Igualdad, equidad, justicia, cooperación, complementariedad, apoyo y respeto son algunos de los valores socialistas en los que coinciden los trabajadores y trabajadoras de las empresas procesadoras de alimentos recuperadas por el Ejecutivo Nacional, con el objetivo de aumentar la producción, proporcionar alimentos a precios justos y saldar la deuda social y moral con la clase […]
Igualdad, equidad, justicia, cooperación, complementariedad, apoyo y respeto son algunos de los valores socialistas en los que coinciden los trabajadores y trabajadoras de las empresas procesadoras de alimentos recuperadas por el Ejecutivo Nacional, con el objetivo de aumentar la producción, proporcionar alimentos a precios justos y saldar la deuda social y moral con la clase obrera.
Esta importante masa laboral por muchos años fue excluida, explotada, vejada y humillada por sus patronos, los cuales violaban la Ley Orgánica del Trabajo (LOT), así como la Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria (Lossa).
Muchas de estas plantas procesadoras y distribuidoras de leche, azúcar, aceite, arroz, enlatados y café quebraron sus empresas y dejaron en la calle a sus empelados. De igual forma, acapararon y disminuyeron intencionalmente la producción de alimentos, para contribuir con la desestabilización promovida por algunos sectores de oposición y, de esta manera, crear zozobra en la población.
Ante este escenario, el Ejecutivo Nacional en pro de garantizar el bienestar social de los trabajadores, impulsar el desarrollo agroindustrial y alcanzar la soberanía alimentaria, ha recuperado todas aquellas plantas procesadoras de alimentos que han sido abandonadas y mal administrada por el sector privado.
Estas acciones fueron ejecutadas por el Gobierno Nacional de acuerdo a lo establecido en el artículo 115 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en el cual se garantiza la propiedad privada y el derecho al uso, goce, disfrute y disposición de los bienes.
No obstante, la propiedad está sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la Ley con fines de utilidad pública o de interés general. Sólo por causa de utilidad pública o interés social, mediante sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes.
Capitalismo contra Socialismo
El capitalismo se basa en la propiedad privada de los medios de producción y en la explotación del trabajador, mientras que el socialismo se basa en la propiedad social de los medio de producción, en condiciones sociales justas y equitativas.
Así lo refiere el economista Haiman El Troudi, en su libro «La Política Económica Bolivariana y los Dilemas de la Transición Socialista en Venezuela».
Para alcanzar esta justicia laboral es necesario crear nuevas modalidades de propiedad o posesión de los medios de producción, lo que significa que con la puesta en marcha de nuevas formas de división del trabajo en las que prevalece la equidad y la seguridad, tanto los trabajadores como las comunidades aledañas pueden disponer de los medios de producción y mejorar su calidad de vida.
Adicionalmente, El Troudi asegura que debe existir un compromiso con la eficiencia, así como con la productividad y el acceso a los bienes y servicios; además de una gestión democrática de los procesos económicos, donde todos los trabajadores tengan derecho a participar en la planificación de los procesos inherentes a la actividad económica y, finalmente, una conciencia ecológica de los recursos ambientales.
Voces excluidas por el capitalismo e incluidas por el Socialismo
Los trabajadores que laboran en las empresas rescatadas por el Estado han asumido esta transición como un reto personal y profesional que mejorará su calidad de vida.
El economista internacional Carlos Carccione, expresó que en Venezuela la clase obrera está consciente del papel político, ideológico y social que juega en la sociedad, así como de los logros que ha alcanzado en los últimos 10 años.
A su juicio, la teoría marxista sobre la lucha de las clases sociales, es un tema que actualmente está vigente, debido a que la burguesía pretende utilizar los medios de producción para acumular ganancias, mientras que los trabajadores luchan por defender sus derechos, para mejorar su calidad de vida y la de su entorno.
«Los trabajadores y trabajadoras deben apropiarse del modo de producción de cada una de sus empresas, luchar por sus derechos, cumplir con sus deberes y crear sociedades más justas e igualitarias», indicó
Café para el pueblo venezolano
Para Alfredo Zapata, trabajador de la Planta Fama de América, ubicada en la zona industrial de la Yaguara del Distrito Capital, la decisión del Gobierno de expropiar esta empresa es una gran alegría y satisfacción, debido a que por años fueron explotados y maltratados por sus jefes.
