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Entrevista Antonio Rosa

«No creo que la fotografía pueda cambiar el mundo, lo más que puede hacer es denunciar lo que está sucediendo»

Fuentes: Rebelión

Antonio Rosa es un trabajador de la sanidad, bregado y desprendido sindicalista, estudiante de enfermería y un excelente y laborioso fotógrafo con numerosas exposiciones a sus espaldas. * Recientemente habéis editado en CC.OO. un libro de fotografías, de fotografías tuyas, con textos de amigos, artistas e intelectuales. Lleva por título «Un treball digne per a […]

Antonio Rosa es un trabajador de la sanidad, bregado y desprendido sindicalista, estudiante de enfermería y un excelente y laborioso fotógrafo con numerosas exposiciones a sus espaldas.

*

Recientemente habéis editado en CC.OO. un libro de fotografías, de fotografías tuyas, con textos de amigos, artistas e intelectuales. Lleva por título «Un treball digne per a una vida digna», un trabajo digno para una vida digna. ¿Podrías explicarnos el contenido de la publicación? ¿Por qué en estos momentos?

Se trata de una antología de fotografías de las diferentes exposiciones de temática sociolaboral que CCOO ha trabajado durante los últimos años. Además cuenta también con un DVD en el que están incluidos los documentales producidos hasta ahora.

¿Qué documentales son esos?

Después de presentar la exposición sobre el trabajo infantil No és un joc, nos dimos cuenta de que a las fotografías sólo les faltaba hablar. Por esto, cuando realicé un nuevo viaje incluí en el equipaje una cámara de vídeo para así dar también la oportunidad a los protagonistas de poner su voz, para que no hiciesen falta intermediarios, para que fuesen ellos mismos, en primera persona, los que nos explicasen su día a día.

Después vinieron los documentales sobre las condiciones de vida y de trabajo de los mineros artesanales que buscan minerales en viejas minas abandonadas, la importancia de focalizar a los niños en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, entrevistas a trabajadoras de Maquilas, la realidad de la inmigración en Barcelona… y uno muy especial en el que después de realizar un taller de fotografías a niños trabajadores del vertedero de basuras de La Chureca, son ellos mismos los que nos explican lo que les motivó a realizar sus fotografías. Fueron fotógrafos ocasionales, para casi todos fue la primera oportunidad de tener una cámara en sus manos, que realizaron muy buenas fotografías, demostrando así una de las muchas potencialidades que tienen estos niños trabajadores.

De acuerdo. Prosigue con la antología, si te parece, te he interrumpido.

La antología conecta con la movilización mundial convocada por la CSI -Confederación Sindical Internacional-, bajo el lema «Por el trabajo digno» que reclama la universalización de los derechos laborales y sociales para conseguir un mundo más justo.

Además, pienso que en esta situación de crisis que estamos viviendo, la antología nos muestra que los últimos años de «bonanza económica» no lo han sido para todos y que las consecuencias de la crisis, una vez más, serán más dolorosas para los más pobres.

¿Cuántas fotografías componen la antología? ¿Qué personas han colaborado en el volumen con sus comentarios?

La antología consta de más de 60 fotografías que van acompañadas de comentarios de personas vinculadas con el mundo de la cultura.

Cada participante tuvo la opción de escoger una fotografía entre muchas otras, para después escribir sobre ella. La idea era reflexionar sobre el mundo del trabajo con las fotografías como excusa. Así, han participado: fotógrafos, escritores, directores de cine, profesores, cantantes, filósofos, diseñadores, médicos, enfermeras, deportistas, actores, arquitectos, antropólogos, músicos…

¿Desde cuando te dedicas a la fotografía? ¿Eres fotógrafo profesional? ¿Dónde has aprendido?

Desde siempre me gustó la fotografía, todavía conservo la cámara familiar de mi infancia, una Werlisa con su inconfundiblemente grande botón rojo.

