Es la hora, amor mío, de apartar esta rosa sombría,
cerrar las estrellas, enterrar la ceniza en la tierra:
y en la insurrección de la luz, despertar con los que
despertaron
o seguir en el sueño alcanzando la otra orilla del mar
que no tiene otra orilla.
La Barcarola – Solo de sal- Pablo Neruda
En septiembre recordamos los trágicos hechos acontecidos en Chile en 1973: la derecha fascista comandada por Augusto Pinochet ejecuta las órdenes de los Estados Unidos y en tal sentido, bombardea el 11 de ese mes al palacio presidencial de La Moneda en Santiago, dando al traste con el proyecto socialista y humanista que impulsaba un Presidente bueno, Salvador Allende, quien es asesinado en esos brutales y criminales hechos. Le recordamos con el reconocimiento del pueblo de Nuestra América, que se vio reflejado en la palabra y la acción gubernamental del Presidente Mártir. Siete días después es asesinado con crueldad sin límite, el cantautor, investigador del campo del folklore, libretista y actor de teatro, Víctor Jara. Este trovador aportó al mundo un repertorio de lindas canciones para la revolución y la campaña política de Allende. Reconocido por su formación y contribución a la investigación folklórica, al teatro donde fue libretista y actor. Víctor Jara es autor y cantor de “Te recuerdo Amanda”, “Plegaria a un labrador”, “El derecho de vivir en paz”, “Si quieres conocer a Martí y a Fidel, a Cuba, a Cuba iré” que son algunas de esas canciones que en todos los tiempos nos acercan a la obra de un gran creador e intérprete de la canción popular y del género de protesta.
El 23 de septiembre, en el agobio de ver tanta destrucción y crimen de los militares de la derecha golpista y sentir la muerte de cercanos amigos, muere envenenado el gran poeta universal Pablo Neruda. En ese mes fue mucho crimen contra el pueblo, contra la poesía, contra el canto; contra Allende, contra Neruda, contra Víctor Jara. Neruda es reconocido como el gran poeta de los pueblos del mundo, escribió 45 libros. El poeta y crítico literario, José Luis Díaz Granado (2023), califica a Neruda como “Pez de las profundidades, extraño cetáceo, mónstruo de la literatura del siglo XX, Neruda llegó a la casa de la poesía, echando la puerta abajo y torciéndole el cuello al cisne del formalismo reinante, artificioso y atosigador,[…]”. Agrega Díaz Granado: Neruda emerge “… con un libro singular, Crepusculario (1923), al cual siguió el muy célebre Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924), con el que sorprendió los sentidos de miles de lectores con sus ritmos inusuales, metros inesperados y fantasmas inusitados en su fresca dicción.
También, Díaz Granados nos explica que Neruda, “… presentó a lo largo de su vida la más diversa gama de escuelas, estructuras, temáticas y cosmos particulares, como si fuera una veintena de poetas metidos dentro de un cuerpo literario llamado Pablo Neruda: el neorromántico de los Veinte poemas de amor, el surrealista de la Tentativa del hombre infinito, el narrativo de El habitante y su esperanza, el erótico irreverente de El hondero entusiasta, el desolado y hermético de las Residencias, el metafísico de los Tres cantos materiales, el combatiente del Canto a las madres de los milicianos muertos, el épico americano de La tierra se llama Juan, el viajero comunista de Las uvas y el viento, el cantor jubiloso de la Oda al día feliz, el niño travieso de Estravagario, el antiimperialista de Canción de gesta, el litófago de Las piedras de Chile, el cronista teatral de Joaquín Murieta, el neoclásico de La barcarola, el artista culinario de Comiendo en Hungría, el pacifista de La espada encendida y el memorialista de Confieso que he vivido.
En el libro “Trinchera de ideas: Pensadores y poetas de Nuestra América”, (2010), su autor, Luis Navarrete Orta, con las “Seis instancias temáticas” nos orienta sobre la obra de Neruda en el sentido de que el volumen en donde encontramos el principal aporte de Neruda a la poesía erótico-amorosa está en el volumen Todo el amor, en donde se tienen las obras Crepusculario (1923) y de Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924). En su madurez poética, encontramos Los Versos del Capitán (“Poemas de amor” 1952 y 1953). El cierre de su obra amorosa culmina con Cien sonetos de amor. Hay un hecho en la obra de Neruda y por ello se le brinda un gran reconocimiento: su contribución a la poesía política, su impronta se manifiesta en la dignidad y autonomía de su creación, en el aporte fundamental a la poesía social revolucionaria. La poesía militante de Neruda se fragua en elementos históricos, políticos, en lo popular, en lo nacional.
