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¡Hey George! ¿Qué pasa? Explícame. Please. Por favor

Fuentes:

¡Hey George! ¿How are you? ¿Que pasa George? ¡Mi Good! No entiendo nada de lo que pasa y pienso que tú, George, eres el único que me lo puede explicar. Por favor, explícame George. Please. «Refundar el capitalismo mundial… El mundo vive el riesgo de una revolución… Inventar un mundo nuevo… La crisis ha producido […]

¡Hey George! ¿How are you?

¿Que pasa George? ¡Mi Good! No entiendo nada de lo que pasa y pienso que tú, George, eres el único que me lo puede explicar.

Por favor, explícame George. Please. «Refundar el capitalismo mundial… El mundo vive el riesgo de una revolución… Inventar un mundo nuevo… La crisis ha producido la muerte de la dictadura de los mercados».
Otra vez de estas ideas de dictadores provocadores como Fidel, Chávez u otros que te gusta «diabolizar». No, George. Es tu amigo Nicolás que acaba de emplear estos términos. ¡Caramba!

Soy ciudadano de un pequeño país suramericano, tú sabes este país que gobierna el que desde diez años tus portavoces y halcones de Washington llaman Tchaaavezzz como si fueran a estrangularse. Tú sabes, este Chávez que no es más que un zambo, un descendiente de sangres mezcladas de indios y esclavos negros que se alzaron contra los conquistadores y se fueron para el monte.

Sabes George, este país que posee hoy en día las mas grandes reservas de oro negro inventariadas en el mundo. Este país que desde hace diez años sueñas de desestabilizar y así justificar una invasión para servirte y saciar el derroche de combustible de tus ciudadanos y hacer funcionar un modelo insostenible… Tu sueño transformado en pesadilla después de tus fracasos de desestabilización y golpes de estado.
Todo eso lo entiendo y aquí no son mis preguntas.

Desde hace diez años, tu George, tus portavoces, tus halcones y medios cómplices, me han bien explicado que este Chávez no entendía nada de nada de la economía del mercado y sobre todo que los Gobiernos no debían intervenir jamás y así dejar que la mano invisible del libre mercado solucionara todos los problemas económicos.
Luego, el crack. El sacro-santo de los templos de la economía mundial se ofrece una crisis y Wall Street se envuelve púdicamente en una inmensa bandera con estrellas para ocultar su vergüenza.
Y entonces George asisto a un espectáculo mundial sorprendente, increíble e inesperado del cual no comprendo absolutamente nada y necesito que tu, George, me lo expliques.

George, please, por favor, no me digas nada de los discursos y explicaciones tecnócratas. Ve derecho al tema George. Sin perífrasis complejas y sin ecuaciones para supuestos iniciados.
Explícate simplemente George, como hay que explicarle a la gente simple de los pueblos, incluido el tuyo, a los que en los cuatro rincones del planeta buscan también entender. Como yo.
Sabes, esta gente del común para quienes la ilusión de vida es tener un trabajo para ofrecerse una pequeña casa, hacer sus mercados para abastecer sus familias, enviar a sus niños a la escuela, ser curados cuando caen enfermos y después de una vida de trabajo, por fin descansar gracias a una jubilación bien merecida.
Sabes George, esta gente del común que sufre cuando le haces pagar para el oro negro con el oro rojo que es la sangre de sus hijos.
Sabes George, a esta gente de común que creía en el «sueño americano» y que ahora por decenas de miles, pierden su trabajo, sus casas y sus economías preguntándose que hay de la nación más potente del mundo.
A ellos también debes de explicarles George, ya que probablemente les gustaría entender.

Los grandes expertos de tus sociedades de evaluaciones económicas clasificaron Venezuela como «país de riesgos» para invertir. Por cierto aquellos que aquí llamamos «pitiyankees» lo entendieron rápido y se apresuraron en refugiar sus fortunas más o menos explicables en billetes verdes.
Explícame Georges. ¿Estos grandes expertos no te avisaron que Wall Street corría riesgos también? ¿Te mintieron George? ¿O guardaste bien el secreto para sorprender mejor al planeta?

