La región de Europa central y oriental afronta «significativos desafíos» para combatir un multimillonario y muchas veces letal tráfico de medicinas adulteradas, alertaron expertos. La región ha sido identificada como una ruta clave en el comercio ilícito de esos fármacos, que crece rápidamente. Cada año son contrabandeadas millones de tabletas y drogas adulteradas, algunas conteniendo […]
La región de Europa central y oriental afronta «significativos desafíos» para combatir un multimillonario y muchas veces letal tráfico de medicinas adulteradas, alertaron expertos.
La región ha sido identificada como una ruta clave en el comercio ilícito de esos fármacos, que crece rápidamente.
Cada año son contrabandeadas millones de tabletas y drogas adulteradas, algunas conteniendo elementos letales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 50 por ciento de los medicamentos que se venden por Internet son falsos.
Si bien algunos países de Europa oriental han adoptado severas leyes y procedimientos para combatir a los contrabandistas, se sospecha que grupos delictivos de la región estarían trabajando con bandas internacionales para ingresar los productos falsos a través de otras entradas de la Unión Europea (UE).
«Se ha visto que hay personas en los países miembros de la UE en Europa central y oriental trabajando con bandas organizadas en países vecinos para traer medicamentos fraudulentos», dijo a IPS Gabriel Turcu, de la organización europea contra la falsificación REACT.
«Este es un significativo desafío para la región».
Se estima que la industria de medicamentos falsificados genera decenas de miles de millones de euros al año para las bandas delictivas, y crece en forma acelerada.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito estima que este año el mercado ilegal de fármacos falsos proveerá más de 75.000 millones de euros en ingresos para los contrabandistas, un aumento de 92 por ciento respecto de 2005.
Fuerzas policiales señalan que los medicamentos adulterados, a veces tan bien preparados y empaquetados que pueden engañar incluso a profesionales de la salud, son despachados en los mismos cargamentos ilegales con narcóticos. Las bandas luego los venden a mayoristas inescrupulosos o directamente al público vía Internet.
Expertos en salud estiman que las medicinas falsas causan más de un millón de muertes al año, y la Organización de las Naciones Unidas ha señalado que contribuyen a generar en el organismo resistencia a los verdaderos fármacos.
Kristian Bartholin, quien trabaja en la redacción de una convención del Consejo de Europa (organización regional de 47 países) sobre medicamentos falsificados, dijo a IPS: «Este comercio es potencialmente letal, y la situación en general es probablemente peor de la que pensamos».
«Gran parte del comercio se lleva a cabo vía Internet. Hay muchas áreas negras involucradas, donde es difícil tener información clara», añadió.
Se sospecha que India y China son la principal fuente de las falsificaciones, y oficiales de aduana en Europa central y oriental han dicho que estas llegan por las mismas rutas usadas para en el tráfico de personas y narcóticos: los Balcanes.
La falta de recursos y los bajos sueldos que alimentan los altos niveles de corrupción entre funcionarios de aduana han sido identificados como los factores que permiten el accionar de bandas criminales en las porosas fronteras de la región.
Aunque esas fronteras han sido fortalecidas después del acceso de los países de Europa oriental a la UE en 2004 y 2007, todavía hay temor de que los contrabandistas puedan explotar la debilidad en algunos controles.
Steven Allen, director de seguridad global en la gigante farmacéutica Pfizer, dijo a IPS: «Los países (de Europa oriental) tienen, en general, una gran libertad de movimiento entre ellos, así como con otros países vecinos. Esto supone desafíos para seguir de cerca el movimiento de cualquier artículo».
«También vale la pena recordar que el tema de las falsificaciones no se relaciona solo con ‘contrabandear’. Es posible que las falsificaciones sean fabricadas casi en cualquier lugar, incluyendo Europa oriental», señaló.
Pfizer presentó un informe a comienzos de este año señalando que el mercado de los medicamentos falsos en Europa llegaba a los 10.500 millones de euros al año. Habitantes de Alemania e Italia gastaron 3.600 millones y 2.700 millones de euros respectivamente en fármacos adulterados.
Funcionarios de la UE dijeron que, en un periodo de dos meses el año pasado, fueron incautadas 34 millones de tabletas falsas por parte de funcionarios de aduana, mientras que el Consejo de Europa señaló que, en algunas partes del continente, los fármacos adulterados constituían entre seis y 20 por ciento del mercado.
La conciencia pública de los riesgos que suponen es también baja, según la investigación.
«Una encuesta realizada por nosotros demostró que una de cada cinco personas en Europa occidental no tenían problemas para comprar medicamentos sin receta y no eran conscientes de los potenciales peligros. No tenemos detalles sobre los países (de Europa central y oriental), pero creemos que la conciencia es muy similar», dijo Allen a IPS.
Si bien las penas por tráfico de drogas o de personas son severas, en el caso de las medicinas falsas son más leves. En algunos países, la producción y la venta de fármacos adulterados no son consideradas delito, y en muchos países occidentales no fue sino hasta hace poco que se prohibió.
«Por mucho tiempo era visto como un delito económico o un asunto de violación a los derechos de propiedad intelectual. Esa actitud está cambiando ahora. Por primera vez se considera grave, a veces letal, y por lo tanto muchos países están cambiando su legislación», dijo Bartholin.
Las naciones de Europa oriental han comenzado a implementar penas más severas para los contrabandistas. En Rumania, por ejemplo, se condenaron a prisión a varios traficantes. Pero expertos legales, productores farmacéuticos y organizaciones internacionales quieren leyes más claras que reflejen la gravedad del delito.