Que Venezuela importe petróleo es noticia, se debe no al fin de informarnos, sino al de desinformarnos. Se debe tambien a que somos un país que vive excesivamente de la actividad petrolera, de la cual también ignoramos excesivamente como funciona. Hace poco la agencia de desinformación Reuters publicó un engañoso titular donde decía que «por […]
Que Venezuela importe petróleo es noticia, se debe no al fin de informarnos, sino al de desinformarnos. Se debe tambien a que somos un país que vive excesivamente de la actividad petrolera, de la cual también ignoramos excesivamente como funciona.
Hace poco la agencia de desinformación Reuters publicó un engañoso titular donde decía que «por primera vez en la historia» Venezuela importaba petróleo, en este caso, proveniente de Argelia. Lo cierto es que Venezuela importa petróleo desde 1983 hasta nuestros días: más bien deberíamos decir que PDVSA y CITGO importan o compran petróleo a países como México y Estados Unidos desde 1983. Para explicar los menesteres petroleros hay que ser didácticos y minuciosos. Veamos:
Refinerías chatarra
Venezuela hizo un pésimo negocio al comprar a precio insólito refinerías al sur de los Estados Unidos desde inicios de los años 80. Básicamente entre las múltiples fórmulas del saqueo gringo, tuvo lugar la de que Venezuela usara sus activos en capital para invertirlos en EEUU, comprando así una serie de refinerías que dependen de una dieta específica de crudo.
La dieta de la cual dependen las refinerías de CITGO es de petróleo liviano, y esto se calcula según su grado de densidad, según la medida establecida por el American Petróleum Institute, también conocida como «API». Un petróleo con alto grado API, de 31 grados en adelante, es considerado un petróleo liviano o «dulce». Las refinerías que se compraron a inicios de los años 80 dependen de una dieta de crudo de esas características.
El asunto es que ya para 1980 se sabía que las reservas de crudo liviano venezolano irían en descenso y que en sólo 30 años Venezuela dependería de exportar crudo medio, pesado y extrapesado. Por lo tanto, en el momento en que se compra CITGO, quienes hicieron tan fatal negocio entendían que esas refinerías no trabajarían con crudo venezolano, sino con crudos livianos disponibles en Texas y el Golfo de México. Ellos entendían que tal negocio no se basaba en procesar el crudo venezolano y maximizar los beneficios de nuestro país, más bien pensaron en un negocio para procesar (a precio ridículo) y vender como gasolina el crudo gringo y mexicano, en manos de los mismos intereses transnacionales que orquestaron ese negocio.
Es por eso que PDVSA y CITGO han comprado crudo liviano desde 1983 para continuar operando esas refinerías, que ya al momento de ser adquiridas eran consideradas costosas y obsoletas. Hoy CITGO incurre en compras costosísimas de crudo, y ese es uno de los factores que limitan su rentabilidad. CITGO procesa poco crudo liviano venezolano, pues éste ha ido en descenso en su producción en el país en referencia a décadas anteriores por agotamiento de los campos petroleros. De hecho los aportes de CITGO a la expansión de la Faja del Orinoco por cuestiones de procesar el caudal de crudo de la Faja, van a ser muy poco significativos. Pues dichas refinerías no fueron adquiridas para procesar crudo extrapesado y, por ende, poco podrán hacer para procesar el crudo de la Faja y distribuirlo con valor agregado en EEUU. Y es que CITGO, recalco, nunca fue pensado como un negocio para beneficio venezolano.
Por ignorar el tema petrolero, muchos venezolanos hemos desconocido cómo funciona nuestra propia empresa y, por ende, estas compras al extranjero. Es esta quizá la más insólita paradoja de ser el país con más reservas de petróleo, que compra crudo desde hace 30 años; cortesía del entreguismo cuartorepublicano. Grave también es que los venezolanos no sepamos esto.
El crudo de la Faja
La Faja del Orinoco si bien comprende el reservorio petrolero más grande del planeta, es en esencia un enorme reservorio de crudo pesado y extrapesado (de 10 a 21 grados API el crudo pesado y el extrapesado con gravedad menor a 10 grados API). Por su alta densidad, dicho petróleo extrapesado para ser transportado por oleoductos deben emplearse varias técnicas: una de ellas es que el crudo sea mejorado por refinerías de menor complejidad (llamadas «mejoradores») y la otra es que se empleen diluyentes en los oleoductos para así mejorar la viscosidad del crudo extrapesado.
En la Faja del Orinoco se han adelantado las obras de mejoradores, pero la expansión de las metas de producción no puede esperar por la finalización de estos mejoradores los cuales son altamente costosos. Para ampliar sus cuotas de producción en la Faja Venezuela ha empleado diluyentes, particularmente desde el 2009, la nafta, la cual es un hidrocarburo liviano destilado de la gasolina, con un altísimo valor en el mercado internacional, para así elevar los niveles de producción y distribución en la Faja.
