Brasil, Rusia, India y China [BRIC] quieren anunciar un nuevo orden económico mundial. Como Estados BRIC, buscan el espaldarazo en la Cumbre de Yekaterinburgo. Las grandes crisis son tiempos de grandes cambios y ajustes. En el sistema mundial capitalista los equilibrios están alterándose a toda velocidad, y no juega en ello una parte menor la […]
Brasil, Rusia, India y China [BRIC] quieren anunciar un nuevo orden económico mundial. Como Estados BRIC, buscan el espaldarazo en la Cumbre de Yekaterinburgo.
Las grandes crisis son tiempos de grandes cambios y ajustes. En el sistema mundial capitalista los equilibrios están alterándose a toda velocidad, y no juega en ello una parte menor la actuación de los Estados BRIC. Tal parece como si de una figura artística creada en otro tiempo por Goldman Sachs surgiera ahora una magnitud global capaz de competir ocn los EEUU y la UE: China, la potencia mundial venidera, y Rusia, la decadente, han sido las primeras en entenderse; Brasil y la India les han seguido. Desde hace un año, vienen sosteniendo reuniones informales como Estados BRIC. Esta semana se realiza la primera cumbre oficial de países BRIC en la ciudad rusa de Yekaterinburgo.
Brasil, Rusia, India y China representan casi el 46% de la población mundial, y son potencias económicas de nivel mundial como exportadoras de materias primas y productos agrícolas, como taller del mundo, fábrica de ideas y centro de prestación de servicios. De consuno, disponen del mayor volumen de reservas monetarias: 2,9 billones de dólares. Sus economías nacionales crecen, aun si, ahora, a un ritmo claramente menor. No les queda otra opción, sin o la de quitarse de encima lo antes posible la mordaza de la recesión. Y tienen posibilidades de lograrlo, porque sus gobiernos no se limitan a una política de gestión de la crisis, como el gobierno norteamericano y la UE, sino que están resueltos a inducir cambios. De conseguirlo, en unos pocos años alcanzarían o aun superarían económicamente a los Estados el G-7. Porque entonces estarían más imbricados entre sí que nunca antes, y va de suyo que eso podrá constatarse objetivamente en el momento en que China desplace a los EEUU como socio comercial principal del Brasil.
El FMI puede estar contento
Lo que en la cumbre de Yekaterinburgo anda en juego es, ni más ni menos, que una alianza estratégica en la política económica de alcance planetario, a fin de ejercer de contrapeso al «modelo» del capitalismo euronorteamericano de los mercados financieros. Quien quiera superar la presente crisis sin sentar las bases para un próximo desplome financiero, no puede limitarse a rescates billonarios de bancos y a regular los mercados financieros, escribe el ministro brasileño de estrategia Roberto Mangabeira Unger, autor de varios libros en los que ha abogado por la importación a la América latina del socialismo democrático de impronta europea.
¿A dónde llevan esas maniobras de cambios de los Estados BRIC? Ya antes de su cumbre, chinos, brasileños y rusos han venido abogando por el final del régimen del dólar y por una nueva divisa mundial. Los bancos centrales de estos tres países que, junto con el de la India, han experimentado, en las últimas cuatro semanas, un incremento de 60 mil millones en sus reservas de dólares, están resueltos a fragmentar y diversificar. Ya han anunciado su intención de adquirir bonos de empréstito del FMI y, al propio tiempo, vender bonos del Tesoro norteamericano por un valor de 100 mil millones de dólares. Los títulos del FMI serán emitidos como derechos especiales de giro, es decir, que se tratará de dinero fiduciario internacional, fundado en una cesta monetaria compuesta de dólares, euros, libras esterlinas, yenes y francos suizos. Estará contento el FMI, porque su planeada emisión de bonos de empréstito se convertirá así en un negocio seguro, aunque no admirable. En contrapartida, los Estados BRIC pueden endurecer sus exigencias de igualdad en las deliberaciones del FMI.
En la batahola de las acciones de los Estados por rescatar empresas en el espacio de la UE, se ha puesto sordina a algunas de las crisis que habrán de resultar decisivas para el transcurso de la presente Gran Depresión del año 2009 (la cuarta del capitalismo moderno): la crisis de hambrunas, la crisis agrícola, la crisis energética, la crisis de materias primas y las amenazantes consecuencias de la catástrofe medioambiental.
Del BRIC al BRIICSS
Los Estados BRIC no pueden dejar de ver que todas esas crisis mundiales no sólo llaman a la puerta de su casa, sino que irrumpen en el seno mismo de sus países. Así que fácilmente podrían los Estados BRIC reconvertirse en un grupo de Estados BRIICSS, si Indonesia, Corea del Sur y Suráfrica se incorporaran. Entonces podría hablarse con propiedad de un contra poder de alcance económico mundial. La Unión Europea, ahora en situación de espera, tendrá que decidir con quién quiere ir de la mano: si hacia el abismo con los EEUU, o con los países BRIC, hacia un nuevo orden económico mundial.
Michael R. Krätke, miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO, es profesor de política económica y derecho fiscal en la Universidad de Ámsterdam, investigador asociado al Instituto Internacional de Historia Social de esa misma ciudad y catedrático de economía política y director del Instituto de Estudios Superiores de la Universidad de Lancaster en el Reino Unido.
Traducción para www.sinpermiso.info: Amaranta Süss