Ya he hablado en uno de mis artículos acerca de la escasa preparación cultural de la mayoría de los profesores que he conocido1: de profesores de literatura que apenas leen, de profesores de economía que no se interesan ni lo más mínimo por lo que está pasando en el mundo financiero y sus repercusiones sobre […]
Ya he hablado en uno de mis artículos acerca de la escasa preparación cultural de la mayoría de los profesores que he conocido1: de profesores de literatura que apenas leen, de profesores de economía que no se interesan ni lo más mínimo por lo que está pasando en el mundo financiero y sus repercusiones sobre la mayoría de la población, de profesores de psicología que ni tan siquiera sabían quién es Willheim Reich, de profesores miembros de Comisiones Medioambientales que no tienen ni la menor idea sobre el cambio climático ni de cuestiones básicas acerca del mismo o del deterioro medioambiental del planeta …2
También hablé en aquellas líneas sobre el carácter mercantil de la formación del profesorado, carácter que se expresa en «puntos»: cualquier actividad formativa dirigida a los profesores ha de proporcionar puntos para bolsas de trabajo, oposiciones, etc …. Si no ésta no tiene sentido, como escuché una vez decir a una profesora: «sino me dan puntos, ¿para que quiero formación?3» Esto resulta verdaderamente siniestro pues se reduce la preparación personal y profesional del profesor a la asistencia a insoportables sesiones sobre temas que nada en absoluto tienen que ver con la realidad social: gestión en el aula; mediación escolar; criterios de evaluación; competencias pedagógicas; diseño, implantación y procesos de gestión de calidad en el centro; inteligencias múltiples; etc, etc, etc…. La participación de los docentes en tales cursos de formación es, por tanto, un mero trámite de asistencia y prácticamente una obligación – por ejemplo, se requiere un mínimo de horas de formación para poder cobrar los sexenios-4. A los cursos de formación de profesores se acude para constatar la asistencia firmando al final de la sesión, puedes ponerte en la última fila si así lo deseas y echar una cabezadita tranquilamente sin más problemas. Ninguna aportación propia será requerida, ninguna valoración crítica de lo expuesto, nada que delate una inquietud intelectual, social o política de los asistentes será objeto de trabajo en estas sesiones. A lo sumo, una memoria recopiladora de aquello que se ha tratado5.
Por cierto, en este sistema de formación del profesorado han disfrutado hasta el momento de una buena tajada del pastel los sindicatos, lucrándose mediante las subvenciones que reciben de las diferentes administraciones para la realización de cursos o cobrando dinero de forma escandalosa por los mismos, como es el caso de los cursos por Internet en los que los sindicatos que los ofrecen cobran unas cantidades elevadas de dinero por su realización on-line, mientras que los solucionarios a tales cursos circulan fluidamente bajo mano por los institutos, encontrándose prácticamente al alcance de cualquier profesor que los necesite para realizar el curso en unas horas. Para bien o para mal este pastel se les está acabando a los sindicatos. Ya que , como ha anunciado el Gobierno de la comunidad autónoma en la que trabajo, el Govern Balear, y como es la tónica dominante en la mayoría de las comunidades autónomas, a los sindicatos se les han suprimido las subvenciones para la impartición de estos cursos6.
La visión fragmentadora del saber y de la relación del hombre con su mundo impuesta por el capitalismo (mediante sus dos modalidades: modernidad, postmodernidad), la visión individualizadora del sujeto y la atomización que lo aliena del mundo en el que desarrolla su existencia, ha sido asumida sin el menor reparo en el ámbito de la docencia. Se sabe mucho de la propia especialidad pero no se tiene una cultura general ni una visión global de la realidad social7.