Cuando Chávez nacionalizó nuestras empresas estratégicas y servicios públicos, cuando afirmó que nuestras reservas depositadas en las arcas de nuestro Banco Central debían servir sobre todo al desarrollo social del país, cuando nacionalizó un banco, cuando consideró que las reservas de la nación no debían colocarse únicamente en dólares sino también en euros, cuando ayudo hasta tus pobres, entonces Chávez ocupó «la primera página» de las noticias como un dictador populista y Washington expresó su extrema preocupación, porque además, éste era muy mal ejemplo para la Región.

Entonces yo estaba preocupado, George. Estaba claro que mi país iba derecho a la bancarrota.
¡Pero ahora no entiendo nada1 Please George, explícame. Por favor.
¿Por qué George, metiste la mano invisible del libre mercado en tu bolsillo y pidiste que tu Gobierno buscara en los bolsillos de sus ciudadanos US$ 700.000.000.000 para ayudar a bancos y sociedades privadas? Entiendo que se trata de 7 seguido de 11 ceros en dólares.

¡Woooaaah George! Encuentro que en relación a ti Chávez es un niño de pecho en populismo.
Pero George, a pesar de todo debo felicitarte. Lograste una fórmula brillante: la socialización de las pérdidas y la privatización de los beneficios.
Dime George. ¿Tú te habrías vuelto algo socialista?
¡De verdad, te felicito George! En los sectores bancarios debes gozar de una popularidad envidiable.

¿Y tú amigo Nicolás, que hace George? Me cuesta también entenderlo. Nicolás se mueve por todas partes con sus colegas europeos para que todos pongan también la mano en los bolsillos de sus ciudadanos para darte un pequeño espaldarazo… dicen.
¿Qué te parece George? ¿Crees de verdad que todos tus amigos sacan sus boyas para socorrerte o para abandonar tu barco que naufraga?

Explícame Georges. Quizás sería interesante pensar que para garantizar las estupendas primas de los brillantes banqueros se podría chupar los fondos de las cajas de jubilación de los ciudadanos. Una especie de ayuda socialista al rescate del error capitalista. ¡Genial! Había que pensarlo Georges.
Por cierto ya tuvimos una pequeña demostración de este mundo al revés. Sabes George, que a parte de las amenazas de quiebra de un puñado de banqueros, hay sobre el planeta alrededor de 1.4 mil millones de seres humanos en estado de pobreza extrema, según el Banco Mundial que lo revisa a la alza, y que muere de hambre un niño cada cinco segundos, o sea casi 18.000 al día. Para solucionar esta miseria del mundo, la UNESCO había pedido una ayuda de treinta mil de millones de dólares. Como esta suma se juzgó demasiada importante, solo se le ofreció seis ciento millones a este día, ofrecidos pero no realmente entregados todavía.
Claro, tal suma, inclusive para resolver la miseria del mundo no es tan fácil de encontrar. Por el contrario, para solucionar las miserias de Wall Street y de sus banqueros, tu y tus amigos lograron en pocos días reunir algunos 2.000.000.000.000 de dólares… un pequeño 2 con 12 ceros.
¿Explícame esta magnífica hazaña capitalista?
De paso, explícame George cómo para alimentar carros puedes fabricar seriamente agrocarburantes que según muchos de los especialistas, aumentan el hambre de los hombres.

Y el país de tú gran amigo, el tal Tony, el fiel cómplice de todas tus invasiones, el que te ofreció un informe secreto sobre armas de destrucción masiva para permitirte lanzar una guerra a tu manera, mandando al carrizo el concierto de las naciones. Sabes, este Tony de este país de elegantes banqueros con sombreros típicos y paraguas negros, cuyo Gobierno nacionaliza ahora los bancos.
La City ya no es lo que era y las tradiciones se pierden, George.
De verdad George, cada vez me cuesta mas entender y debes explicarme.

Imagínate George, lo que acaba de decir tu otro compadre Álvaro, sabes ese con quien habían previsto magníficos negocios gracias a un «Tratado de Libre Comercio». Entonces, imagínate George que Álvaro acaba de decir que su país debe pensar en hacer negocios con el mundo asiático. ¿Quién sabe George si Álvaro no tenga miedo que la recesión en tu mercado pueda poner en riesgo uno de sus principales productos de exportación? Pero a esta cuestión no me respondas George, el tema es demasiado delicado y dejemos así este punto en blanco como el blanco de su color.

