares poseía un 35 por ciento de la riqueza mundial el año pasado.

El 0,001 por ciento más pudiente, los hogares que tienen al menos US$ 5 millones (unos 3,45 millones de euros) en activos, acumulaban US$ 21 billones de dólares (se trata de los sectores sociales de clase media rica, que obran a modo de «colchón» entre el vértice de los «multimillonarios» y la base mayoritararia de la pirámide del sistema capitalista compuesta por los sectores pobres o de menor capacidad de consumo).

El crecimiento más rápido -según el informe- se produjo entre sectorees sociales de las regiones en desarrollo, como China y los estados del Golfo Pérsico, y entre familias que «ya eran ricas». El mayor salto en 2007 se produjo en países emergentes de Asia y Latinoamérica (China y los países exportadores de materias primas y petróleo).

El informe destaca que la riqueza también que la riqueza se concentra cada vez más entre los más ricos (el vértice de la pirámide).

El número total de «hogares millonarios» creció un 11 por ciento, a 10,7 millones el año pasado, señala el informe.

En ese sentido, la riqueza creció con mayor fuerza en Asia, la cuenca del Pacífico -excluido Japón- y Latinoamérica, con un aumento del 14 por ciento. Esta franja representa el eje del centro exportador-importador de materias primas y manufactura del «modelo económico» vigente a escala global.

Además, la mayoría de las súper-fortunas provienen de «negocios» relacionados con la finanzas, el «espectáculo», el deporte, la «cultura», las grandes producciones de Hollywood, las grandes cadenas de diarios, radio y televisión, la moda y los cantantes «fashion», y en general todo lo que «divierte y entretiene» a los televidentes y espectadores de todo el mundo, mientras las mayorías del planeta se margina cada vez más del «circuito» laboral y comercial del sistema.

Esta concentración de riqueza en pocas manos que «nadie ve», expresada brutalmente en el ranking de multimillonarios de Forbes, o en el listado de ganancias y facturación de las trasnacionales y bancos capitalistas que controlan las acciones y los índices de Wall Street y de las principales plazas financieras mundiales , está ahí, al alcance de nuestras narices.

No es la resultante de la «brecha entre ricos y pobres» como sostienen los curas y los encuestadores, sino el emergente descarnado y real de la explotación del hombre por el hombre del sistema capitalista que ha tocado niveles de impunidad nunca vistos en la historia de humanidad.

El crecimiento desmesurado de las «fortunas personales» está determinada por la concentración del capital mundial en mega-grupos o mega-compañías, comerciales, industriales y financieras con facturaciones y ganancias superiores al PBI de decenas de naciones subdesarrolladas.

Los grupos controladores del «dinero sin fronteras» de la era de la globalización (los hacedores de las «fortunas personales»), no más de 200 empresas y bancos multinacionales, dictan y condicionan la política mundial y el comportamiento de gobiernos, ejércitos, o instituciones mundiales oficiales o privadas.

Son los amos invisibles del Planeta: los que manejan a los países y a presidentes por control remoto, como si fueran títeres de última generación.

Pero, y así como los «mega-ricos» que generan se agrupan en la punta de la pirámide de concentración de riqueza, las mega-empresas que controlan el mundo se concentran en Wall Street, la catedral financiera del sistema capitalista a escala global

El «récord» del índice Dow Jones (que reparte la mas formidable tajada de rentabilidad capitalista con la especulación financiera, aún en épocas de crisis como la que vivimos) lo integran un reducido número de empresas transnacionales de dimensiones gigantescas, mayores que Estados, que controlan la producción, el comercio y las finanzas mundiales.

Entre las primeras treinta megaempresas imperialistas que controlan el sistema económico productivo mundial y que conforman el Dow Jones se encuentran:

3M Company, Alcoa, Altria Group, American International Group, American Express, AT & T, Boeing Co (armamentista) , Caterpillar, Citigroup, Coca Cola, Dupont, Exxon Mobil (petrolera) , General Electric, General Motors, Hewlett Packard, Home Depot, Honeywell, IBM, Intel Corporation, Johnson & Johnson, JP Morgan Chase, McDonalds, Merck & Co, Microsoft, Pfizer Inc, Procter & Gamble, United Technologies, Verizon, Wal-Mart Stores, Walt Disney.

La hegemonía de Wall Street sobre los «mercados mundiales», significa el dominio abrumador y las superganancias de un reducido número de empresas «cotizantes» de dimensiones gigantescas, mayores que Estados, sobre la producción, el comercio y las finanzas mundiales.

Eso, y no la «natural» brecha entre ricos y pobres es lo que determina la polea de crecimiento desmesurado de la «riqueza personal» de los multimillonarios diseminados por el mapa del capitalismo «globalizado».

Las comparaciones numéricas de las cifras de riqueza concentrada en pocas manos con la pobreza y la marginación humana extendida masivamente por todo el planeta, son infinitas, y ponen al descubierto, más que ninguna imagen o palabra, la verdadera naturaleza del sistema capitalista instalado como «única civilización» posible en el mundo.

Ya no se necesitan pensadores, ni filósofos, ni científicos ni expertos en nada para «ver» en acción la obra devastadora y genocida del capitalismo: Basta con consultar el ránking Forbes, o el activo patrimonial y el ránking ganancial de las trasnacionales en cualquier medio especializado.

Los medios del sistema (adoradores confesos del «éxito» de los multimillonarios) alteran la comprensión (la relación riqueza en pocas manos= pobreza en muchas manos) publicando los porcentuales y las cifras de riqueza sin asociarlos con el impacto social devastador que general como contrapartida.

Y eso llevó a que (por ignorancia inducida por manipulación), el sistema capitalista se haya convertido en un «orden natural» incuestionable, como Dios.