No quiero entrar en demasiados detalles de balance electoral que son siempre muy engañosos y terriblemente subjetivos. Hay números y poderes constituidos relegitimados que son el único dato objetivo que dejan la práctica delegativa y representativa de la democracia electoral. Desde ese punto de vista el PSUV ha tenido una victoria táctica extraordinaria. Recupera mas […]
No quiero entrar en demasiados detalles de balance electoral que son siempre muy engañosos y terriblemente subjetivos. Hay números y poderes constituidos relegitimados que son el único dato objetivo que dejan la práctica delegativa y representativa de la democracia electoral. Desde ese punto de vista el PSUV ha tenido una victoria táctica extraordinaria. Recupera mas de un millón de votos y se queda con 17 gobernaciones mas las dos terceras partes de las alcaldías.
Distinto es si lo miramos desde el punto de vista estratégico. Es decir qué zonas, espacios, puntos de fuerza, fundamentales se toman para preparar una ofensiva mayor dentro de una batalla total. En ese sentido la victoria de la derecha oligárquica es sustancial. Tomaron los cuatro estados y regiones más importantes desde el punto de vista poblacional, electoral, industrial, económico del país: Zona Metropolitana, Miranda, Zulia, Carabobo. Pero además toman los dos estados militar y territorialmente fundamentales dentro del eje fronterizo tomado en una buena parte por las fuerzas para militares colombianas en combinación con su ejército: Zulia y Táchira, además de ser estados con una actividad económica binacional inmensa. Pero además, si vemos con mas detalle qué pasa por ejemplo en otro estado como Lara dentro del universo del poder constituido, podemos entonces decir que la victoria aplastante de Henry Falcón y del PSUV es política y programáticamente un bella vistoria de la derecha oportunista y rojita, algo muy parecido al caso de Rangel Gómez en Bolívar, entre otros. Estados econónicamente y territorialmente de gran importancia para la burguesía nacional y transnacional, de las cuales estos señores son fieles agentes. Esa parte de la derecha en realidad lo que pierde es Miranda pero se la traspasa a la derecha oligárquica; es un problema de tonalidades, donde el que gana tácticamente a la final es el luchador de base para quien es mucho mas fácil pelear con un «edeco de franela blanquita» que un «adeco de franela rojita»; y esto no es invento mío eso lo dice cualquier buen militante que en Venezuela no son pocos.
Pero lo más importante para la derecha además de este poder fáctico, es que por el lado del Zulia consolidan una hegemonía regionalista con su propia caudillo Rosales, básica para su estrategia periférica y fronteriza en los Andes y el Zulia por lo menos. Y por otro lado, consolidan un producto mediático «juvenil», el perfecto sifrino del siglo XXI, que pasa por el «a-ideático» (ser sin ideas) de Stalin -no se que apellido- hasta el Oscariz, Capriles, Salas Feo y toda la gama prefabricada de «universitarios». a través de su victoria en Caracas. El «sujeto político» hecho y coordinado desde la lógica del marketin, finalmente termina de salir de la máquina de procesamiento hacia el espacio que le es mas pertinente para sus intereses de poder: el centro comercial, industrial y burocrático del país. Se genera entre estos dos estratos una victoria hegemónica importante cruzada por el regionalismo como ideología y el nuevo «polo de alternativo»: la «moderna, democrática, gerencial y simpática juventud» frente al caudillo «problemático, comunista y militarista»: ideología del joven «existoso, liberal y democratista» frente al «prehistórico caudillo revolucionario»; estética y lenguaje Sambil.
Cada quien puede cantar victoria desde el punto de vista que lo mire: el punto tàctico o el punto estratégico: también hace parte de las estrategias mediáticas de cada quien. Y frente a esto ciertamente habría mucho elemento crítico que añadir, situándonos en el campo revolucionario. Pero en este caso ya parece fastidioso repetir, además creo que esto ha caído en un pesado diálogo de sordos y entre la lógica de «buró» y la crítica política. De todas formas la pregunta sigue siendo la misma: ¿cuál es el actor, fabricante y protagonista de este proceso?. Considero que desde esa pregunta algunas cosas se pueden decir de estas elecciones y las razones de la victoria estratégica y hemónica de la derecha.
