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La crisis europea afectará a todos

Fuentes: Red del Tercer Mundo

La ya preocupante situación económica europea ha empeorado considerablemente en mayo. Las ramificaciones de una crisis plena son serias no solo para Europa sino también para el resto del mundo. En las elecciones legislativas del 6 de mayo, la ciudadanía griega dirigió su ira hacia las políticas de austeridad impuestas con el paquete de rescate […]

La ya preocupante situación económica europea ha empeorado considerablemente en mayo. Las ramificaciones de una crisis plena son serias no solo para Europa sino también para el resto del mundo.

En las elecciones legislativas del 6 de mayo, la ciudadanía griega dirigió su ira hacia las políticas de austeridad impuestas con el paquete de rescate aportado por Europa y el FMI, al repudiar a los dos principales partidos (el socialista Pasok y el derechista Nueva Democracia) y darle el segundo puesto a la coalición de izquierda Syriza, opuesta a la austeridad.

Las elecciones transcurrieron en un panorama marcado por grandes deterioros: el desempleo global llega a veintidós por ciento, el juvenil a cincuenta por ciento, el PBI cae rápidamente y la deuda pública se mantendrá elevada el año próximo, ubicándose en ciento sesenta por ciento del PBI.

El líder de Syriza, Alexis Tsipras, quiere renegociar los términos del rescate. Su insistencia al respecto, proclama, forzará finalmente a los acreedores a cambiar sus condiciones y logrará que Grecia permanezca en la eurozona.
Pero muchos analistas creen que la respuesta de la Unión Europea y el FMI a estas demandas será detener el flujo de nuevos préstamos y obligar a Grecia a abandonar el euro. Se prevé que en las próximas elecciones, a mediados de junio, Syriza tenga una votación aún mayor y el caos que representaría la cesación de pagos y la salida del euro es considerado más que una mera posibilidad.

Si sale de la eurozona, Grecia reintroduciría la divisa local y es previsible su casi inmediata depreciación.
Mientras tanto, España trataba desesperadamente de evitar una corrida de ahorradores, luego de que el gobierno fue obligado a nacionalizar parcialmente Bankia, el segundo banco del país. El valor de los préstamos incobrables en manos del sector bancario aumentó un tercio en el último año y Moody rebajó la calificación del crédito de muchos bancos españoles.

El ministro español de Finanzas, Luis de Guindos, dijo que la batalla por el euro se librará en su país, el cual ahora se ubica en la vanguardia, por lo tanto, en los intentos por impedir que la crisis griega infecte a otras economías europeas, precipitando a la divisa del bloque.

Esta crisis en despliegue pone en tela de juicio las políticas de la mayoría de los países europeos, concentrados en cortar gastos del gobierno para reducir el déficit fiscal en un intento por pacificar a los inversores y abrir un flujo crediticio continuo. Esto deja sin efecto la política coordinada de recuperación que los líderes del G-20 acordaron en 2009 para contrarrestar la crisis mundial y que tuvo un rápido efecto positivo.

Desde entonces, economistas y políticos por igual han debatido los méritos de las políticas keynesianas de recuperación en contraposición con las políticas de austeridad fiscal del tipo de las promovidas por el FMI.

La tendencia hacia la recesión que se constata ahora en toda Europa y la profunda caída del PBI en países rescatados como Grecia reforzaron los argumentos keynesianos. Pero jefes de gobierno de países clave, como la alemana Angela Merkel y el británico David Cameron, se muestran todavía convencidos de la necesidad de mantener las políticas de austeridad.

La victoria electoral de François Hollande en Francia y el sorprendente avance de Syriza en Grecia indican que la ciudadanía se vuelca masivamente contra la austeridad y que un cambio puede estar entre las opciones.

Si se detienen los préstamos a Grecia podría producirse un colapso económico, con una cesación de pagos de la deuda, corridas bancarias, redenominación de los contratos a la nueva divisa que sustituya al euro y el fin de los contratos externos denominados en la moneda regional, advirtió Martin Wolf en una columna publicada en el diario británico Financial Times.

La salida de Grecia de la eurozona desataría corridas bancarias y huidas de capitales en Portugal, Irlanda, Italia, España y otros países, con un colapso en los precios de los bienes y grandes caídas del PBI.

El impacto de esta situación sobre el resto del mundo sería peor que el del colapso de Lehman Brothers.

Mirando desde los márgenes, sin capacidad para influir en los acontecimientos, los países en desarrollo están perturbados por el viraje que se está registrando, y que, al parecer, conducirá a un debilitamiento de la economía mundial, en el mejor de los casos, y a una crisis con todas las letras, en el peor. El Sur sufrirá los efectos en términos de disminución de las exportaciones, turbulencias financieras y caída de los ingresos y del empleo.

Resulta otra vez evidente que debería existir un foro global donde todos los países puedan discutir la marcha de la economía mundial y contribuir con sus visiones sobre lo que debe hacerse. En este mundo interconectado, las políticas y acontecimientos en una región -en especial en los países centrales- afectan a todo el resto.

Martin Khor, fundador de la Red del Tercer Mundo, es director ejecutivo de South Centre, una organización de países en desarrollo con sede en Ginebra.

http://agendaglobal.redtercermundo.org.uy/2012/06/01/la-crisis-europea-afectara-a-todos/