En un principio sólo se trataba de obtener instantáneas para conservar en el álbum familiar, más adelante fotografiaba objetos, edificios, paisajes… hasta que un día caí en la cuenta de que casi no fotografiaba personas. Fue entonces cuando descubrí un nuevo uso de la cámara fotográfica: el de trasladar realidades a otras realidades, el mostrar las condiciones de vida y de trabajo de otras personas y sus consecuencias, el dar la oportunidad a personas anónimas de mostrar su vida y sus condiciones de vida, primero mediante fotografías, más adelante, mediante los documentales, dándoles también la voz para que ellos mismos pudiesen explicarnos en primera persona como era su día a día.

Y no, no soy un fotógrafo profesional, aprendí a base de curiosidad, lecturas, prácticas…

¿Qué es para ti la fotografía? Es también, como quería Celaya de la poesía, un arma cargada de futuro.

La fotografía es un documento que fija mediante la luz un espacio y un tiempo que no volverá a repetirse. Pero no podemos quedarnos sólo aquí, esto es tan solo la superficie, las dos dimensiones de una fotografía no responden a la realidad. Para que la fotografía tenga vida, para que nos enseñe del pasado, para que nos sirva de arma de futuro debemos leerla, interpretarla, entenderla… No se trata de que una fotografía sea bonita o fea, sea correcta la técnica utilizada o no. Una fotografía debe trasmitir emociones, una fotografía atrapa un instante de vida y lo que debemos hacer al observarla es sumergirnos en ella para captar esa vida.

Las fotografías son prueba de que algo sucedió y en muchos casos se hacen necesarias para no olvidar, para certificar lo que sucede o sucedió, para intentar que no vuelva a suceder lo que nunca debiera haber sucedido.

¿Tienes fotógrafos de referencia? ¿Cuáles son tus maestros?

Las primeras fotografías que me impresionaron fueron de Dorothea Lange, después descubrí a Capa, Cartier-Bresson, Lewis Hine, Sebastiao Salgado… sin olvidar fotógrafos españoles como, entre otros: Sandra Balsells, Cristina García Rodero, Kim Manresa, Fernando Moleres, Gervasio Sánchez… Como siempre ocurre con las listas: dejamos más de los que incluimos en ellas y que deberían también aparecer.

Aunque no en exclusiva, sueles fotografiar niños, niñas, jóvenes, en situación de explotación o marginación social. ¿Por qué? ¿Te parecen un sector especialmente vulnerable?

Claro que son vulnerables, a los niños no sólo les estamos negando su presente, su derecho a la infancia y lo que conlleva. La barbaridad va más allá, les estamos negando su futuro. Un niño explotado será un adulto explotado, se trata de un perverso círculo vicioso del que se hace muy difícil, sino imposible, de salir.

Sueles poner tu mirada fotográfica en temas y situaciones laborales de países latinoamericanos. ¿Por qué? ¿Por denuncia, por sensibilidad, por solidaridad con ellos, por proximidad o sensibilidad?

Supongo que en esto la lengua común debe de tener bastante que ver y no sólo, también hay razones históricas de peso para fijar la atención en los países latinoamericanos.

¿No crees que vivimos en un mundo con demasiadas imágenes? ¿No puede ocurrir que las tuyas, y las de otros fotógrafos similares, muy distintas desde luego de la orgía icónica general, pasen desapercibas, ocultadas ante tanto ruido insustancial?

Las imágenes son fragmentos del mundo y como tales nunca nos darán una información completa. En este sentido vale la pena recordar el mito de la caverna de Platón y reconocer que las fotografías son representación de lo real y por muy bien que sepamos reconocerlas siempre se nos escapará algo.

Las imágenes van ganado la partida a las palabras, las nuevas tecnologías van inundando el mundo de imágenes que representan el mundo, siendo de nuevo una representación, un fragmento que nos quieren vender como la realidad, una realidad sólo de unos cuantos, una realidad siempre incompleta.

