El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva está en el Vaticano, donde se reunirá con el Papa Francisco este jueves (13) para hablar de temas como el hambre, la desigualdad social y la intolerancia en Brasil y en el mundo. En su viaje al Vaticano a fines de enero, el mandatario argentino Alberto Fernández […]
En entrevista concedida a Brasil de Fato, el teólogo brasileño Leonardo Boff comenta que uno de los grandes temas del encuentro será la desigualdad social y afirma que al papa Francisco «le interesa preguntar a Lula cómo logró disminuir la desigualdad en Brasil».
«Será un encuentro de dos grandes carismáticos, líderes reconocidos mundialmente. Será bueno para el papa, que recogerá la experiencia de Lula en el proceso de disminución de la desigualdad. Para Lula, será importante reunirse con el papa que tiene las mismas propuestas de condenar y rechazar este sistema mundial que crea a tantos pobres, agrede la naturaleza y es antivida. El papa tiene denunciado esta desigualdad como consecuencia de un modo de producir y explotar a los trabajadores y la propia naturaleza», dice el teólogo.
Lula gobernó Brasil entre 2003 y 2020. El hambre en el país redujo un 82% entre 2003 y 2014, momento en que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) anunció que el número de personas en condiciones de inseguridad alimentaria en el país era inferior al 5%.
En 2014, un 4,5% de la población brasileña vivía por debajo de la línea de extrema pobreza, según el IBGE. En 2018 la cifra llegó a un 6,5% durante el gobierno de Michel Temer (MDB), lo que equivale a 13,5 millones de personas. Desde 2015 más de 4,5 millones de personas también pasaron a vivir por debajo de la línea de extrema pobreza.
Causas fundamentales
El teólogo también señala otro punto de destaque en la charla de Lula con el papa será el rescate de la democracia «especialmente en nuestro país que está amenazado por la intolerancia y la brutalidad de las relaciones. Él resalta que ambos son líderes carismáticos con capacidad de «movilizar las personas y sus conciencias para las causas fundamentales», como «la convivencia pacífica sin odio, sin intolerancia, entre los pueblos de la humanidad».
«El papaes sensible a la cuestión de la democracia en toda América Latina. Y es un tema central de la lucha para Lula. Creo que el papa que la prisión de Lula fue algo político, algo que no debería pasar. No sin razón, el papa escribió una carta a Lula, lo que significa que hubo un reconocimiento del significado de su prisión», afirma.
En mayo del año pasado, el pontífice envió una carta al exmandatario brasileño y afirmó que «el bien vencerá el mal, la verdad vencerá la mentira y la salvación vencerá la condenación». En aquel momento, el líder religioso afirmó creer, así como sus antecesores, que «la política puede convertirse en una forma eminente de caridad, si se implementa con respeto fundamental por la vida, la libertad y la dignidad de las personas».
La Amazonía
El teólogo Leonardo Boff señala que la Amazonía será otro tema central del encuentro. «El Papa preguntará a Lula en qué medida la Amazonía es fundamental para la humanidad y como él y los gobernantes tienen que proteger este bioma».
Este miércoles (12) el papa Franca divulgó la exhortación postsinodal sobre la Amazonía. Con el título Querida Amazonia, la publicación es resultado de la Asamblea Especial del Sínodo de Obispos para la región Pan-amazónica, que se celebró en Roma de 6 a 27 de octubre de 2019.
«Sueño con una Amazonia que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, de los últimos, donde su voz sea escuchada y su dignidad sea promovida. Sueño con una Amazonia que preserve esa riqueza cultural que la destaca, donde brilla de modos tan diversos la belleza humana. Sueño con una Amazonia que custodie celosamente la abrumadora hermosura natural que la engalana, la vida desbordante que llena sus ríos y sus selvas. Sueño con comunidades cristianas capaces de entregarse y de encarnarse en la Amazonia, hasta el punto de regalar a la Iglesia nuevos rostros con rasgos amazónicos», dice el Papa.