Cuando se fundó el Partido SocialistaUnido de Venezuela (Psuv), se buscaba dotar al proceso revolucionario que dirige Hugo Chávez de un instrumento político, organizador, ideológico y que participara en la conducción del proceso. De paso, desplazaba al Movimiento V República, que había demostrado su capacidad como estructura electoral exitosa durante seis años de triunfos consecutivos, […]
Cuando se fundó el Partido SocialistaUnido de Venezuela (Psuv), se buscaba dotar al proceso revolucionario que dirige Hugo Chávez de un instrumento político, organizador, ideológico y que participara en la conducción del proceso. De paso, desplazaba al Movimiento V República, que había demostrado su capacidad como estructura electoral exitosa durante seis años de triunfos consecutivos, pero era evidente que no llenaba la función de un partido. Desafortunadamente, la transición se produjo durante el referendo constitucional de 2007 y, como es bien sabido, significó la primera derrota del chavismo.
Vistos los números, sucedió algo increíble: la victoria del NO fue producto, antes que del crecimiento de la oposición, de la abstención de tres millones de militantes del Psuv que habían votado un año antes para reelegir a Chávez. Sin embargo, nunca se conocieron las verdaderas causas de esa derrota, porque apenas comenzaba a debatirse bastante espontáneamente, pues el partido no organizó esa discusión; el presidente Chávez asumió toda la responsabilidad y, naturalmente, el debate se interrumpió.
Nadie supo por qué hubo estados como Portuguesa donde el SÍ obtuvo más de 60% y otros como Táchira y Miranda, donde apenas desbordaron el 40%. ¿Por qué esa diferencia? Tampoco se pudo saber cuál fue la responsabilidad del naciente partido en esos resultados. Nunca se buscó entre los tres millones la multiplicidad de motivos de su inhibición. Hoy, un año después, nadie lo sabe.
En esas condiciones, el Psuv asumió las recientes elecciones regionales, de contradictorios resultados, y ahora, de este referendo. ¿Está realmente en capacidad de asumirlo exitosamente? ¿Haber creado y movilizado varios frentes, se interpreta como desconfianza en la estructura de ese partido o como un mecanismo para fortalecerlo? Me formulo estas preguntas porque hace poco hablé con tres amigos militantes del Psuv, dos de ellos con experiencia partidista en la izquierda. Los tres me sorprendieron diciéndome que sus batallones habían celebrado sus últimas asambleas con menos de 10 personas. Un partido sin ideología definida, ni estatutos y con una organización en pañales, no parece ser el instrumento para tan serio compromiso. Necesita más que una manito de los frentes sociales para combatir la abstención y la confusión, y un adversario con alta capacidad de iniciativas, respuestas y recursos.
¿Acaso la dirección del Psuv desconoce el «Plan Jaque al Rey», aprobado en Puerto Rico? Fíjense nomás que allí plantean una campaña para vincular al Gobierno con las guerrillas y los narcotraficantes y, precisamente, las condiciones que acaba de poner el gobierno de Obama para normalizar las relaciones con Venezuela es que Caracas ¡rompa sus relaciones con las Farc y colabore en la lucha antinarcotráfico! Vaya coincidencias.
De acuerdo con ese plan, buscarán formar una matriz de opinión (como en el referendo del 2004) según la cual el NO ya ganó, para crear las condiciones y denunciar un fraude. Todo bien planificado y en ejecución. Entre las medidas violentas, Jaque al Rey contempla permanentes acciones de calle y «crear fuerzas de choque con las policías estadales y municipales».