El jueves 31 de julio el Presidente Maduro cerró el III Congreso del PSUV. Lo más saliente entre las resoluciones fue «el final de la cooptación» y el anunció del aumento del precio de la gasolina. El ambiente uniforme, fue brevemente perturbado por la carta que el sancionado ex ministro y miembro de la dirección […]
El jueves 31 de julio el Presidente Maduro cerró el III Congreso del PSUV. Lo más saliente entre las resoluciones fue «el final de la cooptación» y el anunció del aumento del precio de la gasolina. El ambiente uniforme, fue brevemente perturbado por la carta que el sancionado ex ministro y miembro de la dirección nacional, Héctor Navarro, dirigió públicamente a los delegados.
Lo que, por el contrario, hizo mucho ruido, fueron las amenazas del presidente de la Asamblea Nacional y vicepresidente del partido, Diosdado Cabello contra los trabajadores sidoristas y la descalificación hacia la crítica, el debate y las propuestas que realizó Marea Socialista. La respuestas de los sidoristas fue contundente, lo mismo que una marcha de los trabajadores automotrices que se realizó, desafiando la prohibición del gobierno. Mientras que se constató la identificación de sectores del pueblo chavista con la visión y propuestas que hizo públicas MS.
«Paz económica», conflictos obreros y ajuste fiscal
Las mesas de paz económica con el empresariado no han dado resultados positivos para el pueblo que vive de su trabajo. Los precios, liberados de hecho, siguen subiendo a un ritmo de vértigo. El salario mínimo, luego de ser el mayor de América latina se derrumbó a nivel del de Haití, y comparado con los precios locales es la mitad de la cesta de alimentos. El desabastecimiento de productos esenciales sigue obligando a largas colas o a las compras en el mercado negro lo que duplica o triplica los precios comparados con los de mercado normal.
Desde el gobierno se presiona a los trabajadores para que acepten ofertas irrisorias en las discusiones de contrato colectivo. Y han comenzado despidos, cierres y suspensiones como chantaje para cambiar las leyes laborales camino de contrarreformas a las conquistas logradas con Chávez.
Además del malestar creciente entre el pueblo que vive de su trabajo, se abrió un proceso de luchas que recorren todo el territorio nacional. Las más visibles por su peso específico y por su carácter simbólico, son la de los trabajadores de SIDOR y la de los automotrices.
Los sidoristas amenazados por Diosdado Cabello dieron una respuesta contundente con una movilización masiva y una respuesta pública a estas amenazas que se convirtió en la noticia más debatida en el país a horas de iniciarse el Congreso del Partido. Los automotrices marcharon en Caracas, a pesar de haber recibido la prohibición expresa de las autoridades de realizar la movilización. En estas luchas empieza a destacarse una nueva generación de dirigentes sindicales como Christian Pereyra dirigente de Marea Socialista y presidente de la federación que agrupa a los automotrices, que luchan por un modelo sindical democrático y combativo y rechazan la actitud gobiernera y pro patronal de la Central Sindical oficial.
Por otra parte, el anunció del aumento del precio de la gasolina, que impactará en los productos esenciales, se percibe como una nueva vuelta de tuerca al ajuste. Por eso Marea Socialista propone que antes de ajustar el precio de la gasolina (indudablemente retrasado), lo que piden se haga con un referéndum vinculante, y se concrete una verdadera reforma impositiva para que la crisis la paguen los que la causaron, y una auditoria publica con participación ciudadana, sobre todos los dólares otorgados en lo que va del control de cambios, para combatir y desterrar el patrón mafioso de acumulación de la burguesía local en complicidad con altos funcionarios corruptos.
Lo que viene: La emergencia del chavismo crítico y el rechazo al ajuste
Todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones más globales sobre el Congreso del PSUV, lo mismo que para prever la respuesta que tendrán las próximas medidas de ajuste fiscal y monetario. Sin embargo, durante junio y julio se ha desatado lo que podría convertirse en un nuevo fenómeno: se ha reabierto el debate político que intentó ser cerrado desde la cúpula de la nomenclatura estatal, resquebrajando el muro de silencio oficial. Y se ha dinamizado la lucha en defensa de conquistas logradas en los 15 años de Proceso Bolivariano, luchas que objetivamente van contra las medidas que el gobierno estudia aplicar.
El impacto del debate político planteado públicamente por Marea Socialista, alrededor de la agenda, la metodología y la política que se debería haber debatido en el Congreso del PSUV, superó las expectativas más optimistas. Con su Conferencia Nacional Abierta, Marea logró colocar en la gran prensa nacional una referencia del chavismo crítico. Pero que sostiene el legado antiimperialista de Chávez. Siendo como es una corriente pequeña, encontró un gran eco para sus propuestas en la base del pueblo chavista. Por otra parte, la respuesta de los sidoristas, de los automotrices y de otros sectores en lucha, funciona como un aliciente esperanzador para una parte fundamental de los trabajadores a los que paralizaba la confusión.
No sería exagerado afirmar que está a punto de abrirse un periodo donde lo nuevo se exprese en el crecimiento de luchas de una clase trabajadora mayoritariamente chavista, que no acepta las consecuencias de las políticas que anuncia su gobierno. Y se podría afirmar también, que se abre un enorme espacio para el avance y consolidación de un chavismo crítico que apueste a la construcción de un instrumento político del proceso bolivariano, democrático, participativo, protagónico y consecuentemente anticapitalista.
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