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Proponen un aumento del precio de la gasolina para fortalecer las políticas sociales

Fuentes: ABN

  Incrementar el precio de la gasolina en Venezuela sería una medida progresista que beneficiaría a la inmensa mayoría de la población, pues los millardos de bolívares que se gastan para subsidiar este combustible, son recursos que perfectamente se podrían destinar al financiamiento de políticas públicas y sociales, sostuvo el economista Jesús Faría, miembro de […]

 

Incrementar el precio de la gasolina en Venezuela sería una medida progresista que beneficiaría a la inmensa mayoría de la población, pues los millardos de bolívares que se gastan para subsidiar este combustible, son recursos que perfectamente se podrían destinar al financiamiento de políticas públicas y sociales, sostuvo el economista Jesús Faría, miembro de la Asociación Bolivariana de Economía Socialista (Abes) y del PSUV.

En una entrevista exclusiva, Faría declaró a la Agencia Bolivariana de Noticias, que «un gobierno revolucionario puede perfectamente incrementar el precio de la gasolina, pues esta sería una medida progresista que beneficiaría a la inmensa mayoría de la población».

En este sentido, Faría explicó: «¿Cómo ocurrirá eso y por qué? Bueno, actualmente son millardos de bolívares los que se gastan para subsidiar la gasolina y esos son recursos que perfectamente se pueden destinar al financiamiento de políticas públicas y sociales que beneficiarían a una amplísima mayoría, sobre todo a aquella que no posee recursos suficientes para adquirir este producto, es decir, que no tienen automóviles para desplazarse».

Al respecto, comentó que mientras una persona sin vehículo, por ejemplo, gasta para viajar de Caracas a Mérida en transporte público más de 100 bolívares fuertes, una persona con vehículo particular sólo gasta lo que le cuesta llenar el tanque de su carro, unos 10 bolívares fuertes.

Al hacer referencia sobre los altos subsidios que genera el Estado para mantener el precio actual de este combustible, Faría sostuvo que al aumentar el precio, el Gobierno tendría la oportunidad de ahorrar gasolina que serviría para exportar.

«Esos recursos y divisas contribuirán al incremento de las reservas internacionales y además servirán para corregir problemas de caos vehicular y controlar los efectos inflacionarios colaterales que dependen de una medida de esta naturaleza», dijo.

Sobre este punto, Faría comentó que uno de los efectos colaterales que ocurre al subir el precio de este carburante, es el incremento de las tarifas del trasporte público, generando que los precios de los alimentos también se eleven.

Sin embargo, estos efectos pueden ser evitados con políticas de subsidios para los transportistas, que no serían tan altos como los que se gastan en el combustible, y que serían beneficiosos para toda la población.

«Perfectamente se puede establecer un subsidio para dicho sector y evitar que aumente el transporte público de forma excesiva. Fácilmente pueden emplearse figuras de subsidio para evitar ese impacto y eso podríamos hacerlo nosotros con los recursos que quedarían liberados de los subsidios a la gasolina, y en este caso, por ejemplo, el gasoil se podría mantener al margen de todos estos incrementos», dijo Faría.

En este contexto, señaló que estas medidas facilitarán al Estado un manejo más racional de los recursos y además nos permitiría ahorrar ese bien perecedero que es la gasolina.

«Desde todo punto de vista es importante que nosotros veamos esta posibilidad de incrementar el precio, en todo caso, el balance final sería altamente positivo para el país, la población y el desarrollo de la economía nacional», enfatizó.

Sobre este punto, Faría remarcó: «Por eso nosotros sin ningún tipo de prejuicios debemos ir a la discusión de estas ideas, para que el pueblo entienda, que esto no es una medida de hambre como fue en el caso de Carlos Andrés Pérez (CAP) con El Caracazo, donde precisamente, aumentar el precio de la gasolina era para someter a mayor hambre y a mayor miseria a la población».

«En este caso, aumentar el precio de la gasolina es una medida para fortalecer políticas sociales del Gobierno, fortalecer la situación financiera del Estado y de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), que a su vez se traduce en beneficios para la población y en mejoras de las condiciones ambientales de transporte», agregó.