Hubo un tiempo en el que la educación se caracterizaba por su carácter autoritario y por la mera acumulación memorística e irracional de contenidos. Hoy en día, el paradigma educativo regido por la máxima del «aprende divirtiéndote» ha sustituido a aquel paradigma represivo y autoritario de una forma no menos represiva ni autoritaria. Cualquiera que se dé una vuelta por un instituto percibirá que seguimos igual que hace cien años, con alumnos memorizando ciegamente contenidos y sometidos a las nomas socializadoras que impone el capitalismo. Se trata, en definitiva, de la misma educación al servicio del sistema de siempre, solo que ahora se imparte bajo la apariencia de educación crítica, igualitaria, comprehensiva, integradora, etc…
Después de aquellos loables intentos por conseguir tanto en el ámbito teórico como en el de la praxis docente una educación liberadora, racional e igualitaria (Freire, Piaget, Dilthey, etc..), el mundo de la docencia se vio invadido por toda una serie de investigaciones, programa curriculares, proyectos educativos y demás sandeces que pretenden justificar el hacer de los alumnos seres irresponsables y acríticos. Ahora en la enseñanza todo es juego, todo es diversión, la autoresponsabilidad y el esfuerzo intelectual se dejan de lado8.
Esta máxima del «aprende divirtiéndote», ha producido como consecuencia directa la eliminación en los propósitos educativos de la obtención del placer intelectual, para cuya obtención se requiere, como todo en la vida, esfuerzo y perseverancia, en vez de clases divertidas donde se va a va a pasárselo bien. ¿Cómo puede un profesor de literatura que no lee nunca transmitir a sus alumnos el placer de la lectura? ¿Cómo puede un pobre profesor de alemán transmitirles el amor por la lengua de Goethe y de Hegel cuando te están diciendo que lo que has de hacer es entretenerlos?
Al contrario que muchos marxistas y anarquistas, nunca he compartido esa concepción de la cultura como elemento emancipador. Nunca he pensado que la cultura de por sí sea un elemento liberador de las clases desposeídas. ¡Cuántos intelectuales hay a favor del sistema! Sin embargo, si que pienso que ésta, además de un componente fundamental del ámbito humano, es una herramienta que puede ser usada para la emancipación humana. Nuestro actual sistema educativo con sus propuestas de aprendizaje lúdico excluye de cuajo esta posibilidad así como elimina la noción de autodisciplina en la praxis educativa, noción necesaria para combatir al capital y para transformar nuestro entorno social.
Hace poco un alumno me decía que su primo trapicheando ganaba más que un profesor. Esta es la reputación social que tenemos los profesores, se nos considera por debajo de los camellos. ¿Dónde está ese respeto intelectual de antaño al profesor? ¿Hemos hecho algo acaso nosotros por combatir esa terrible dinámica social fomentadora del materialismo y el individualismo, por combatir ese imperante desprecio social por una cultura integral humana y emancipadora? ¿Cómo podemos gozar ahora del respeto intelectual de otros tiempos?
Al igual que en otras comunidades autónomas, el Govern Balear ha anunciado tremendas medidas contra la enseñanza pública (aumento de las horas lectivas, no contratación de interinos- entre los que me puedo contar yo mismo-, rebajas salariales, etc…). Se habla en los medios del desmantelamiento de la educación pública. Pero, ¿acaso no estaba ya tocado de muerte el sistema de enseñanza pública desde mucho tiempo atrás? Con institutos que parecen cuarteles u oficinas, con presiones a los profesores para que aprueben a los alumnos por el morro9, con favoritismos hacia determinados alumnos hijos de individuos influyentes en la localidad10, con la aceptación ciega por parte de los docentes de todas lo que se impone desde arriba, con el supuesto apoliticismo que se practica en las aulas al silenciar la realidad política y social, con prácticas docentes que se limitan a entretener a los alumnos, con una educación acrítica e irreflexiva, con un sistema educativo que segrega en los centros públicos a inmigrantes, gitanos y a los que proceden de los estratos sociales más bajos ¿No estaba ya muerto este sistema público desde hace mucho tiempo?