En este sentido quizás sería interesante plantear la creación de una asignatura que fuese educación en fotografía en la fuese obligatorio mirar la realidad.

¿Crees que la fotografía puede cambiar el mundo? ¿De qué forma?

No creo que la fotografía pueda cambiar el mundo, lo más que puede hacer es denunciar lo que está sucediendo en el mundo, dejar constancia de todas las barbaridades cometidas y tener la esperanza de que muchas situaciones fotografiadas no puedan volver a fotografiarse en el futuro.

¿Cómo se organiza las cosas un trabajador como tú, un sindicalista como tú, para, además de ello, fotografiar con cuidado y dedicación y organizar exposiciones y publicar libros?

No pienso que tenga mucho mérito mi capacidad de organizarme. En realidad pienso que he tenido la fortuna de poder viajar, fotografiar y volver para contarlo. La verdadera suerte es haber encontrado un grupo de compañeros de trabajo y amigos que han hecho todo el trabajo. Yo hice las fotografías, pero el trabajo posterior de mucha mayor envergadura no está realizado por mi. Hizo falta gente que tuviese la idea de montar una exposición, de buscar los recursos para hacerla posible, de mantenerla en el tiempo buscando espacios de exhibición, de crear contenidos, de traducirlos, de maquetar, de crear webs, de volver a imaginar un nuevo proyecto y comenzar de nuevo todo el trabajo… Si no me hubiese encontrado con ellos seguramente las fotografías estarían almacenadas en un disco duro o colgadas en la inmensa internet, es gracias a ellos que podemos verlas hoy formando parte de un libro.

Este libro, ¿puede ser base para una nueva exposición? Si fuera así, ¿en qué lugares has pensado exponer?

Más bien este libro es el resumen de todas las exposiciones y documentales producidos hasta la fecha desde la secretaria de formació sindical i cultura de CCOO. En él encontramos material audiovisual sobre explotación infantil, maquilas, minería artesanal, inmigración… Pero quizás podría ser una buena idea plantear una nueva exposición sobre el libro y los comentarios de las fotografías. A esto precisamente me refería en la pregunta anterior, son los amigos los que van marcando los posibles nuevos proyectos.

Iniciabas hace unas pocas semanas, finales de mayo, una presentación de tu libro con unas referencias filosóficas presocráticas. No es frecuente. ¿Te consideras un fotógrafo-filósofo?

No, no me considero ni fotógrafo, ni filósofo. Pienso que Platón tampoco aceptaría que los fotógrafos formasen parte de su República, al menos algunos.

Sólo me considero afortunado de haber tenido la oportunidad de conocer a tantas personas que me regalaron unos instantes de sus vidas a cambio de sacarlos del anonimato de la manera más digna posible.

¿Puedo pedirte un favor para finalizar? ¿Nos puedes regalar dos fotografías tuyas? Las que te gusten más.

Estas por ejemplo:

Esta fotografía tomada en el vertedero de basuras de La Chureca en Managua, muestra como ninguna otra como el trabajo infantil genera pobreza y como la pobreza genera trabajo infantil. El niño sigue el camino de su padre, al igual que su padre hizo cuando era niño.

El texto del pie es de Adaia Teruel: «[…] Allá está el muchacho de atrás. El sin nombre, el invisible, el que no interesa a nadie. Nadie sabe quien es ni que hace. Éste es él»

Muchas personas quedan desmembradas y sólo se les tienen en cuenta por sus manos y pies generadores de unos ingresos que apenas les permiten vivir el día a día.

El texto del pie de foto es de Quim Brugué: «[…] Entre todos, sin embargo, deberíamos limpiarle el fango».

Y si alguien está interesado en el libro, ¿cómo puede adquirirlo?

Si alguien está interesado en el libro puede ponerse en contacto con la secretaria de formación sindical y cultura de CCOO de Catalunya: [email protected]