Traducido para Rebelión del portugués por Marga Durán.
La ceremonia de posesión del nuevo ministro de Trabajo estuvo llena de referencias a Brizila, Joao Goulart y Getulio Vargas. En su discurso la Presidenta Dilma Rousseff destacó las tres metas centrales de su gobierno en este momento: tener las tasas de interés compatibles con las practicadas en el mercado internacional, un cambio que no sea objeto de políticas que, de forma artificial, valoren la moneda brasileña e impuestos más bajos.
Brasilia – El nuevo ministro de Trabajo, Brizola Neto (PDT-RJ) tomó posesión, entregada por la Presidenta en este jueves (3) con un discurso emocionado y elogioso de la herencia del trabajo en Brasil. «El sobrenombre que pongo, integra el linaje brasileños ilustres que se inicia con Vargas, prosigue con Joao Goulart y fluye hacia la figura querida y nostálgica de mi abuelo Leonel Brizola, este sobrenombre está – y no por mi humilde presencia – indisolublemente ligado a esa trayectoria que ahora se rediseña con Luis Ignacio Lula de Silva y hoy con Dilma Rousseff, dijo.
El pedetista (del PDT) elogió a los gobiernos federales petistas (del PT) por haber roto con el recetario neoliberal en el que desempleo era «una fatalidad, un componente necesario para una economía en desarrollo». «No tenemos apenas el ciclo de progreso económico, pero experimentamos un avance social que incorporó más de 40 millones de brasileños a la vida moderna», consideró.
En su discurso, el nuevo ministro recordó el periodo Vargas – en donde «se comenzó a romper un mito de que el trabajo era apenas una mercadería para ser negociada con una libertad salvaje»-, defendió la presencia del Estado para avanzar «en el camino de la valoración del trabajo, de la dignidad del trabajador y en el entendimiento de que es el ser humano el principio y el fin de toda actividad económica» y criticó a la prensa:
«Todavía hoy en un periódico se escribe que la presencia del Estado como elemento en la obtención de este equilibrio – sin el cual no hay justicia, ni progreso, ni humanidad – sería un anacronismo.»
Las tres metas centrales del Gobierno
Dilma Rousseff inició su discurso resaltando que el desempleo en Brasil está en los niveles más bajos de su historia – 6,5% en marzo- en contraste con países desarrollados donde este índice, de media, es de 10,8%, llegando al 52%, la media apenas en la juventud de algunos países europeos. «En esta semana, la OIT mostró que en relación a 2007, antes de la eclosión de la crisis, solo en ese periodo, el mundo perdió 5 millones de formas de empleo (…) Nosotros navegamos a contramano de esa tendencia y de ese cuadro sombrío. En el mismo periodo nosotros creamos 9 millones de empleos con contrato firmado», resaltó.
Las metas de ahora, de acuerdo con la presidenta, son tres: tener las tasas de interés compatibles con las practicadas con el mercado internacional, un cambio que no sea objeto de políticas que, de forma artificial valoren la moneda brasileña e impuestos más bajos,
En estas circunstancias Dilma calificó de significativa el nombramiento de aquél que, además de la responsabilidad del sobrenombre de Brizola, tiene también la responsabilidad de su tío-abuelo Joao Goulart, el Jango.
«Nombrar como ministro de trabajo y Empleo a Carlos Daut Brizola Neto refuerza, en mi Gobierno, el reconocimiento de la importancia histórica del Laborismo en la formación de nuestro país».
La presidenta destacó que fue el Laborismo el responsable de conquistas como la jornada de ocho horas de trabajo, el salario mínimo, el derecho a la organización sindical y a la adopción de una legislación de protección al trabajador.
El diputado de la Fuerza Sindical (PDT- SP) apuntó que Brizola Neto está apoyado por todas las organizaciones sindicales, mientras que no fue tan firme cuando fue preguntado sobre el apoyo de su partido. «Puedo garantizar que Brizola Neto tendrá el apoyo de diputados y senadores» afirmó. Manoel Dias, secretario general del PDT y Vieira da Cunha, diputado federal por el partido, también fueron valorados para asumir el ministerio.
El presidente de la CUT, Artur Henrique, espera que Brizola retome una agenda positiva en el ministerio recolocando la lista sindical en el orden del día. «Para eso, necesitará mucha ayuda de las centrales», dice. Entre los temas están el factor previdenciario, la terciarización, la reducción de la jornada de trabajo y, de inmediato, la Propuesta de Enmienda a la Constitución (PEC) 438, de la lucha contra el trabajo esclavo, que será votada posiblemente en la semana que viene.
El dirigente del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), Alexandre Conceiçao, avaló el discurso de Brizola como «un buen rescate histórico y de izquierda», pero falta elaborar el modelo. El ministerio está volcado a la ciudad, conoce poco el campo, necesita fiscalizar y castigar los abusos en las grandes haciendas, incluso a las transacionales. La PEC del Trabajo Esclavo será importante en eso», afirmó.
Biografía
Brizola Neto es ahora el ministro más nuevo del Gobierno Dilma, con 34 años. Nacido en Porto Alegre (RS) el 11 de octubre de 1978, se cambió a Río de Janeiro en 1982, cuando su abuelo fue elegido gobernador del Estado. En el 2004, fue elegido concejal de la ciudad de Río de Janeiro y en el 2006, fue elegido diputado federal, siendo reelegido en 2010. En 2011 fue secretario de Trabajo y Renta del estado de Rio de Janeiro. Brizola Neto también se destacó en la militancia virtual a través del blog Tijolaço.
Fuente original: http://www.cartamaior.com.br/templates/materiaMostrar.cfm?materia_id=20083&boletim_id=1182&componente_id=18953