Mas que insistir en este criticismo rápidamente quisiera insistir en el hecho de que las elecciones como tal desde el punto de revolucionario no constituyen ningún acto político en sí. Efectivamente aquí se pueban correlaciones de fuerzas y posicionamientos tácticos y estratégicos importantes de las fuerzas partidarias. Sin embargo, para ser simples, bien podemos decir que ni ganando todas las gobernaciones uno u otro bando eso hubiese significado por sí mismo algo desde el punto de vista del interés universal revolucionario. Una victoria de todas las gobernaciones por el gobierno, hubiese podido representar la consolidación definitiva de sus sectores mas burocráticos y contrarevolucionarios. El contrario puede mas bien significar el alzamiento del movimiento popular contra un poder constituido totalmente cuestionado y comenzar una fase de radicalización y definición plena de la revolución. Esto puede o no suceder, en todo caso y esto lo vemos en todo momento lo «político emancipativo» definitivamente no pasa por pruebas de polìtica representativa y de vieja lógica burguesa, se prueba ella misma en su poder y en la capacidad de ejercerlo. El campo electoral al contrario de lo que se impone desde la ruta electoral, partidaria y representativa de la política, para esta «otra política» no es condición de poder, en último término, según situaciones concretas, se presenta como una retaguardia o una palanca del campo conquistado en la movilización, la inteligencia colectiva, la creatividad constituyente, la territorialidad liberada.
Por esta lado solo quería hacer referencia a dos pequeños fenómenos realmente «políticos» que se cruzan en estas elecciones. El primero es el comportamiento y decisión del movimiento popular en Carabobo. Olvido palabras estúpidas mías y espero que las estupideces dichas contra Ivo Rodríguez de parte de Mario Silva, igualmente se retiren (posiblemente ellas costaron ese dos o tres por ciento que faltó para ganar). Pero lo interesante mas allá de elecciones y resultados es que se prueba una fortaleza organizativa y de disciplina de ese proletariado social de Carabobo que salió de la nada. Ojalá una política de autogobierno, liberación territorial y productiva, pueda interiorizarse definitivamente dentro de ese movimiento emergente, y definir su ruptura definitiva con esa desgraciada oligarquía que allí retoma la gobernación y de los «buró» que buscaran controlarlo. Segundo, felicitaciones al movimiento que fuera del PSUV ganó la alcaldía de El Tocuyo. Esto confirma la pertinencia de todo un movimiento antiburocrático y constituyente que nace en Carora hace unos años y hoy tiene la posibilidad de generar todo un corredor territorial estratégico Carora-El Tocuyo desde donde «otra república» de libres e iguales emerja desde esa tierra siempre rebelde.
Y finalmente, un hecho anecdótico pero muy político: hoy, caminando por Sabana Grande (Caracas) con mi hija y compañera, me fijo en unos afiches puestos en los postes de luz que dicen algo así como «esto si es la Venezuela de verdad». Eran fotos de mujeres y hombres del pueblo con una pequeña estrofa que explica su oficio o alguna frase propia que los las dignifica. Son buenas fotos que rompen toda estigmatización de la persona y la mujer en particular, de alguna institución de gobierno que -curioso- no pone su firma en ellas. Esto ya esta bien. Pero de repetente en un nuevo afiche veo una foto extraordinaria: Chávez está hablando con unos obreros. La foto es tomada desde un lugar donde Chávez se ve por debajo de ellos. Los obreros lo miran fijo y con ojos duros e incrédulos. Chávez por su lado esta tratando de explicarles algo, está nervioso y angustiado, pareciera que hay algo que no ha hecho bien y se explica poniéndose por debajo del pueblo. Me quedé viendo esa foto que además es muy buena y me dije ¡al fin!, esa sí es la revolución dicha en una sola foto. El mando tratando de explicarse y riendiendo cuentas, los trabajadores con toda firmeza oyendo críticos e impavidos. Eran una belleza. Esa foto para la estética caudillista y cosificante del pueblo que ha imperado es un verdadero acontecimiento que así sea yo un tonto iluso me indica lo siguiente: por mas victorias estratégicas de la oligarquía y sifrinitos, por mas «burós» que solo ven votos y triunfos tácticos, hay algo por debajo que esta sucediendo políticamente que nos pone muy por encima de esas realidades. Ojalá se les ocurra creer a todos los derechistas que ahora sí pueden acabar con la revolución, que de repente eso nos permita dar el salto que necesitamos, tomar todo lo que no hemos terminado de tomar.