La primera vuelta de las elecciones locales en Brasil han mostrado un debilitamiento importante de la “ola bolsonarista”, que afectará su fuerza para ser reelecto.
Las elecciones municipales en Brasil consolidan tres espacios políticos no simétricos, uno que está en el poder ejecutivo, otro mayoritario de derecha/conservador, y otro democrático/progresista/centro izquierda; estos últimos están, a su vez, divididos en bloques:
- Dentro del espacio derecha/conservador hay dos segmentos: a) el denominado “centrão”, DEM y MDB (que se aproxima y distancia del Gobierno, según las circunstancias); b) PSDB (con cada vez menos diálogos con el Gobierno).
- Dentro del espacio democrático/progresista/centro izquierda (que dialogan entre sí): a) el PT, PCdo B, PSOL; b) PDT, PSB y Rede, y c) otros partidos menores.
Más allá de que todavía quedan ciudades que van a definir sus Intendentes en balotaje –tanto en São Paulo como Rio-, puede realizarse una caracterización general: sino derrotado, de forma clara Bolsonaro sale minimizado de la elección. No tenía un partido político propio como para “medirse” (se desafilió del PSL para organizar uno nuevo, que todavía no se concretó), pero de los 13 candidatos a intendente que apoyó (haciendo campaña, saliendo en los vídeos) sólo dos se eligieron (en localidades pequeñas de Minas y Piauí) y dos pasaron al balotaje: Marcelo Crivella en Río de Janeiro –con muy pocas opciones de vencer- y el Capitán Wagner en Fortaleza, uno del líderes del motín policial en Ceará, que tendrá en su contra no sólo la máquina municipal sino también la estatal, hoy en control del PT.
De los 45 concejales en todo el país que Bolsonaro apoyó, sólo se eligieron 7. Su hijo Carlos (el supuestamente encargado de las redes sociales del padre) volvió a elegirse concejal de Rio pero sacando 34% menos de votos que la ultima vez, en 2016 (cuando el padre todavía no era presidente); salió segundo (la última vez fue el más votado) detrás de un concejal del PSOL; la viuda de Marielle Franco también fue elegida concejal.
Se consolida una derecha/conservadora que puede ser más elitista/autoritoria o neoliberal/pragmática, según los partidos que compongan los bloques internos. Estos partidos habían sido desplazados por la “onda bolsonarista” en el 2018, y hoy vuelven a recuperar terreno, ocupando más espacio: en las ciudades grandes (de más de 200.000 que es donde habrá, según los casos, balotajes) quien más eligió fue el PSDB (9, dos capitales), el MDB (8), el PSD (6; dos capitales, entre ellas Belo Horizonte), DEM (5; tres capitales, Salvador, Curitiba y Florianópolis). Todavía este espacio puede vencer en São Paulo (PSDB), Rio de Janeiro (DEM), entre otras capitales, aumentando su victoria y, sobre todo, el control sobre distritos muy poblados.
El DEM (Demócratas) gana espacio político para los próximos años. No es menor el rol que tendrá Rodrigo Maia, que es quien está el frente de la Cámara de Diputados y, por momentos, dialoga y articula con un espacio de partidos (“centrão”) que ha aprobado, vetado, negado los proyectos del Ejecutivo, sacando réditos progresivos. El “centrão” –compuesto por 10 partidos (entre ellos PP, PSD, PL y PTB) lograron 887 intendencias. Los nombres que ganarán espacio en el sistema son Arthur Lira, Gilberto Kassab, Ciro Nogueira y Robert Jeffersron, que son los negociadores de la porción más corrupta del sistema. El DEM tiene 3 gobernaciones y puede llegar a controlar Rio de Janeiro, Curitiba, Florianopolis. Se ha observado una migración reciente de otros partidos hacia DEM.
- Aunque el perfil de sus liderazgos no vaya hacia el bolsonarismo, puede llegar a ser el partido (y/o el territorio) que Bolsonaro hoy no tiene; si es que insiste –luego de la municipal, queda complicado- en ir por la reelección.
El PSDB vuelve a ocupar un lugar gravitante en el sistema político; fue el segundo partido en recibir votos en el país y el que más intendentes eligió en las 100 ciudades grandes del país (por ahora, dos capitales, pero puede elegir más, entre ellas, São Paulo). En São Paulo, Bruno Covas ganó en todos los distritos. De juntar la máquina política del Estado (también en manos del partido) y la de la actual Intendencia, tendría muchas posibilidades de vencer en el balotaje.
Si las 5 ciudades más importantes del país quedarán en manos del espacio derecha/conservador en las segundas 5 ciudades en importancia el espacio progresista puede llegar a vencer; en todos esos casos habrá balotaje, con posibilidades para el PT o el PSB (en Recife), para el PDT (en Fortaleza), para el PSOL (en São Paulo y Belem) y el PCdoB (en Porto Alegre); en ningún caso está definido, salvo Recife.
Comparado por espacios, hasta ahora el espacio democrático se alzó tan sólo con dos alcaldías entre las 100 ciudades más importantes del país, y el espacio derecha/conservador 41.
En el espacio progresista/democrático/centro izquierda hay un retroceso del PT –y en menor medida del PSB- y un ligero avance del PSOL. De vencer el PSOL en São Paulo, colocaría a Guilherme Boulos como una figura determinante para el espacio progresista/democrático. Quedó, sí, demostrada la falta de estructura del PSOL –sólo eligió 4 intendencias en todo el país, por el momento- y la falta de penetración territorial, algo que podría suplirse con alianzas o acuerdos.
De no obtener ninguna intendencia más, por el momento el PT gobernará a tan sólo el 1,84% de la población del país. Ha vencido en 174 Intendencias, que son casi la mitad de las que obtuvo en 2016, que a su vez era la mitad de lo que tuvo en 2012. En ese sentido, se confirma una tendencia a la baja. Donde hay una mejor performance es en las ciudades –no capitales, en el 2016 obtuvo una; este año podría llegar a dos- de más de 200.000 habitantes, entre las 100 más importantes, donde el PT disputa el balotaje en distintas regiones del país, lo que señala una presencia todavía gravitante del partido a nivel nacional: tiene posibilidades en Contagem y Juiz de Fora en Minas Gerais, en Feira de Santana en Bahía, en Diadema y Guarulhos en São Paulo, en São Gonçalo en Rio de Janeiro, entre otras.
- En un distrito histórico para el partido, la elección en São Paulo resultó en números muy bajos para el candidato a intendente del PT (8%, cuando el promedio en las últimas fue 16%), lo que también deberá organizar un debate sobre figuras, campañas y alianzas.
Los 57 balotajes que todavía restan (29 de noviembre) quizás traigan más recursos al espacio democrático/progresista/centro izquierda.
Habrá que ver cómo un sistema político hiperfragmentado como el brasileño logra (y ese es el desafío) quitar a Bolsonaro de la gestión (evidentemente eso es lo que la inmensa ciudadanía quiere; el manejo de la pandemia puso al descubierto esa cuestión) al mismo tiempo que se impide que el espacio de derecha/conservadora vuelva a articular las mismas circunstancias que terminaron en Bolsonaro.