Antes de la guerra de Gaza -antes de que Joe Biden hundiera su reputación permitiendo la brutalidad israelí- había un debate sobre algo llamado «Bidenomics». A pesar de todo lo que lo ha eclipsado, sigue mereciendo la pena echarle un vistazo.
Bidenomics nunca recibió mucho amor. El interés alcanzó su punto álgido en julio, según Google Trends, y ha descendido tres cuartas partes desde entonces. Probablemente sería difícil encontrar a alguien que pudiera definirla. Para la derecha, es prácticamente bolchevismo. El propio presidente lo define como «construir la economía de la mitad hacia fuera y de abajo hacia arriba, no de arriba hacia abajo». Se basa, como suelen hacer las cosas, en tres pilares: «Primero, hacer inversiones inteligentes en Estados Unidos. Segundo, educar y capacitar a los trabajadores estadounidenses para hacer crecer la clase media. Y tercero, promover la competencia para reducir costes y ayudar a las pequeñas empresas».