Pero hay otra cosa que me llama la atención George. Los genios de tu mundo financiero me habían explicado que si un día tu país entraba en crisis, el mundo entero iba a hundirse en un agujero negro sin fondo y que probablemente la tierra iba dejar de dar vueltas sobre su eje imaginario.
¡Pues no, George! Aunque Wall Street haya entrado en barrena, el resto del mundo sigue dando vueltas a pesar de algunos hipos y de algunas quejas.
Cuéntame George. Este anuncio de fin del mundo que fue: ¿un gran bluf?

Y aquí, imagínate George que este Chávez que desprecia la mano invisible del mercado se volvió completamente loco. Además de tirano y dictador populista, está loco. Imagínate George, que mientras tú y tus amigos intentan salvar sus bancos del desastre haciendo intervenir a sus Gobiernos y violando todos sus principios, Chávez propone y crea bancos: para nuestro hemisferio sur, con los rusos, con los chinos, con Irán y quien sabe en dónde más. Inclusive en nuestras provincias, bancos para que nuestros pobres puedan ahora tener acceso a créditos a largo plazo y bajos intereses.
Y en mi pequeño país estamos a 18 trimestres de crecimiento económico sostenido.
Esto George, es necesario que me lo expliques y si no sabes, pegúntaseloo a Tchaaavezzz.

Pero por favor George, no vayas a inventar con la complicidad antipatriótica de nuestros «pitiyankees» una invasión para que tus Marines vengan a «pedir prestamos» en nuestros bancos. Entiendo que esto debe darte un poco de cosquillas ya que la receta de inventar una guerra demostró su eficiencia para reactivar la economía. La receta es simple: fabricar mediaticamente un dictador, luego destruir el país para liberar el pueblo oprimido y por fin montar un generoso «plan de reconstrucción». Fácil, George, pregunta en tu entorno. Miss Condoleezza y los medios para la primera fase, para la segunda no te faltan especialistas, y para la reconstrucción Dick pueden poner a tu disposición sus empresas bien experimentadas… por supuesto para Dick hay que prever algunos jugosos contratos.

¿Díme George? ¿Para salvar tu mundo financiero, en vez de gravar a tus ciudadanos, hiciste un pequeño cálculo mental de las economías que se pueden hacer en Afganistán, Irak y Colombia?

Pero George, como sé que vas a dejarle a otro la herencia de tu brillante balance, aunque algo menos bueno del que te había dejado Bill, me planteo otras preguntas sobre las opciones.

El veterano del Hanoi Hilton y Sarah dicen que no quieren seguir enviando su dinero a Chávez y que se van a calentar con carbón. Pues, o sea que no quieren comprar más nuestro petróleo, o sea que sueñan con los buenos viejos tiempos de nuestro petróleo casi gratis, o quizás, que como lo dijo Sarah que ellos no «excluyen una solución militar».
Pero George hay allí una cosa que me escapa. A menudo los medios han acusado Chávez de una supuesta idea de no enviarte más petróleo, como un pecado inadmisible. Ahora, tú veterano amenaza con no comprarlo más. George, tenemos que entendernos. ¿Necesitan, sí o no, nuestro petróleo? Gracias por decidir, más aún porque los nutricionistas concuerdan en que es preferible para la salud consumir comida china en cambio de hamburguesas o «fast food».

Pero lo más me gustaría que me expliques George, es el caso de la opción Barak.
¿Van a hacerle el golpe democrático de los grandes electores y de Florida?
¿Te han contratado como consejero técnico?
Dime George. ¿Piensas que Barak ganará? ¿En caso que gane, piensas que sobrevivirá?
¿Y en caso que gane y que sobreviva, piensas que de verdad podrá gobernar en los Estados Unidos para un mundo mejor y para la paz que el mundo entero merece?

Pero creo que no tendrás el tiempo de contestarme a tantas preguntas, ni a mí, ni a nadie, y entiendo que debes estar muy ocupado haciendo tus maletas, muy contento por la suerte de poder ceder tu oficina de la Casa Blanca con una silla que debe estar muy caliente por estos tiempos.

Good bye, George.

Caracas, octubre 2008