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Entrevista con el periodista y luchador político y social, Modesto Emilio Guerrero

Venezuela y Maduro hoy: El corazón de las tinieblas

Fuentes: Radio Sur / Rebelión

«Decir la verdad y llegar juntos a la verdad» Antonio Gramsci   «El chavismo sin Chávez» se titula el último libro lanzado apenas en abril de 2013 por el periodista, escritor, poeta, y militante político y social venezolano residente en Argentina, Modesto Emilio Guerrero. Su condición de revolucionario y franco analista del devenir de los […]

«Decir la verdad y llegar juntos a la verdad»

Antonio Gramsci

 

«El chavismo sin Chávez» se titula el último libro lanzado apenas en abril de 2013 por el periodista, escritor, poeta, y militante político y social venezolano residente en Argentina, Modesto Emilio Guerrero. Su condición de revolucionario y franco analista del devenir de los conflictos del pueblo de Venezuela, vuelven a Modesto Guerrero una fuente obligada de consulta para quienes hacen y piensan a Latinoamérica como nave y humanidad que con su movimiento despeña al capitalismo.

El programa Canto Libre emitido por la independiente Radio Sur ( www.radiosur.org.ar ) se entrevistó con Guerrero.

 

-Primero lo urgente. ¿De qué se trata la reciente solicitud del presidente colombiano Juan Manuel Santos para integrar la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)?

«El anuncio que hizo Santos fue un juego de artificio para probar relaciones de fuerzas y reacciones en América Latina. Santos pudo haber dicho desde el principio ‘no podemos ir a la OTAN por razones estatutarias, pero queremos tener relaciones de distinto tipo con ella’, como el rango de Estado Asociado de la OTAN que se le concedió a Argentina en 1991.

Si no hubiera existido la reacción latinoamericana observada, la prueba habría pasado y su ingreso a la OTAN, con estatuto o sin él, sería una realidad. El vicepresidente colombiano -el ex comunista Angelino Garzón- dio una explicación aun más anodina que la de Santos porque trato de legitimar el movimiento, diciendo que ‘eso tiene que ver con el interés nacional’. Luego apareció el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, el cual declaró más o menos lo mismo, afirmando que ‘se está creando una tormenta en un vaso de agua’. Para ellos puede ser un vaso de agua, pero para nosotros se trata de aguas muy revueltas.»

 

-¿Qué significa que Colombia se convierta en un Estado Asociado de la OTAN cuando se apruebe su nuevo estatus?

«La condición de Estado Asociado corresponde a un estatuto especial aprobado en 1989 para países extra OTAN. Argentina fue la primera nación extra OTAN asociada, y aún no se ha retirado. Chile, por su parte, fue asociada de facto a comienzo de los 80′, durante la guerra de Malvinas. Todavía no existía el estatuto especial, pero fue usada de Estado-nación para los despliegues satelitales y no satelitales en el sur.»

 

-Lo de Argentina y Chile pasó hace más de dos y tres décadas…

«En el caso de Colombia estamos frente a una situación más grave que lo ocurrido con Chile y, por supuesto, cien veces más grave que lo de Argentina, porque se inserta al interior de un contexto de otro continente que el de entonces, en otro momento histórico y bajo otras relaciones de poder locales e internacionales. Ese es el secreto.

Uno de los elementos geopolíticos que se remueve con esta nueva relación es el proceso de acuerdos por la paz, patrocinado por Noruega y Venezuela, y realizado mediante la gestión de Cuba, con una de las tres guerrillas colombianas. Lo primero que se puede concluir es que el vínculo fresco de Colombia con la OTAN explota en UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas).»

 

¿Por qué?