Con el propósito de ahorrar divisas, PDVSA consideró prescindir de la compra de altos volúmenes de nafta, y usar crudo liviano o dulce, que en este caso se va a importar.
Sobre la pregunta de que si en Venezuela no hay crudo liviano que pueda servir de diluyente, la respuesta es que sí lo hay, pero éste no se equipara a las cantidades necesarias para cumplir con nuestras exportaciones y servir de diluyente dentro de nuestro país al mismo tiempo. Nuestro crudo liviano (el poco que nos queda) está ubicado principalmente en el occidente del país. Pero en algunos campos de Monagas todavía queda crudo liviano que sí se ha empleado y se sigue empleando para diluir el crudo extrapesado. De hecho, el llamado crudo Mesa 30, proveniente de los campos de Quiriquire y Jusepín, es un crudo liviano de 28 grados API en adelante que sirve como diluyente a nuestro crudo extrapesado.
Si de sostener y expandir la producción de la Faja se trata, se requiere acelerar las obras de los mejoradores, pero al mismo tiempo hay que emplear más diluyentes, bien sea de origen nacional, como el crudo Mesa 30, o importado, como el crudo dulce que llega de Argelia. De hecho, para expandir más todavía las metas en la Faja y cumplir con lo establecido en el Plan de la Patria, ya para 2015 la compra de diluyentes se va a ampliar, y he ahí que se comprará petróleo liviano en el extranjero por ser más económico que la nafta.
Reuters, ignorancia y llanto escuálido
Si bien el titular de Reuters es engañoso, se toman la molestia de aclarar que tal compra se hace para sustituir la nafta como diluyente. Si revisamos el titular de El Universal en su portal web, «Venezuela importa petróleo por primera vez en su historia», aunque también aclaran como Reuters lo que acabo de señalar, entre los comentarios leeremos las típicas frases del pesar escualidoide, del que parece que leyó el titular pero no lo del artículo.
Parece que la mediocridad se conjuga con la desinformación y lo mucho que en general ignoramos los venezolanos sobre la actividad que genera los recursos de los que depende nuestro país. Esta combinación deprimente y preocupante, no sólo da cuenta lo vulnerable que es eso que llaman «la opinión pública» a verse sesgada por la acción de los medios. Da cuenta de lo vulnerables que somos como venezolanos por nuestra desinformación. Nuestro poco interés. Nuestro poco conocimiento sobre el tema petrolero.
Parece que los grandes temas de interés estratégico para el país, quedan relegados para un diálogo cerrado entre especialistas. El petróleo no es un tema debatido en todos los espacios políticos y sociales. Sólo Chávez hizo conocer detalles sobre el tema petrolero y los sometió a la discusión pública, pero pese a eso, nuestro estudio y nuestro debate sobre el petróleo, sigue sin ser como debería ser: generalizado y riguroso, referente fundamental del análisis político.
Ha de venir entonces un llanto escualidoide generalizado, ante el advenimniento de nuevas compras al extranjero de petróleo liviano para ser usado como diluyente. Por lo pronto, si se trata de ampliar las metas de producción en la Faja y por ende nuestros ingresos en moneda extranjera, estas importaciones van a continuar. Por cuestiones de la desinformación, el país entero no se enteró que teníamos 5 años importando una costosísima nafta que no producimos país. He ahí que la palabra «petróleo» cuenta con un valor semántico-político muy sensible en el espectro de la opinión pública. Si se importa nafta, no pasa nada. Si se importa petróleo, así fuera por el mismo fin que la nafta e incluso con mucho menos divisas que las requeridas para la nafta, hay show politiquero para rato.
No nos debería extrañar que se difunda el rumor de que esas compras se emplean para cubrir nuestras cuotas de gasolina en el mercado interno. Tampoco nos debe extrañar la aparición en la televisión privada de analistas del desastre, economistas «expertos» y opinólogos.
Tal vez exgerentes de la vieja PDVSA, los brillantes tecnócratas que durante años vendieron crudo pesado como «Bitumen», como «Orimulsion», a precio del carbón, significando decenas de miles de millones de dólares en pérdidas para el país, salgan a opinar desde el extranjero. Tampoco estos señores admitirán que durante el sabotaje petrolero de 2002-2003 cientos de pozos maduros (de crudo liviano) en occidente se paralizaron y que ante la pérdida de compresión a pozos muchos de ellos se perdieron y han sido irrecuperables. No. No lo dirán.
He ahí que corresponde a los sectores informados y responsables del país, contrarrestar la desinformación como arma de desmovilización política para el chavismo, creadora de matrices del descontento y sustento de la perenne desinformación opositora. Si de petróleo se trata, todos los venezolanos somos vulnerables a ser manipulados. Nuestro deber es informar y debatir sobre petróleo y sobre los grandes temas de la realidad nacional.
Fuente: http://misionverdad.com/columnistas/si-venezuela-importa-petroleo