Teresópolis, una tranquila ciudad en la zona serrana de Río de Janeiro, fue golpeada ayer por una tragedia que causó hasta el momento unos 257 muertos, arruinó parte de su infraestructura y dejó a Brasil conmocionado por el poder destructivo de las aguas. Sacudida por una cantidad de lluvias equivalente a lo que se esperaba […]
Teresópolis, una tranquila ciudad en la zona serrana de Río de Janeiro, fue golpeada ayer por una tragedia que causó hasta el momento unos 257 muertos, arruinó parte de su infraestructura y dejó a Brasil conmocionado por el poder destructivo de las aguas.
Sacudida por una cantidad de lluvias equivalente a lo que se esperaba para todo el mes de enero, en Teresópolis ayer el escenario era de dolor, destrucción y muerte, con cientos de socorristas en nerviosos intentos de rescatar gente con vida y otros cientos de personas deambulando en medio del lodo sin saber qué hacer.
Al caer la noche, en Teresópolis y otras ciudades vecinas había sido confirmado un total de 257 muertos y varias decenas de desaparecidos, que todavía no podían ser calculados en forma exacta.
Asimismo, un número indefinido de viviendas, automóviles, tiendas, carreteras y puentes fueron destruidos por avalanchas de agua, barro y basura, que arrollaron todo lo que encontraron a su paso.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, confirmó que hoy hará un sobrevuelo por la región y el gobernador del estado de Río de Janeiro, Sergio Cabral, anunció que visitará también muchas de las zonas afectadas para conocer de primera mano lo ocurrido. El alcalde de Teresópolis, Jorge Mário, decretó el estado de «calamidad pública» en la ciudad.