«Colombia no puede pertenecer al mismo tiempo al Consejo de Defensa Suramericano de UNASUR y a la OTAN, que es otro consejo de defensa. El de UNASUR es autónomo política y militarmente, y opuesto por el vértice con la OTAN. En lógica política debería haber una presión de Brasil y de Argentina sobre Colombia, además de la ya valiente respuesta de Venezuela, Ecuador y Bolivia. De hecho, Bolivia exigió una reunión urgente de UNASUR para poner en consideración crítica al Estado colombiano por lo de la OTAN. Ahora bien, Brasil, que mantiene la hegemonía subregional, y Argentina, que es el segundo país en ese articulado de poderes, sostienen una vinculación muy estrecha con Colombia. Brasil le vende los aviones y buena parte del pertrecho militar a Colombia. Todo eso está en juego. Lula, Dilma o su emisario, debe haberle preguntado al gobierno colombiano hasta dónde quiere llegar, porque si se asocia a la OTAN tendrían que salir de UNASUR al igual que Paraguay y Honduras.»

 

«MADURO ESTÁ GOBERNANDO UN PROCESO DE TRANSICIÓN»

-No han pasado dos meses desde que Nicolás Maduro fue investido Presidente de Venezuela. A riesgo de hacer evaluaciones apresuradas, ¿cuáles consideras sus fortalezas y debilidades?

«Estamos hablando de un gobierno y un presidente a prueba. Maduro aún no es un líder nacional. Es un líder relativo y, a la vez, un presidente legitimado por el pueblo chavista. La poca votación que obtuvo no significa que no esté legitimado entre la población chavista. Lo que le faltó se tradujo en abstención, y no en gente que está por echarlo. Más bien se trata de un voto castigo.

Entonces nos referimos a un presidente a prueba con muy baja gobernabilidad. En ciencias políticas se estima que 10 puntos de diferencia respecto del candidato que le sigue es el número óptimo para definir una sustentable gobernabilidad. En este caso, Maduro tiene sólo el 20 % de esos 10 puntos. Es decir, estamos frente a una muy baja tasa en términos electorales. Ello comporta un elemento altamente sensible en una transición.»

 

-Pero los desgastes político-electorales son pan de cada día…

«Si esa cifra la hubiera sacado Chávez o el propio Maduro en un segundo mandato, después de haber ganado una primera elección con 10 puntos de distancia de su siguiente contendor, no significaría el mismo riesgo. Pero un gobierno que viene de la pérdida de su líder más importante, el que ofrecía la unidad nacional y frenaba con su presencia, con iniciativas políticas y con la potencia de su personalidad muchos de los embates que hubo contra Venezuela, queda medio desguarecido.»

 

-¿A qué te refieres con un gobierno de transición?

«Maduro está gobernando un proceso de transición de un régimen a otro. El régimen que existió con Hugo Chávez, murió con él. Se trataba de un régimen profundamente progresivo, pero exageradamente personalista. Ahora, y desde hace unos meses, se está construyendo un gobierno colegiado entre el PSUV (Partido Socialista Unificado de Venezuela) y las Fuerzas Armadas, más algunos lobbies menores que son parte de la estructura del poder. Ese es el nuevo gobierno. Su característica fundamental es que no contiene burgueses, como el de Chávez desde 2002 hasta que murió. He aquí el factor de continuidad. ¿Cuál es el riesgo? Que el nuevo régimen que está armándose pueda sostener una relación con la burguesía que no existía antes, e incluso contener a algún representante indirecto de la burguesía en el gobierno. Si eso ocurriera, estaríamos en presencia de un retroceso, de una regresión institucional.»

 

ECONOMÍA RENTISTA Y BAJA TASA DE GOBERNABILIDAD

-El imperialismo y sus extensiones nativas en Venezuela atacan permanentemente al gobierno por los problemas económicos existentes. ¿Todos son causados por los enemigos del pueblo?