Zapata manifestó que a raíz de la expropiación de la empresa efectuada el pasado mes de noviembre de 2009, los trabajadores están más comprometidos con la empresa «porque sabemos que es de todos y que todos tenemos participación, voz y voto», expresó el trabajador.
Recordó que a mediados de 2009 se originó una fuerte crisis por el desabastecimiento del café, lo cual a su juicio era muy extraño, debido a que tanto la planta ubicada en Carabobo como la situada en Caracas, estaban produciendo al 100% de su capacidad.
Aseguró además, desconocer en esa fecha la causa del desabastecimiento, la cantidad de materia prima que ingresaba en la planta, la cantidad que se producía y los canales de distribución.
«Ahora la realidad es totalmente distinta. Nosotros sabemos que aquí en La Yaguara se produce diariamente 65 mil kilos de café. Asimismo sabemos de donde proviene la materia prima y quienes son los productores. Estamos totalmente involucrados, porque sabemos la responsabilidad que tenemos», sentenció Zapata.
Denunció que muchos medios de comunicación privados «indican que la clase obrera es despedida cuando el Gobierno rescata una empresa. Eso es totalmente falso, el Gobierno Bolivariano jamás atenta ni atentará en contra de los trabajadores. Aquí nadie se ha ido», comentó.
Productos lácteos a precios asequibles
Miguel Margati, trabajador de la empresa láctea Los Andes, asegura que luego del rescate de las plantas ubicadas en los estados Lara y Mérida en diciembre de 2008, la producción de leche y derivados ha sido mucho más eficiente y eficaz.
Sostuvo que en la actualidad los trabajadores tienen sueldos, prestaciones sociales, aguinaldos y vacaciones justos. Además cuentan con las misiones Rivas, Che Guevara y Sucre, en las que los empleados estudian ingeniería mecánica y agroindustrial.
«Ahora tenemos servicio médico las 24 horas al servicio de los trabajadores, constantemente se realizan jornadas culturales, deportivas y de salud. Estamos estrechamente vinculados con los consejos comunales de la zona, hacemos jornadas de trabajo voluntario y ofrecemos empleos a los habitantes de las comunidades aledañas», comentó.
En relación a la producción de alimentos, indicó que actualmente se procesan cerca de 250 mil litros de leche diario. «Cuando estábamos bajo el yugo de los privados producíamos tan sólo 17 mil litros».
Aseguró que actualmente Los Andes es una empresa autosustentable, donde participan activamente en la toma de decisiones personal obrero, administrativo, coordinadores y demás trabajadores con el único fin de proporcionar alimentos de calidad a precios justos.
Productos del mar a disposición de todos
Los trabajadores de la planta procesadoras de productos marinos La Gaviota, ubicada en Cumaná, estado Sucre afirman que gracias a la recuperación de la empresa el pasado mes de noviembre de 2009 la producción diaria de alimentos ha aumentado a 30 toneladas de sardina, 3.500 kilos de pepitona y 60 sacos de harina de pescado que pesan más de
45 kilos.
Gerson Alfonzo, trabajador de La Gaviota, mencionó que los trabajadores controlan todo el proceso de elaboración de alimentos, verifican la cantidad de la materia prima que llega y certifican la cantidad que se distribuye.
«Participar activamente en el proceso de elaboración de alimentos y aportar ideas sólo ocurre en socialismo. Ahora los trabajadores estamos mucho más conscientes del rol que jugamos en la sociedad, porque no producimos ropa o zapatos, sino alimentos, y eso es una necesidad para el pueblo y no una mercancía», reflexionó.
Recordó que a pesar de que trabajaban en una empresa de alimentos, jamás habían consumido una lata de sardina mientras estaban bajo el control capitalista. «Ahora mensualmente tenemos el derecho de un combo de alimentos, es una gran emoción y alegría poder consumir el producto que elaboramos con tanto cariño y esfuerzo», manifestó.
Todos los trabajadores coincidieron en que la seguridad alimentaria, el respeto, la igual son derechos irrenunciables que están por encima de la propiedad privada de unos patronos que trabajan al margen de la Ley.
Fuente: http://abn.info.ve/noticia.php?articulo=237377&lee=3