CABALLO DE LOS SUEÑOS
Innecesario,
viéndome en los espejos
con un gusto a semanas, a biógrafos, a
papeles,
arranco de mi corazón al capitán del
infierno,
establezco cláusulas indefinidamente tristes.
Vago
de un punto a otro, absorbo ilusiones,
converso con los sastres
en sus nidos:
ellos, a menudo, con voz fatal y fría
cantan
y hacen huir los maleficios.
Hay
un país extenso en el cielo
con las supersticiosas alfombras
del arco iris
y con vegetaciones vesperales:
hacia allí me
dirijo, no sin cierta fatiga,
pisando una tierra removida de
sepulcros un tanto frescos,
yo sueño entre esas plantas de
legumbre confusa.
Paso
entre documentos disfrutados, entre orígenes,
vestido como un
ser original y abatido:
amo la miel gastada del respeto,
el
dulce catecismo entre cuyas hojas
duermen violetas envejecidas,
desvanecidas,
y las escobas, conmovedoras de auxilios,
en
su apariencia hay, sin duda, pesadumbre y certeza.
Yo destruyo
la rosa que silba y la ansiedad raptora:
yo rompo extremos
queridos: y aún más,
aguardo el tiempo uniforme, sin
medidas:
un sabor que tengo en el alma me deprime.
Qué
día ha sobrevenido! Qué espesa luz de leche,
compacta,
digital, me favorece!
He oído relinchar su rojo caballo
desnudo, sin herraduras y radiante.
Atravieso con él
sobre las iglesias,
galopo los cuarteles desiertos de
soldados
y un ejército impuro me persigue.
Sus ojos de
eucaliptus roban sombra,
su cuerpo de campana galopa y golpea.
SIGNIFICA SOMBRAS
QUÉ
esperanza considerar, qué presagio puro,
qué definitivo beso
enterrar en el corazón,
someter en los orígenes del desamparo
y la inteligencia,
suave y seguro sobre las aguas eternamente
turbadas?
Qué
vitales, rápidas alas de un nuevo ángel de sueños
instalar en
mis hombros dormidos para seguridad perpetua,
de tal manera que
el camino entre las estrellas de la muerte
sea un violento vuelo
comenzado desde hace muchos días y meses y siglos?
Tal
vez la debilidad natural de los seres recelosos y ansiosos
busca
de súbito permanencia en el tiempo y límites en la tierra,
tal
vez las fatigas y las edades acumuladas implacablemente
se
extienden como la ola lunar de un océano recién creado
sobre
litorales y tierras angustiosamente desiertas.
Ay,
que lo que soy siga existiendo y cesando de existir,
y que mi
obediencia se ordene con tales condiciones de hierro
que el
temblor de las muertes y de los nacimientos no conmueva
el
profundo sitio que quiero reservar para mí eternamente.
Sea,
pues, lo que soy, en alguna parte y en todo tiempo,
establecido
y asegurado y ardiente testigo,
cuidadosamente destruyéndose y
preservándos incesantemente,
evidentemente empeñado en su
deber original.
Referencias bibliográficas y electrónicas:
Neruda: revista electrónica de la Universidad de Chile; Pablo Neruda: de “Un Canto para Bolívar” a “El Canto General” / Wolfgang R. Vicent V. Artículo publicado en Todasadentro, Rebelión, Ensartaos. Sept 2022; Pablo Neruda de los “20 poemas de amor y “una canción desesperada” a “Un Canto para Bolívar” / Wolfgang R. Vicent V. Artículo publicado en Todasadentro, Rebelión, Ensartaos. Sept 2021; “Trinchera de ideas: Pensadores y poetas de Nuestra América” / Luis Navarrete Orta, 2010; “50 años de la muerte de Neruda” / José Luis Díaz Granados. En Aporrea, septiembre 2023
Wolfgang R. Vicent Vielma. Licenciado en Geografía, Trabajador de la Casa de Nuestra América José Martí, Profesor de la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada
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