«Es una combinación. Los enemigos poseen las palancas principales de la economía y son los ‘facturadores’ de la mayor parte del Producto Interno Bruto (PIB) o de buena parte de él en los últimos 7 años. Entre los dos sectores de la economía -estatal y privada- el que más creció fue el privado. Esa contradicción y absurdo en términos políticos, tiene expresiones económicas porque ellos controlan una importante fracción del mercado importador, de los contratos de inversión, de la banca y del comercio minorista.»

 

-¿La banca?

«El gobierno bolivariano compró y estatizó poderosos bancos, como el Vizcaya y otros. Pero la burguesía sigue ostentando un poder financiero relevante y que compite. Y competir significa que tiene importancia.»

 

-¿Y cuál es el núcleo de la formación histórica y estado económico actual del país?

«La burguesía tiene capacidad de competencia en una economía débil como la venezolana. Y no débil porque le falte dinero, ¡le sobra! El barril de petróleo está en USD102; se producen 3.200.000 barriles por día y hay reservas probadas por 140 años más. Pero ese dinero no es riqueza, no es fortaleza económica estructural. El asunto cardinal es cómo se ha usado durante 85 años el dinero proveniente del petróleo y cómo no se pudo cambiar durante los 13 años del gobierno de Chávez el patrón primario exportador y rentista. La no superación de ese patrón impide el desarrollo orgánico de Venezuela.»

 

-¿Por ejemplo?

«El total de las empresas bajo control obrero, agregándole las de producción social, hacen poco más de mil. Entre esas empresas están las más grandes metalúrgicas y cementeras, además de la industria eléctrica (no PDVESA -Petróleos de Venezuela S.A.), pero no alcanzan a superar el 4.8 % del PIB. Estas debilidades se transforman en grietas que aprovechan los enemigos para crear inflación, porque ellos son los que construyen los precios abajo. Y esa inflación permanente es la que conduce a la devaluación en tanto debilita la moneda en relación al mercado internacional. En eso se basa la fractura estructural a la que se refieren un gran economista chavista, Víctor Álvarez, y otro no chavista, pero de izquierda, llamado Manuel Sutherland. Si esto no se resuelve, simplemente no hablemos del proyecto de un socialismo del siglo XXI, porque no habría sustentabilidad para el gobierno de Nicolás Maduro. Rusia es el principal exportador de petróleo del mundo, pero se sostiene sobre la industria que dejó la Unión Soviética que ofrece valor agregado a su producción. Esa es la contradicción de la economía y de la política, que es la economía concentrada, por lo demás.»

 

-¿A qué velocidad corre el reloj de Maduro?

«Los tiempos en política son tan valiosos como los programas o los ministerios. El tiempo que tiene el gobierno de Maduro para superar una economía rentista, al menos parcialmente, y remontar su baja gobernabilidad, es muy breve. Son 6 años. En medio período, al tercer año, de continuar la baja gobernabilidad, la derecha, con fuerte apoyo internacional, nos puede hacer un referéndum revocatorio. Porque de seguir así las cosas, en tres años más nos enfrentaremos a un escenario de mayor descontento social, de más presiones huelguísticas, de más demanda laboral y de más reclamos de los sectores que van quedando rezagados del reparto.»

 

-¿Qué papel cumple Henrique Capriles en medio de la complejidad de la realidad venezolana, considerándolo como el ex candidato del imperialismo?