¿Qué apoyo social podemos tener los profesores ahora? En el sentimiento común está que somos unos vagos. Al margen de la verdad o no de esta idea socialmente difundida hay una cuestión de fondo. ¿Qué hemos hecho los profesores para conectar con la sociedad? ¿Cómo puede alguien cuya máxima expectativa es aprobar unas oposiciones para tener la vida resuelta esperar el apoyo y el reconocimiento social? ¿Cómo puede un señor, o una señora, que se limita a ir al instituto, soltar el rollo y esperar a que suene la sirena de salida contar con la solidaridad de todos? ¿Cómo se puede dar a entender a los alumnos que todos serán médicos o abogados cuando en la mayoría de sus casa no llegan a final de mes? ¿Cómo se puede decir a los alumnos que las instituciones y los representantes políticos están al servicio de los ciudadanos? ¿No genera esto rechazo hacia nuestra labor como docentes?
Contaré algo que pasó en Ibiza hace unos cinco años. Cuando los profesores de la enseñanza concertada hicieron huelga para reclamar medidas laborales y salariales semejantes a las que tenemos en la enseñanza pública, hubo profesores del sector público que escribieron a la prensa local criticándolos por sus reivindicaciones. Yo mismo recuerdo una discusión con un compañero de instituto que los criticaba por reclamar tales condiciones: «Yo me estoy jodiendo con unas oposiciones y ahora vienen estos y quieren tener lo mismo que yo», era su argumentación – «a mí que no me toquen mi estatus de funcionario privilegiado», era en realidad su planteamiento»-
Evidentemente no todo el mundo es igual en la docencia. Hay profesores irresponsables y profesores que no lo son. Hay profesores que faltan constantemente y otros que tienen que hacer guardias extras por los que faltan. De cualquier manera, lo que es cierto es que este sistema público tal y como está concebido favorece la irresponsabilidad: «Aguanta en el aula, no protestes, calla y podrás faltar cuando quieras, tendrás un buen sueldo y tres meses de vacaciones al año», es lo que te viene a decir el sistema. Algo que en definitiva beneficia al capital, pues favoreciendo la irresponsabilidad de los docentes se favorece el deterioro de la enseñanza pública.
Sin embargo, la lucha por los derechos y el estatus de la enseñanza pública va más allá de la responsabilidad a la hora de realizar tu trabajo según las pautas establecidas políticamente. Por otra parte, la terrible dinámica de conformismo y aceptación ciega de los dictámenes impuestos por el poder político en los centros educativo ha conducido a los escasos profesores con conciencia social al aislamiento y el silencio. A partir de ahora, con el salvaje ataque del capitalismo contra el sector público estaremos sometidos a peores condiciones laborales (sueldo, número de alumnos, horas lectivas, etc..) mientras que seguiremos aguantado lo mismo de siempre.
El proceso de desmantelamiento del sector público ha tomado una dirección de muy difícil retorno. Los semillas de lo que está pasando comenzaron a sembrarse hace mucho tiempo, o quizás ya estaban des del primer momento presentes. La supuesta «despolitización» y la falta de compromiso social en el ámbito de la docencia han conducido al sistema educativo público a una situación de una considerable desconsideración social y de indefensión frente al poder político – por increíble que parezca, muchos de los compañeros en el instituto todavía no se han enterado de lo que está pasando o no quieren hacerlo-. Frente a ello hay noticias esperanzadoras, la rebelión de los profesores en Madrid frente a la tiranía de los sindicatos mayoritarios es una buena noticia al respecto11. Tal vez sea demasiado tarde para para evitar lo peor, o puede que no. El tiempo lo dirá
Jonatan Garrido Profesor de alemán en Formentera
www.jonatangarrido-joni.blogspot.com
1http://www.kaosenlared.net/noticia/mercantilizacion-formacion-profesores
2Esta incultura que he observado en muchos docentes, a veces, se expresa en el más puro infantilismo. Hace dos años conocí a un profesor que era un verdadero impresentable. Entre otras cosas se jactaba de ser israelí (algo falso), decía que las urgencias médicas estaban llenas de enfermos de resfriados y que, por tanto, se debería privatizar la sanidad, incluso llegó a decir que le parecía muy bien que hubiera casi cinco millones de parados y que el 1% de la población mundial acaparase la mayoría de la riqueza pues si no, no funcionaría la economía. Por increíble que parezca, un individuo así merecedor del desprecio, gozaba de la atención de un grupo de profesores que le seguían el juego y le llenaban el ego. Ni tan siquiera eran reaccionarios, eran sencillamente infantiles
3En una ocasión propuse al organismo de formación del profesorado de Ibiza (CEP) dar un curso sobre teoría cinematográfica para el que se habían apuntado unos 30 profesores, cuando este organismo con una vergonzosa excusa rechazó mi propuesta, es decir, no habría puntos, ningún profesor mostró el menos interés en el tema. A nadie le importaba ni la Nouvelle Vague ni el neorrealismo italiano ni el Nuevo Cine Alemán de los 70.
