Dos recientes comentarios aparecidos en diferentes medios de prensa sobre la atención de la salud en Cuba y en Estados Unidos han puesto de manifiesto las variantes existentes entre los dos sistemas económicos, políticos y sociales. En Cuba la asistencia gratuita a todos los niveles de la salud se considera como un derecho del pueblo […]
Dos recientes comentarios aparecidos en diferentes medios de prensa sobre la atención de la salud en Cuba y en Estados Unidos han puesto de manifiesto las variantes existentes entre los dos sistemas económicos, políticos y sociales.
En Cuba la asistencia gratuita a todos los niveles de la salud se considera como un derecho del pueblo al cual el Gobierno asigna una gran parte del presupuesto nacional.
Un estudio publicado en la revista estadounidense Science, bajo la firma de los doctores Paul Drain y Michele Barry, afirma que «a pesar de decenios de sanciones de Estados Unidos contra la Isla del Caribe, los cubanos gozan de los mejores niveles de salud en toda América Latina, con una larga expectativa de vida, tasas bajas de mortalidad infantil y la más alta densidad de médicos per cápita».
La conclusión de la investigación llevada a cabo por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en California, indica que no obstante, «las dificultades que ha enfrentado el país en este tiempo, las sanciones parecen haber tenido poco impacto en la salud de los cubanos».
El informe expone con énfasis el enorme cerco económico impuesto por Washington contra la Isla desde los inicios de la década de 1960, que se recrudeció tras la desaparición del campo socialista europeo con el cual Cuba mantenía el 85% de su comercio.
Drain y Barry puntualizaron que ese país «ha producido mejores resultados en materia de salud que la mayoría de los países latinoamericanos, comparables a los de la mayoría de los países desarrollados» y agrega, «Cuba goza ahora de la más alta expectativa de vida (78,6 años), la más alta densidad de médicos per cápita (59 por cada 10.000 personas) y los niveles más bajos de mortalidad infantil de los 33 países de América Latina y el Caribe».
Los científicos estiman que sus éxitos se deben a los excelentes programas de prevención y promoción de salud pues al «educar a la población los cubanos dependen menos de los abastecimientos médicos para mantenerse sanos, además de crear la infraestructura sanitaria necesaria para apoyar los programas de atención primaria».
En el artículo de Science los investigadores ensalzan los amplios programas de vacunación y la alta proporción de personal especializado para atender los nacimientos
Tras llamar a eliminar el bloqueo y aprender de Cuba lecciones valiosas, Drain y Barry concluyen que «el énfasis en la medicina de atención primaria, la educación en salud y la cobertura universal de esos servicios explican cómo Cuba ha logrado niveles de salud de un país desarrollado con un presupuesto de un país en desarrollo»
El artículo, sin embargo, no hace referencia a la cooperación sanitaria gratuita que el Gobierno y el pueblo cubanos han prestado durante años a cerca de cien países en el mundo por medio del cual se han salvado millones de personas del Tercer Mundo, ni a los programas de formación de médicos y personal de la salud que se han graduado o estudian en escuelas de la Isla o de otras naciones con profesores cubanos.
Un panorama distinto se presenta en varias comunidades de Estados Unidos donde se han cerrado hospitales públicos por falta de financiamiento, lo cual profundiza las precarias condiciones de atención médica en que viven más de 50 millones de estadounidenses que no pueden pagar seguros médicos privados.
A esto se suma que constantemente clínicas y hospitales aumentan los costos de la atención, según revela una investigación sobre los precios promedio de cuatro tratamientos médicos comunes realizada en La Florida por el diario Sun Sentinel.
En este caso se escogieron las operaciones de apendicitis, aplicación de tomografía, neumonía y análisis de sangre.
Una cirugía de apendicitis, una de las más frecuentes, puede costar miles de dólares con una estancia de sólo dos días en el hospital.
Por ejemplo, afirma el Sun Sentinel, en el JFK Medical Center, en Atlantis, la factura promedio por esa intervención es de 65.500 dólares mientras en el West Boca Medical Center es de unos 27.500 dólares.
Si se atiende una neumonía, esta le saldrá en 41.200 dólares en el Florida Medical Center de Lauderdale Lakes, y en el Cleveland Clinic en Weston, el costo será de 15.325 dólares.
Una simple tomografía le cuesta al paciente la increíble suma de 6.000 dólares y unos análisis de sangre se le convertirán en otros 2.500 dólares.
El diario expone el caso de Steve Baughan, gerente de construcción desempleado que al presentársele un dolor en el vientre acudió al University Hospital and Medical Center en Tamarac. Este señor tenía cobertura básica con un deducible elevado y se consideró afortunado por regresar a casa en solo tres horas. Es decir, atención rápida y esmerada.
Lo malo ocurrió después, cuando le llegó la factura por 18.500 dólares que incluían 12.000 dólares por dos tomografías, 2.150 dólares por pruebas de sangre, 130 dólares por unas gasas, además de otros servicios hasta llegar a la suma total.
«No lo podía creer. Pueden cobrar lo que les parezca y no se puede hacer nada» dijo Baughan, quien presentó una demanda ante el Estado y ahora se encuentra en las entretelas de los juicios sin saber qué resultados obtendrá.
Si ésta es la situación de los que disponen de seguro médico, para los 50 millones de personas que en Estados Unidos no tienen esa posibilidad, el problema representa una constante espada de Damocles sobre sus cabezas y las de sus familiares.
Aquí radica la diferencia humanitaria de los dos sistemas sociales.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
rCR