«Fue el candidato del imperialismo, pero en términos bien relativos. Los verdaderos candidatos del imperialismo son otros. Capriles fue el candidato que pudo llegar a ser, es decir, ‘el más feo de la fiesta’. Lo escogieron porque no tuvieron manera de ponerse de acuerdo para llevar otro. Capriles tiene una política de ganar por elecciones. De aprovechar la violencia y asesinato de chavistas para debilitar a un gobierno al que quiere vencer electoralmente. Esa es su estrategia; no un golpe de Estado ni una guerra. Si llegara haber algo así, él podría aprovecharlo, pero los eventuales golpistas no lo tomarían a él como líder. Capriles hasta hoy sigue alegando la legitimidad del gobierno de Maduro, exactamente como lo está haciendo EEUU. Sin embargo, los tres grandes grupos de la economía venezolana sí legalizaron y legitimaron a Maduro como presidente hace dos semanas cuando se reunieron con él. Esto es, descalificaron con su conducta a EEUU y a Capriles. Otras contradicciones que tiene Capriles se manifiestan, por ejemplo, con el Partido Acción Democrática, que pese a ser pequeño, cuenta con muchos cuadros políticos experimentados, pero que, al mismo tiempo, es opositor a Maduro y anti-caprilista. Luego tiene la competencia de María Corina Machado (política ultraliberal) que quiere ser la jefa de la oposición. Entonces, los enemigos del gobierno están juntos sólo porque el chavismo es fuerte. El odio los mantiene unidos transitoriamente.»

 

MALDITA BUROCRACIA

-¿Qué pasa con los sectores que, apoyando al gobierno, sostienen posiciones críticas y de aceleración del proceso revolucionario, por lo que no son bien vistos por zonas del gobierno?

«Eso ocurrió el 2001, el 2003, 2005, y desde el 2007. Siempre existió esa diferencia de opiniones y conductas entre una izquierda muy fuerte que hay en Venezuela, antes y propia del chavismo, y una capa burocrática que se instaló en el aparato de Estado y lo tiene secuestrado. Como toda franja privilegiada, huye de cualquier cuestionamiento y, por tanto, huye de la democracia política, de la libertad, del debate de ideas. Porque esa capa burocrática carece de los argumentos para discutir y sólo cuenta con el poder de la fuerza.»

 

-¿Cómo se ha expresado?

«En enero de 2011 metieron preso al colombiano Julián Conrado ( http://www.aporrea.org/ddhh/a167596.html ) y luego expulsaron del país y fueron entregados a Santos 11 o 12 insurgentes. Entonces el gobierno se manifestó contra la izquierda que se negó a aceptar todos los términos del Pacto de Santa Marta ( http://www.telesurtv.net/articulos/2013/05/30/presidente-nicolas-maduro-exige-a-colombia-respeto-para-venezuela-4223.html ) y que implicó entregar guerrilleros al gobierno reaccionario de Colombia. Algunos medios comunitarios fueron vetados, a la página www.aporrea.org (2.400.000 visitas diarias) se le quitó publicidad por orden del Ministerio de Comunicaciones de aquel momento. Esas rispideces existían con Chávez y después de él. Lo que hay ahora es una intensificación cualitativa de ese modo de convivir -no en contradicción, siempre en complementación-, donde se aprecian distintas metodologías y algunas diferencias programáticas. Es cierto, todos confesamos en el Programa de la Patria, en el Golpe de Timón y otros documentos. Pero no confesamos en la maquinaria política del PSUV y menos en una parte de la maquinaria burocrática que funciona al servicio de la corrupción.»

 

-Por ejemplo…

«¿Qué justificación tiene que un personaje como Temir Porras, un burócrata corrupto en la gestión externa del gobierno desde hace 7 años, esté ahora como asesor fundamental del aparato de poder externo? ¿Cómo se puede permitir que Berruecos -miembro de la llamada ‘burguesía bolivariana’ y que no es parte del gobierno- comience a tener peso? Entonces, la burguesía como clase tiene su representación indirecta a través de la burocracia enriquecida. Y eso incluye a algunos militares y a muchos civiles.»

 

-Otra vez la que llamas ‘capa burocrática’…

«Esa capa burocrática tiene intereses propios. Hasta que ‘los Termir Porras’ del gobierno venezolano no salgan del aparato de poder, habrá una contradicción permanente entre los sectores que quieren, dentro y fuera del gobierno, profundizar la transición bolivariana hacia el camino socialista, versus aquellos que quieren conservar lo conquistado como plataforma de enriquecimiento, privilegio y seguridad personal. En este marco han surgido nuevas críticas.» 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.