4En varias ocasiones presenté al CEP y los sindicatos proyectos de cursos sobre globalización, medioambiente e, incluso, teoría de cine. Todavía estoy esperando la respuesta que no llegará nunca pues para que te den la oportunidad de realizar uno de estos cursos no has de presentar más que proyectos superficiales.
5En un instituto ibicenco en el que trabaje hace tres años se llevó a cabo un PIP (Proyecto de Innovación Pedagógica) A causa de directrices recibidas desde las altas esferas, lo que empezó siendo un interesante debate acerca de nuestra relación con la sociedad y las familias acabó convirtiéndose en unas soporíferas e insoportables ponencias en las que el «especialista» que las impartía no decía más que sandeces.
6Además de otras medidas como la eliminación de 89 puestos de liberados sindicales que habrán de volver a las aulas e incluso la retirada de locales que les habían sido cedidos. http://politica.elpais.com/politica/2011/09/28/actualidad/1317244652_063329.html
7 Hace unos días le planteé al coordinador de actividades del instituto de Formentera en el que trabajo hacer una charla con los alumnos sobre la actual crisis económica , su respuesta fue que «eso solo correspondía a los alumnos que tuviesen economía como asignatura», como si la crisis no nos estuviera afectando a todos o como si no tuviéramos derecho a saber lo que pasa en el mundo, tanto los que estudian economía como los que no.
8Por ejemplo en la enseñanza de idiomas, donde lo que está justificado son los métodos comunicativos. Estos métodos quedan muy bien en la teoría, sin embargo en la práctica solo son eficaces en condiciones muy favorables que no se corresponden para nada con la realidad del aula.
9Presiones a las que en la mayoría de los casos se acaba por ceder. En muchos institutos las sesiones de evaluación funcionan con el jefe de estudios diciendo: «a ver, a este alumno le quedan cuatro, ¿quién le aprueba una para que pueda promocionar?». Otro ejemplo, hace poco un compañero me contaba que en una ocasión suspendió al 80% de la clase y acabó recibiendo una visita del inspector para presionarlo.
10He tenido alumnos destrozando sillas y mesas en clase porque dirección los había puesto en contra mía. También me vino un día el inspector de repente y se me metió en clase para intentar pillarme. Todo ello tenía que ver con un alumno que tenía, hijo de una inspectora ibicenca la cual estaba moviendo hilos contra mí pues el niño no se lo pasaba bien en mis clases. Por increíble que parezca estas cosas suceden en los institutos públicos, a veces funcionan como centros privados. En un instituto de Ciutadella de Menorca en el que trabajé hace unos años, había alumnos que, con el consentimiento de dirección, hacían lo que les daba la gana. Según se rumoreaba, el director quería ser alcalde y había de quedar bien con determinadas familias. Por cierto, los peores alumnos eran los de las mejores familias, contra esa supuesta correlación entre clase social más baja y peor alumnado.
11http://www.kaosenlared.net/noticia/rebelion-docentes-madrilenos-contra-despotismo-ccoo
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.