No me place el resultado de las elecciones y por primera vez acerté cabalmente un pronóstico. Que Aristóbulo cante ahora «victoria» después de haber dicho que de darse este resultado «sería una forma de ganar perdiendo», lesiona la credibilidad de todos. Lograr dos tercios de los curules era imprescindible, no una opción, y al no […]
No me place el resultado de las elecciones y por primera vez acerté cabalmente un pronóstico. Que Aristóbulo cante ahora «victoria» después de haber dicho que de darse este resultado «sería una forma de ganar perdiendo», lesiona la credibilidad de todos. Lograr dos tercios de los curules era imprescindible, no una opción, y al no lograrlo la revolución salió derrotada. Además el voto general nos fue adverso aunque haya virtual empate técnico, así que aquí hay doble derrota. ¿Está usted, camarada amigo, lo suficientemente obnubilado como para no aceptarlo?
Veamos ahora las causas de la derrota. Archiconocidas lo son: corrupción, alto índice delictivo, arbitrariedad jurídica, inflación con especulación como componente primario, pésimo estado de los servicios públicos por ineficiencia y falta de compromiso, y horrible política comunicacional que nunca hemos podido manejar inteligentemente. Si esta revolución se pierde, la pierden una sarta de incompetentes que no entienden lo que es hacer gobierno.
Pero quien parece que entiende menos es Chávez. Mil veces se lo hemos escrito: Comandante no se gobierna sólo con incondicionales, sino con gente que tenga actitud, conducta y competencia revolucionarias. Se lo dijeron Muller y Tascón, se lo han escrito Francisco Sierra Corrales, Obny y yo, entre muchos más. Le reitero algo: la derrota de la revolución venezolana sería la última del Socialismo mundial. Usted ha tenido once años para hacer lo que predica y no lo ha hecho. Se le está acabando su tiempo y con él el nuestro. De eso no nos recuperaremos más. ¿A qué lo invito? A lo que pregona y no ha cumplido: a revisar, rectificar y reimpulsar. Excuse mi claridad, Comandante; yo lo sigo y lo respeto, pero no lo reverencio. «Por ahora» le toca a usted excusarse ante el País socialista. Veamos si tiene las bolas para hacerlo como las tengo yo para pedírselo.
* César O. Guevara R. es Psicólogo Industrial, profesor Asociado de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Ha ocupado distintos cargos públicos como Jefe del Departamento de Psicología Industrial de la UCV y Director de Recursos Humanos; Vicepresidente de Administración del «Banco Industrial de Venezuela» (BIV); Director Administrativo de la «Universidad Bolivariana de Venezuela» (UBV); Gerente de Recursos Humanos del «Servicio Nacional Integrado Aduanero y Tributario» (SENIAT) y de la «Superintendencia de Bancos».
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Fuente: http://aporrea.org/actualidad/