Incremento necesario

Entre tanto, Faría también manifestó que para llevar a cabo un aumento del carburante es necesario, primero, efectuar una campaña educativa que explique de manera detallada todo lo que implica esta medida y los beneficios que generará a la población.

«Para tomar una decisión de esta naturaleza, hay que iniciar toda una campaña educativa acerca de los alcances de esta decisión. Esto significa que la sociedad de forma transitoria, organizada y orientada por el Gobierno, tiene que desarrollar una discusión en torno al precio de la gasolina para que estén sustentados en la racionalidad», argumentó Faría.

Sobre este aspecto, Faría subrayó que es necesario estudiar un precio justo del combustible, argumentado desde el punto de vista social, económico, financiero y ecológico.

«No es el momento más preciso para efectuar un aumento, sin embargo, si lo es para realizar un proceso educativo de discusión muy amplio sobre el tema y lo que implica el subsidio elevadísimo que el Estado hace para mantener su valor actual en el mercado nacional, cifra que algunos lo calculan en 5% del Producto Interno Bruto (PIB)», remarcó Faría.

Asimismo, Faría manifestó que en esta campaña educativa es de vital importancia detallar las diferencias entre el aumento del precio de la gasolina por parte de un gobierno de corte neoliberal, y el de uno revolucionario.

De igual forma, sostuvo que es necesario aclarar que la gasolina proviene del petróleo, bien escaso, no renovable, generador de contaminación ambiental y que su uso indiscriminado genera trastornos vehiculares, especialmente en las grandes ciudades, provocando problemas de naturaleza urbanística.

Detonante social

El precio de la gasolina es un tema polémico en la sociedad venezolana, para muestra están los dramáticos sucesos del año 89, El Caracazo, que dejaron una estela de muerte y dolor en la población caraqueña y de otros sectores del país, un hecho activado precisamente con el anuncio del incremento de la gasolina.

En este sentido, explicó que tras El Caracazo, en Venezuela se ha generado una resistencia generalizada por parte de la población en relación a cualquier discusión que apunte al incremento del precio de la gasolina.

«Cuando Carlos Andrés Pérez aplicó el paquete de hambre del Fondo Monetario Internacional (FMI), el incremento de los precios jugaba un papel clave en la generación de recursos fiscales para pagar la deuda y para corregir indicadores macroeconómicos que le permitieran a ese mismo gobierno, obtener nuevos desembolsos del FMI», explicó Faría.

Consideró como injustificable que la población tuviera que pagar mayores precios de gasolina para cancelar una deuda externa, sometiéndolos al hambre y a la miseria».

En este contexto, Faría argumentó que al contrario de esas medidas aplicadas por CAP para beneficiar al FMI, en la actualidad el Gobierno Revolucionario si toma medidas complementarias que benefician a toda la población, pues al reducir los gastos en subsidios, se incrementan los ingresos y estos recursos serían utilizados en inversión social.

Revolución gasífera

Faría igualmente, manifestó que un aumento al precio de la gasolina favorece la transición del parque automotor a gas, como combustible para el transporte vehicular.

«Hoy día la gasolina no genera el estímulo necesario para sustituirla por gas, es decir, mientras se mantenga extra barata, siempre se postergará esa decisión (…) Mientras que un encarecimiento de la gasolina, plantearía la necesidad de transformar el parque automotor a gas, a fin de reducir costos de transporte», apunto.

Asimismo, explicó que la utilización del gas como combustible en sustitución de la gasolina, originaría un ambiente más puro y menos contaminado.

«Esta transición liberaría parte de la gasolina que consumimos internamente para colocarla en mercados internacionales y así obtendríamos divisas, porque tendríamos gasolina colocada a un precio muy superior al que nosotros estamos vendiendo aquí en el país», subrayó Faría.

De igual manera, expresó que de lograrse el cambio del parque automotor a gas, se generarán nuevos puestos de trabajo directos, indirectos, permanentes y ocasionales, es decir, tendrá un impacto positivo en toda la sociedad y en el desarrollo económico.

Por todos estos motivos, Faría reafirmó que incrementar el precio de la gasolina en Venezuela sería una medida progresista que beneficiaría a la inmensa mayoría de la población, pues los recursos que actualmente se gastan para subsidiar este combustible, perfectamente pueden ser destinados al financiamiento de políticas públicas y las políticas sociales.