En Brasil, miles de personas se organizan para que el sistema de transporte público sea de calidad, libre de cobros y gestionado por los usuarios y trabajadores. En las grandes y medianas ciudades el transporte público es sin duda un servicio esencial, pero en muchos centros urbanos de Brasil, éste es un servicio precario y […]
En Brasil, miles de personas se organizan para que el sistema de transporte público sea de calidad, libre de cobros y gestionado por los usuarios y trabajadores.
En las grandes y medianas ciudades el transporte público es sin duda un servicio esencial, pero en muchos centros urbanos de Brasil, éste es un servicio precario y controlado enteramente por la iniciativa privada. Existen verdaderas mafias del transporte; empresas que, para garantizar sus ganancias, ofrecen pésimas condiciones a los usuarios y aumentan constantemente las tarifas. En 2010, 37 millones de brasileños no tuvieron el poder adquisitivo para pagar por el uso del transporte público diariamente, y de esta manera, los más pobres fueron excluidos de la ciudad, pues una ciudad existe solamente para quienes pueden moverse por ella.
En Sao Paulo, la mayor metrópoli del país, hace mucho tiempo que la situación del transporte es inaceptable. No hay líneas de metro suficientes y los camiones demoran y están siempre abarrotados de personas en las horas pico, situación que, junto con el problema del tránsito caótico, provoca que todos los habitantes de las regiones más lejanas y pobres pierdan varias horas del día utilizando un transporte público precario. Además, por la manera en que está organizado, el sistema sólo permite el desplazamiento de la casa al empleo e, ignorando otras necesidades de la población como el entretenimiento y la cultura, no funciona las 24 horas del día. El metro y los autobuses de Sao Paulo tienen una de las tarifas más caras del país, y de toda Latinoamérica: tres reales, que equivalen aproximadamente a 19 pesos o 1.5 dólares americanos.
Nuestra lucha
Frente a esta situación, que no es muy diferente a la de otras grandes ciudades del país, en el 2005 se formó el movimiento Passe Livre (Pase Libre – MPL). Éste surgió como consecuencia de las diversas manifestaciones de la población en contra de los aumentos a la tarifa en el transporte público ocurridos en Salvador, zona nordeste de Brasil y en Florianópolis, al sur del país. Passe Livre lucha por un sistema de transporte de calidad y verdaderamente público; esto es, libre de cobros y gestionado por los usuarios y trabajadores, un sistema preocupado por las necesidades de la población, y no por las de las empresas privadas.
El movimiento es autónomo, apartidario y horizontal, y tiene colectivos independientes en varias ciudades. En Sao Paulo, desde hace algunos meses se realiza una campaña por el fin de los cobros en los camiones y por una gestión popular del sistema de transporte. El objetivo es aprobar un proyecto de ley, llamado «Tarifa Zero». Este proyecto no es algo totalmente nuevo, la propuesta empezó en el gobierno municipal de Sao Paulo, entre 1988 y 1992, cuando se intentó implementar un proyecto similar, que finalmente no se logró. Ahora, la propuesta viene del pueblo, no del gobierno y, quienes participan en el movimiento están ciertos de que solamente con mucha presión popular podrá ser aprobado.
El 26 de octubre pasado, día que hace algunos años fue escogido como día nacional de lucha por el transporte público, los colectivos de MPL de varias ciudades organizaron acciones simultáneas. En Sao Paulo, se organizó una marcha en el centro de la ciudad, que ingresó a la estación de metro más grande de la ciudad, y fue reprimida por las fuerzas de seguridad. También se realizó una protesta en una gran terminal de transporte urbano, de camiones, en la periferia.
Frente a la presión de las empresas para que el gobernador de la ciudad, electo apenas el año pasado, Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores, aumente nuevamente el precio del camión en 2013, se realizó también una manifestación; pero si la tarifa aumenta, esperamos reunir a miles de personas en las calles, como sucedió en 2011. Ese año, después de un aumento de la tarifa, se realizó una jornada de lucha, con un total de 11 manifestaciones en las que se reunieron más de 5 mil personas. Diferentes marchas sufrieron una violenta represión policial, y algunas personas resultaron lesionadas. Sin embargo, ya invadimos la mayor terminal de transporte de la ciudad, y no vamos a tener miedo de hacerlo nuevamente.
Luiza Mandetta y Leonardo Cordeiro, del Movimiento Passe Livre, y Frederico Ravioli
Traducción: Waldo Lao