Revisado por Caty R.
El 23 de noviembre de 2008 se celebrarán en Venezuela las elecciones regionales y locales que designarán a los nuevos gobernadores y alcaldes. El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) de Hugo Chávez debería ganar ampliamente este escrutinio en un contexto difícil exacerbado por la oposición del país que todavía se niega a reconocer la legitimidad del presidente venezolano a pesar de más de una decena de victorias electorales cuya transparencia y carácter democrático han sido subrayados por la mayoría de las organizaciones internacionales.1
En efecto, desde su elección en 1998, Chávez no ha dejado de poner en juego su mandato y su autoridad, sometiéndose al sufragio popular. En diez años, los venezolanos habrán sido consultados en 13 ocasiones, es decir casi tantas veces como durante los cuarenta años anteriores a la Revolución Bolivariana, entre 1958 y 1998, en los que hubo 15 elecciones.2
La oposición, que controla actualmente dos estados (Zulia y Sucre) de un total de 24, podría perder sus últimos bastiones en beneficio de los candidatos gubernamentales, particularmente en el estado de Zulia dirigido por el gobernador Manuel Rosales, acérrimo opositor a Chávez. Rosales ya ha previsto ignorar los resultados del escrutinio en caso de victoria de Giancarlo Di Martino, candidato del PSUV en Zulia, consciente que los electores venezolanos están a favor del partido presidencial.3
Rosales participó en el golpe de Estado del 11 de abril de 2002 firmando el decreto que reconocía a la junta golpista del efímero Pedro Carmona Estanga. También fue un eminente protagonista del sabotaje petrolero en diciembre de 2002 y ha multiplicado las campañas mediáticas contra el poder. Actualmente se encuentra gravemente involucrado en un escándalo de corrupción.4
Hugo Chávez ha puesto en guardia contra cualquier nuevo intento de desestabilización. «Quieren incendiar el país de nuevo […]. Andan buscando militares para dar un golpe de Estado», denunció el Presidente. También aprovechó la ocasión para lanzar una firme advertencia al actual gobernador del Zulia: «Si el caballerito Manuel Rosales no quiere entregar la gobernación al ganador del 23 de noviembre […], ese mismo día […] va a salir preso de la gobernación del Zulia».5
Desde su llegada al poder, Chávez ha sido constantemente blanco de amenazas. La administración Bush lo ha intentado todo, desde el golpe de Estado de 2002 hasta la actual financiación de la oposición, para librarse del político más popular de América Latina. En septiembre de 2008, las autoridades venezolanas desbarataron por poco una conspiración destinada a asesinar al líder bolivariano y reiterar un golpe. Varios militares jubilados y activos -pero sin mando de tropas- del ejército fueron arrestados.6
Los servicios de inteligencia venezolanos consiguieron grabar varias conversaciones telefónicas entre el General de División del Ejército Wilfredo Barroso Herrera, el vicealmirante Millán Millán y el General de Brigada de la Aviación Eduardo Báez Terrealba. Los golpistas habían elaborado un plan para tomar por asalto el Palacio presidencial de Miraflores y eliminar a Chávez. «Si está en Miraflores hacia allá hacemos el esfuerzo […].Vamos a tomar el Palacio de Miraflores, vamos a tomar las plantas televisoras. El objetivo tiene que ser uno sólo (…) ese esfuerzo de unidad tiene que ser hacia el Palacio».7
Además de un ataque contra el Palacio, los militares habían previsto tomar como blanco el avión presidencial y volarlo con un misil durante el despegue o aterrizaje. Así, «una posible operación [tendría lugar] llegando el presidente Chávez de viaje. Una de las acciones podría ser volarlo, capturarlo con aviones en el aire».8
Mario Isea, presidente de la Comisión Especial de Investigación sobre el Magnicidio de la Asamblea Nacional Venezolana, confirmó la existencia de indicios comprobados sobre dicho plan de golpe de Estado. «Hay suficientes elementos de convicción para probar los planes de magnicidio y de golpe de Estado», señaló. También subrayó la implicación de elementos internacionales, políticos de la oposición, medios privados y empresarios locales. Los individuos en cuestión se habían reunido varias veces en Venezuela, Colombia y Estados Unidos.9
La implicación de la administración Bush es innegable. En efecto, la oposición venezolana jamás se arriesgaría a semejante empresa si no tuviera el apoyo político y financiero por parte de la Casa Blanca. En septiembre de 2008, cansado de las múltiples injerencias de Estados Unidos, el gobierno de Caracas expulsó al embajador estadounidense y retiró a su representante diplomático de Washington.
La elección de Barack Obama a la presidencia estadounidense podría dar lugar a una normalización de las relaciones entre las dos naciones. Hugo Chávez celebró la victoria del senador demócrata y le tendió un ramo de olivo. «El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela ratifica su voluntad y su determinación de edificar, sobre la base del respeto absoluto de la soberanía, una agenda bilateral constructiva para el bienestar de los pueblos venezolano y estadounidense».10
La oposición venezolana se encuentra en una situación desesperada. La revolución política, económica y sobre todo social del presidente Chávez le ha quitado toda base popular. El líder bolivariano goza de un prestigio fuera de lo común en su país gracias a su política de redistribución de las riquezas que ha mejorado sensiblemente el nivel de vida de los sectores más desheredados. Los resultados alcanzados en una década son espectaculares.11 La implicación de todos los ciudadanos en el proceso de transformación lanzado en 1998 ha permitido a la sociedad entera alcanzar un grado de madurez política suficiente para ser consciente de lo que está en juego a nivel nacional y comprender que la oligarquía no es la mejor representante de sus intereses.
Notas
1 El Nuevo Herald, «Oposición venezolana pide que se vote por la ‘diversidad’ en regionales», 8 de noviembre de 2008.
2 EFE, «La oposición puede ganarle seis estados a Chávez», 7 de noviembre de 2008.
3 Agencia Bolivariana de Noticias, «Chávez alerta sobre plan opositor para desconocer triunfo del PSUV en Zulia», 9 de noviembre de 2008.
4 Agencia Bolivariana de Noticias, «Isea: Comisión de Control de la AN se traslada al Zulia para investigar denuncias de corrupción», 8 de noviembre de 2008.
5 Agencia Bolivariana de Noticias, «Chávez alerta sobre plan opositor para desconocer triunfo del PSUV en Zulia», op. cit.
6 Agencia Bolivariana de Noticias, «Develan plan conspirativo de militares activos y retirados contra presidente Chávez», 10 de septiembre de 2008.
7 Ibid.
8 Ibid.
9 Agencia Bolivariana de Noticias, «Hay suficientes indicios para probar planes magnicidas y conspirativos», 28 de septiembre de 2008.
10 Agencia Bolivariana de Noticias, «Presidente Chávez felicitó a Obama por victoria electoral», 5 de noviembre de 2008.
11 Salim Lamrani, «Una revolución económica y social», Le Monde Diplomatique, diciembre de 2008.
Salim Lamrani es profesor, encargado de cursos en la Universidad René Descartes París V, y periodista francés, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Acaba de publicar Doble Moral. Cuba, la Unión Europea y los derechos humanos (Hondarriaba: Editorial Hiru, 2008).
Contacto: [email protected]