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La llorosa Madeleine

Fuentes: Rebelión

El próximo 31 de agosto es la fecha establecida por el presidente Obama para la salida de Irak de las tropas de EU. Sin embargo, todavía permanecerán hasta finales de 2011 alrededor de 50 mil soldados estadounidenses en calidad de asesores militares en la antigua Mesopotamia. No hay en realidad, contradicción entre ambas informaciones. Son […]

El próximo 31 de agosto es la fecha establecida por el presidente Obama para la salida de Irak de las tropas de EU. Sin embargo, todavía permanecerán hasta finales de 2011 alrededor de 50 mil soldados estadounidenses en calidad de asesores militares en la antigua Mesopotamia.

No hay en realidad, contradicción entre ambas informaciones. Son las dos caras de una misma moneda: la inocultable derrota de la invasión e intento de ocupación militar de Irak. Estados Unidos no logró imponer un gobierno colonial capaz de asegurar el control efectivo del territorio ocupado. Y ahora tiene que marcharse, pero no puede hacerlo total y definitivamente. La invasión y la ocupación no tienen futuro. Y la permanencia (por año y medio más o por tiempo indefinido, vaya uno a saber) de esos 50 mil asesores no van a conseguir lo que no pudieron lograr los cientos de miles de soldados que durante casi una década mantuvo Washington en Irak.

Ciertamente, la invasión le permite a Washington y a sus empresas petroleras disponer de los cuantiosos recursos petrolíferos de Irak. Pero eso ya lo tenían con Saddam Hussein. De modo que la destrucción provocada por diez años de guerra no ha producido, en realidad, nada. Salvo, claro está, la prosperidad inacabable de la industria militar estadounidense y la preeminencia política de la cúpula militar que despacha en el Pentágono.

La lección es clara. Una invasión militar puede derrocar, como en Serbia o Panamá, a un personaje incómodo. Y puede, igualmente, hacer más prósperas a las empresas que fabrican y venden armas. Y también garantizar y acrecentar la influencia militar en una supuesta democracia civil. Pero no puede reeditar una situación colonial de hace dos siglos. La derrota, como en Vietnam, es clara, aunque no reconocida oficialmente. Hay que disfrazarla de éxito con declaraciones y desfiles victoriosos en Washington y Nueva York.

Como decía, llorosa, Madeleine Albrigh: qué sentido tiene poseer y utilizar la más poderosa fuerza militar del mundo si, finalmente, no sirve para nada. Y si de nada sirvió en Vietnam, Somalia o Irak, ¿por qué habría de servir en Irán? Y lo que se dice para EU vale para Israel. ¿Qué ha ganado, finalmente Tel Aviv con sus fuerzas armadas contra los palestinos, contra Hezbolá, contra Hamas, en Siria o en Líbano? Solamente la eterna zozobra de la propia población israelita. Nada ha conseguido que no hubiera podido lograr con métodos puramente económicos, financieros o comerciales. Como al principio: comprando tierras y no ocupándolas manu militari .

Un ataque a Irán es, como dice Fidel Castro, posible y acaso inminente. Pero de qué puede servir. En Irak se derrocó a un régimen desafecto, pero más o menos laico, para suplirlo por otro finalmente igual de desafecto, pero, además, fundamentalista. EU derrotó a Saddam, pero no ha podido, ni podrá dominar al pueblo iraquí. ¿Por qué en Irán sería diferente a Vietnam, Somalia o Irak?

Pero el error de cálculo no sólo fue de EU. También lo fue de la ONU, que convalidó la invasión de Irak al convalidar las patrañas de las armas de destrucción masiva de Irak. Y ahora, ciega y sorda, la ONU anda buscando cómo convalidar el ataque a Irán con las patrañas del peligro que representaría para la seguridad del orbe una nación persa dotada de armas nucleares.

Unas poderosas fuerzas armadas que de veras «sirvieran de algo» condujo a los regímenes napoleónico y hitleriano a su propia destrucción. No es probable que un ataque nuclear contra Irán conduzca a la destrucción del régimen plutocrático dominante en EU. Pero nadie puede garantizar lo mismo respecto del régimen teocrático israelí. Washington y Tel Aviv deberían pensar en ese no considerado, pero no improbable resultado final.

Fuente: www.miguelangelferrer-mentor.com.mx