La aprobación de un Foro de Cooperación entre las 33 naciones integrantes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) con la República Popular China abre enormes espacios para el incremento del intercambio comercial y la inversión con el gigante asiático. Durante la II Cumbre de la organización, efectuada en La Habana los días […]
La aprobación de un Foro de Cooperación entre las 33 naciones integrantes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) con la República Popular China abre enormes espacios para el incremento del intercambio comercial y la inversión con el gigante asiático.
Durante la II Cumbre de la organización, efectuada en La Habana los días 28 y 29 de enero, los Jefes de Estado y Gobierno acordaron unánimemente establecer ese mecanismo de colaboración conjunta lo que les permite negociar proyectos que resulten beneficiosos para toda la América Latina y el Caribe, además de los acuerdos bilaterales que cada país desarrolla con China.
Inmediatamente de conocerse la noticia, el presidente chino, Xi Jinping realizó una declaración especial por medio de la cual elogió el acuerdo y significó que desde su nacimiento la Celac ha contribuido al fomento del diálogo y la cooperación, además de incrementar su influencia internacional.
Jinping dijo que su país esta dispuesto a realizar esfuerzos concertados con América Latina a fin de convertir al foro en una plataforma importante para el desarrollo de una asociación cooperativa integral que se caracterice por la equidad, el beneficio mutuo y el desarrollo común.
Datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) señalan que el intercambio comercial entre esta región y China se multiplicó en 30 % en los últimos 12 años al pasar de 12 000 millones de dólares en el año 2000 a 250 000 millones de dólares en el 2012.
En 2013, aunque aun no hay datos oficiales, esas cifras se incrementaron por los numerosos convenios efectuados.
El gigante asiático se convirtió en los últimos años en la principal fuente de crecimiento de las exportaciones de América Latina y el Caribe y ayudó a disminuir, y a resolver los graves problemas provocados por la crisis económica mundial, iniciada en 2008 en Estados Unidos, cuya metástasis se extendió a la Unión Europea y Japón.
En el pasado decenio, China representó una fuente de enormes oportunidades para el hemisferio sur americano, en especial las naciones que cuentan con abundantes recursos naturales y ahora los desafíos consisten en obtener inversiones de capitales necesarios para mejorar las infraestructuras, la agroindustria, la ciencia, innovaciones y los recursos humanos de la región.
Se hace fundamental diversificar las exportaciones y mejorar los intercambios comerciales para que hacia la nación asiática no solo vayan las materias primas, sino también productos elaborados que tengan mayor valor agregado.
En ese sentido, es preciso fomentar una aproximación estratégica de la región hacia China, que supere las limitaciones propias de los esfuerzos nacionales que han prevalecido hasta ahora, y donde entra a tomar parte directa, el recién creado foro.
Actualmente el comercio de China con Brasil, Chile y Perú supera a la de cualquier otro país, mientras hacia ese mismo resultado se encaminan Argentina, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Costa Rica y Nicaragua, por citar algunos. Varios analistas señalan que en 10 años, Beijing se convertirá en el mayor socio comercial de América Latina.
Las inversiones y los intercambios con China permitieron la entrada de capital fresco y a la par disminuyeron la dependencia económica que los países de la región han tenido durante décadas de Estados Unidos.
Los convenios se extienden a disímiles ramas de la economía. Brasil, que concentra más del 50 % de esas inversiones, obtuvo un financiamiento de 10 000 millones de dólares para la petrolera Petrobrás; otros 1 200 millones para la compañías Vale, primera productora mundial de hierro que fabricará embarcaciones de gran porte; 5 000 millones para la construcción conjunta de una siderurgia y proyectos para una línea de trenes de alta velocidad.
La nación asiática, además de comprar grandes cantidades de alimentos a Argentina, acordó millonarios contratos para la construcción del tren rápido Buenos Aires-Córdoba; para la construcción de una planta de agroquímicos, una central térmica y un puerto comercial en la sureña provincia de Tierra del fuego.
A Venezuela le extendió un crédito por 20 000 millones de dólares para financiar 19 proyectos de desarrollo, y ya son más de un centenar los acuerdos bilaterales firmados que se extienden a las esferas de la economía, las comunicaciones y las ciencias. La República Bolivariana exporta hacia Beijing 600 000 barriles de petróleo diarios y próximamente la cifra excederá el millón.
La mitad de las exportaciones chilenas a Asia por cerca de 10 000 millones de dólares salen con destino a Beijing, cifra que casi triplica sus envíos a Estados Unidos, evaluados en 3 600 millones.
Perú ha impulsado en el último período su intercambio con esa nación a la que le vende numerosos productos como plomo, cobre, harina de pescado, molibdeno, estaño, frutas, maderas, químicos textiles y confecciones. Mientras ha recibido inversiones por 1 600 millones de dólares dirigidos al sector de la minería.
Con Ecuador y Bolivia se desarrollan colaboraciones principalmente en las esferas de los hidrocarburos, la minería, comunicaciones y cosmonáutica.
En cuanto a Cuba, el intercambio comercial se acerca a los 2 300 millones de dólares anuales y ese país pasó a ser uno de los principales socios de la Isla. En 2013 China aportó enormes grúas para la instalación de la terminal de contenedores en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel.
Independientemente de los acuerdos bilaterales, con la conformación del Foro de cooperación China-Celac, sus 33 países miembros podrán adecuar políticas afines que les permitan impulsar el desarrollo económico y social de las comunidades en beneficio de los habitantes.
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