Como casi cada año cuando se conocen los beneficios del sector financiero se publican unos cuantos artículos, se hacen algunos comentarios y se suele pasar a otra cosa, aceptando como normal lo que es un escándalo. Efectivamente, el capitalismo convierte en habitual lo que es un expolio para la inmensa mayoría de la población.
No exageramos. Según la Real Academia la acción y efecto de expoliar tiene las siguientes acepciones: “expoliación, robo, estafa, fraude, despojo, usurpación, privación, expropiación, confiscación, afano”. De una manera u otra casi todas se ajustan al funcionamiento del sistema financiero. Supuestamente su función social sería la de intermediario, recoger y/o disponer el dinero para prestarlo a un interés justo que facilitara el funcionamiento de la economía general del país y de las personas. Pero bajo el capitalismo, y más aún en esta etapa de globalización, los bancos utilizan el capital para que rinda un beneficio privado y se convierten en el Drácula de la sociedad, desangrando todo lo que tocan.