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Megaupload

Fuentes: Cultura Libre

Roberto Herreros recoge las opiniones de diversos expertos sobre lo que ha supuesto la clausura de Megaupload y cómo hay que plantearse la distribución musical en la red a partir de ahora. Hablan David García Aristegui, Guillermo Zapata y César Rendueles e intentan aportar soluciones al significado de este cierre y analizar sus consecuencias más […]

Roberto Herreros recoge las opiniones de diversos expertos sobre lo que ha supuesto la clausura de Megaupload y cómo hay que plantearse la distribución musical en la red a partir de ahora. Hablan David García Aristegui, Guillermo Zapata y César Rendueles e intentan aportar soluciones al significado de este cierre y analizar sus consecuencias más inmediatas.

El pasado 19 de enero, el FBI clausuró Megaupload (en adelante, MU), uno de los servicios de almacenamiento de datos y descarga directa más populares del mundo, bajo la acusación de vulneración de derechos de propiedad intelectual. El caso MU ha provocado un intenso debate en la red dentro del movimiento copyleft o de la cultura libre. ¿Hay que defender MU, una empresa que convertía en dinero lo que se daba de por sí en las redes P2P a través de una cooperación sin ánimo de lucro? ¿Era MU una herramienta válida a pesar de esto? ¿Qué sistema de distribución musical sería más satisfactorio para artistas y oyentes?

SIGNIFICADO DEL CIERRE

David García Aristegui (director de ‘Los Comunes’, programa de radio del Círculo de Bellas Artes de Madrid): «Se calcula que MU tenía el cuatro por ciento del tráfico de internet. La lectura que hago es positiva: en la red no vale todo, y el cierre de MU es un aviso muy serio al respecto. El modelo de negocio que solo beneficia a quien vende conexiones ADSL y a quien proporciona descargas de contenidos que no son suyos está, por fin, cuestionándose de una manera muy seria».

César Rendueles (profesor de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid): «Es un episodio de la guerra que mantiene la industria del copyright por conservar su capacidad de monopolio. Es una batalla imposible de ganar, pero eso no significa que tenga visos de terminar pronto. Hace algún tiempo ‘The Onion’ publicó un titular que decía: ‘Las drogas ganan la guerra contra la droga’. Algo así pasa con el material con copyright restrictivo. El avance tecnológico ha tenido dos efectos irreconciliables. Por una parte, la liberación de los másters ha convertido los productos artísticos y culturales en bienes públicos, en el sentido que le dan los economistas a la expresión: es cada vez más difícil limitar su acceso mediante mecanismos económicos. Por otra parte, la revolución digital ha incrementado la posibilidad de extraer beneficios de la propiedad intelectual a un coste muy bajo. A partir de cierto umbral, el copyright se convierte en una fuente de beneficios especulativos, con una relación remota con la producción real. En ese contexto cabe esperar que surjan negocios parasitarios, como MU, dispuestos a arriesgarse a vulnerar las leyes».

CONSECUENCIAS

Guillermo Zapata (cortometrajista y guionista): «Principalmente, un retorno y una mejora sustancial de las redes de pares. Es decir, retomar el ‘valor de uso’ de la red, la cooperación pura. Esto tiene una cosa muy buena: se distinguen claramente los usos con ánimo de lucro y aquellos que no lo tienen. Y otra consecuencia, que de cara a la industria del copyright restrictivo es malísima, es que el P2P es casi imposible de construir en términos de negocio directo. Se han disparado en el pie pensando que disparaban contra la piratería».

David García Aristegui: «MU era mucho más cómodo que el tener que estar buceando por las redes P2P, donde no hay ‘uploaders’ a sueldo para cuidar los contenidos. Lo más positivo es el debate que se ha abierto. Para los autores, el modelo tradicional del entramado industria-entidades de gestión es muy malo, vale. Pero el modelo de MU era mucho peor: no llega ni un duro a los autores por las descargas masivas mientras, insisto, cada vez se venden más conexiones ADSL y los dueños de las empresas de descargas ganan cantidades ingentes de dinero».

MEGAUPLOAD COMO HERRAMIENTA

Guillermo Zapata: «Me pasó una cosa curiosa con ella: no pensé en su dimensión perversa hasta que la cerraron. Por dimensión perversa me refiero a la privatización que había realizado de las formas de uso del P2P, del compartir, de la relación de pares. No era una cuestión exclusiva de la industria del copyright, sino que había convertido a las personas que compartíamos en trabajadores de su empresa sin recibir nada a cambio. Cuando la gente salió a defender MU no defendía el modelo de negocio, sino el uso social; notar que perdías una herramienta, no que cerraran la fábrica en la que trabajabas aportando contenidos. Lo que hay que defender es el uso social. El P2P hace eso, claro».

SIMILITUDES ENTRE EL CIERRE DE NAPSTER Y EL DE MEGAUPLOAD

David García Aristegui: «Shawn Fanning, de Napster, y Kim Dotcom, de MU, son personajes extremadamente útiles para transmitir el mensaje que la industria y las ‘majors’ quieren lanzar: ‘¿Habéis visto a qué jetas estáis beneficiando con vuestra insensatez del ‘todo gratis’?’. Pero hay diferencias: Napster era tecnología P2P, una red ‘peer-to-peer’, entre pares. MU era un sitio de descargas centralizado».

MODELOS DE DISTRIBUCIÓN MUSICAL

Guillermo Zapata: «Creo que hay que pensar la cuestión de la cultura digital en tres campos: 1. Derechos de las personas que trabajan en esas industrias. 2. Derechos de las comunidades que producen esos usos sociales. 3. Prácticas sostenibles. Para mí eso pasa por extender los contenidos y las infraestructuras del procomún, donde hay una alianza entre creadores y comunidades que se sostienen mutuamente. No es regalar cultura gratis, sino entender, por un lado, la dimensión social de la producción cultural y, por otro, las necesidades de las personas que la crean.

César Rendueles: «Fuera del mundo de Nunca Jamás donde viven los gurús de las tecnologías, la eficacia de los medios de distribución es estrictamente contextual. Por ejemplo, la radio es un medio idóneo en determinadas situaciones, porque exige del usuario conocimientos mínimos y una única inversión muy pequeña. En algunos países africanos, las casetes han sido un medio de distribución muy ágil y adaptado a la depauperación del continente. Aparentemente, internet es la panacea de la difusión. Proporciona abundancia infinita a un coste ínfimo. Y es verdad que tiene unas posibilidades increíbles, pero no es cierto que esas potencialidades sean ajenas al contexto social o económico. Dicho de otra manera, un modo de distribución musical un poco más perfecto que el actual necesita de un sistema social y económico un poco menos imperfecto que el actual. El lodazal mercantil convierte sistemáticamente los beneficios sociales de la tecnología en problemas privados».

David García Aristegui: «¿Por qué la industria no monta su propio MU? ¿Cuánta gente que pagaba las tarifas Premium en MU lo haría por un sitio de descargas legítimas, si el precio fuera razonable? También puedo decir cuál NO es el modelo: lo de Spotify para los autores es una broma. Los ingresos que llegan por el ‘streaming’ son como para buscar a Daniel Ek y partirle las piernas».

Fuente: http://www.culturalibre.org/?p=287